Familia conservadora

Durante el último período comprendido quizás inespecíficamente desde el año 1930 vemos como en el mundo se han manifestado una serie de cambios importantes a nivel social. La clase trabajadora, que con mayor fuerza desde inicios del siglo xx se ha visto perjudicada por la desigualdad y el desinterés real de quienes supuestamente han de luchar por su bienestar, despierta de su descontento, del lánguido sueño al que ha estado sometida para dar origen a la más extraordinaria y comprometida revolución. Y cuando digo revolución no hago necesariamente alusión a aquellas manifestaciones ligadas a episodios históricos, ni aquellas que quedan plasmadas en grandes libros almacenados por años en bibliotecas y desvanes, sino aquellas pequeñas batallas diarias de quienes luchan por lo que consideran justo, de quienes no conciben otra forma de vida que la de “vivir para trabajar”.

Crecer bajo el amparo de una familia conservadora, con ideas claras de las ventajas del sistema capitalista, la importancia de un orden social establecido y el respeto incondicional por las fuerzas que resguardan el bien de la nación, crean sin duda para bien o para mal una tendencia marcada en los ideales propios. Más, cuando se observa sin censura la realidad de un grupo de personas luchando por un objetivo común sin importar más nada que la familia que llevan a cuestas y que a diario deben alimentar, educar y proteger, es realmente un golpe fuerte de emoción, una especie de frenesí de empatía y ganas de sentir su lucha tan intensa como si fuese propia.

Durante la presentación de este escrito se abordará el tema de cuán importante y viable es dar un sentido social a la carrera universitaria que se esté cursando, con un claro enfoque en el área de la Ingeniería relacionada al Comercio y Administración a partir de una revisión videográfica y bibliográfica con material extraído de diversas fuentes, sirviendo por su puesto como principal inspiración el documental realizado por Naomi Klein y dirigido por Avi Lewis en el año 2004, The Take.

The Take es un documental que enfrenta al hombre ante una realidad existente en miles de lugares alrededor del mundo, ejemplificada quizás de manera precisa en la lucha de un grupo de trabajadores en argentina, que, viendo postergado sus sueldos bajo una eminente crisis a nivel país deciden tomarse sus puestos de trabajo y dirigir la empresa de manos propias. Un documental que muchos (dentro de los que me incluyo) no verían por iniciativa propia, pero que una vez de frente ante tal magnífico material, no pueden sino cuestionarse el verdadero sentido del trabajo en equipo y de la solidaridad manifestada en quien ves reflejada tu propia realidad o bien una diametralmente opuesta.

En este sentido sería relevante, a juicio propio, el reflexionar sobre la labor que se tiene como ingeniero dentro de una nación con clara desigualdad social. Comprender que seis años de estudio pueden sin duda alguna generar más que un cartón de vanidad, de ambición y de conformismo con el sistema actual. Que, más allá de cálculos financieros, balances entre ingresos y egresos, y graficas descoloridas en tres dimensiones, existen problemáticas que se solucionan solo con sentido común, entiendo simplemente que “se suma y se resta” como dice con un dejo de enternecedora ingenuidad una de las trabajadoras

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