Ferrer I Guardia vida y obra.
Enviado por Jazmin Rodriguez Torres • 22 de Agosto de 2016 • Síntesis • 1.329 Palabras (6 Páginas) • 314 Visitas
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
PEDAGOGÍA SUA
Pedagogía contemporánea del siglo XX-I
Prof. Rosa María Sandoval Montaño
Jazmín Rodríguez Torres
302165902
PEDAGOGÍAS AUTORITARIAS
“Ferrer I. Guardia”
11 de Mayo de 2016
Introducción.
Francisco Ferrer I. Guardia nació en Alella, Maresme, el 10 de enero de 1859 y murió fusilado en los fosos del castillo de Montjuit en Barcelona, el 13 de octubre de 1909.
De familia católica y monárquica de padres acomodados, fue el tercero de catorce hermanos, a los trece años tuvo su primera disputa con la iglesia, tras denunciar al sacerdote de su pueblo por intromisión familiar, por lo que fue enviado por su familia a trabajar a Barcelona, donde entro a trabajar como aprendiz en un comercio de harinas, el dueño lo inscribió a clases nocturnas y le inculcó las ideas republicanas, participó en experiencias de educación popular, estudio en el fondo ideario de Pi y Margall y conoció las doctrinas internacionalistas , sus ideales librepensadores lo llevaron al anarquismo.
Su formación pedagógica comenzó cuando en 1886 apoyó a Santa Coloma de Fernés el pronunciamiento militar del general Villacampa, partidario de Ruiz Zorrilla, cuya finalidad era reclamar la República, pero al fracasar éste tuvo que exiliarse en París, acompañando de Teresa Sanmartí, con la que tuvo tres hijos.
Subsistió dando clases de castellano, comerciante de vinos y como secretario sin sueldo de Ruiz Zorrilla.
En París descubrió su vocación pedagógica y desarrollo una brillante carrera al frente de la escuela laica que él mismo había fundado, con lo que se ganó prestigio internacional como pedagogo librepensador y enemigo del oscurantismo porque en aquel entonces dominaba la enseñanza religiosa en España.
Mientras maduraban sus conceptos de educación anarquista y el proyecto de la Escuela Moderna, para ponerlos en práctica a su vuelta en España, profundizaba las ideas anarquistas y conocía y hacía amistad con sus principales pensadores, Elisée Reclus, Malato y Piotr Kropotkin.
En Agosto de 1901, tras recibir una cuantiosa herencia que le dejó Ernestine Mennier una anciana de París a la que le había dado clases de español, regresó a Barcelona, en donde se instaló y creó la Escuela Moderna, un proyecto práctico de pedagogía libertaria.
Se trataba de una escuela con ideas racionalistas, igualitaria, laica y ácrata, considerada por su fundador como natural. El proyecto que comenzó con 30 alumnos, tenía para 1906 más de 30 escuelas relacionadas con el movimiento.
En contraposición a ella, se impulsó una pedagogía racional, con un alumnado mixto, y en la que se abolieron prácticas retrógradas, como el sistema tradicional de castigos. El crecimiento de la Escuela Moderna le acarreó la enemistad de la Iglesia Católica.
En 1909, la Escuela Moderna fue clausurada repetidas veces y sufrió la persecución de los sectores políticos y religiosos más conservadores de Barcelona, que intervinieron directamente contra la escuela y Ferrer, Ferrer fue detenido y juzgado porque un profesor suyo lanzó una bomba contra Alfonso XIII y quedó en libertad en 1907. Se le prohibió abrir la escuela por lo que se trasladó a Francia, donde fundó la Liga Internacional para la Educación Racional de la Infancia.
Ferrer regresó a Barcelona de nuevo y vivió allí hasta que fue detenido en 1909 acusado de haber sido el incitador de la rebelión obrera y popular contra la Guerra de Marruecos conocida como la “semana trágica”, fue juzgado y encontrado culpable, muere el 13 de octubre de 1909, se negó a que le vendaran los ojos, gritando: “Soldados, vosotros no tenéis la culpa. Apuntad bien. ¡Viva la Escuela Moderna! Muero inocente y feliz de…” [1]
DESARROLLO
En 1901 en agosto abre el primer centro educativo en Barcelona, España en donde se proponía transformar radicalmente la experiencia pedagógica en sentido crítico, laico, racionalista y libertario. Era una escuela como el mismo Ferrer la describía como, en la que los niños y niñas debían tener “una insólita libertad, se realizarán ejercicios, juegos y esparcimientos al aire libre, se insistirá en el equilibrio con el entorno natural y con el medio, en la higiene personal y social, desaparecerán los exámenes y los premios y castigos”[2]
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