Globalización y crisis del 2008

La Globalización.

Según la Real Academia de la Lengua Española, se entiende globalización como: “Proceso por el que las economías y mercados, con el desarrollo de las tecnologías de la comunicación, adquieren una dimensión mundial, de modo que dependen cada vez más de los mercados externos y menos de la acción reguladora de los Gobiernos”. Dicho proceso de Globalización, surge a partir de la cooperación de las nuevas innovaciones tecnológicas y el afán del hombre por la expansión hacia nuevos territorios. Ya desde 1961 el profesor de literatura Inglesa Marshall McLuhan, reconocido también por su crítica literaria y su teoría de la comunicación, pasó a la prosperidad como uno de los grandes visionarios de la presente y futura sociedad de la información. El profesor McLuhan, sostenía en 1961 que los medios de comunicación electrónicos estaban creando una “aldea global”, dando paso a una globalización inminente. Existen muchos ejemplos que dieron paso a un mundo más globalizado: La llegada del hombre a la luna el 20 de julio de 1969, que coincide también con la primera transmisión vía satélite, y por supuesto la creación de Internet el 1 de septiembre de 1969, que supondrá el avance de mayor exponencial hacia un mundo globalizado.

Aun que, generalmente suele asociarse el comienzo de la Globalización con el fin de la Guerra Fría. Pero antes de finalizar esta, ya se estaba desencadenando una crisis a mediados de la década de los sesenta, conocida como la crisis del petróleo de 1973. La crisis, surgió  a raíz de la decisión de la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo de no exportar más petróleo a los países que habían apoyado a Israel durante la guerra de Yom Kipur, que enfrentaba a Israel con Siria y Egipto. Esta medida incluía a Estados Unidos y a sus aliados de Europa Occidental. A consecuencia de ello, el aumento del precio, unido a la gran dependencia que tenía el mundo industrializado del petróleo, provocó un fuerte efecto inflacionista y una reducción de la actividad económica de los países afectados. Esto causó que los países afectados buscasen medidas para no depender del exterior y una reorganización radical de la economía. Ya desde las décadas de los 70 y 80 varios analistas y políticos encontraron conveniente efectuar una crítica, desde un punto de vista pragmático o  liberal a formas socio-político y económicas anteriores, que ellos consideraban que restringían tanto las libertades individuales como del desarrollo económico y social, proponiendo nuevas formas a fin de crear un terreno favorable para la revitalización de las economías. Pasados unos años, en 1989 y 20 años tras su construcción, fue la caída del muro de Berlín. Esto abrió camino para que el 8 de diciembre de 1991, los representantes de las tres Repúblicas Eslavas: RSFS de Rusia, RSS de Bielorrusia y RSS de Ucrania, firmaran el Tratado de Belazevha que supondría la disolución de la Unión Soviética, constituyéndose así la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Gorbachov presentó así su dimisión el 25 de diciembre de 1991, y la Federación de Rusia asumió en el terreno internacional los compromisos y la representación del estado desaparecido. Todas las repúblicas de la URSS, fueron reconocidas internacionalmente como Estados Independientes. A partir de ese momento, surge la Globalización como bien la conocemos hoy en día, un proceso continuo y dinámico, que regula el funcionamiento de empresas y el comportamiento económico de los individuos a nivel internacional. La globalización, es sólo un proceso que se deriva del capitalismo, y este se impone de los más fuertes a los más débiles, creando que el mundo se vuelva uno en creencias, en moneda, y en costumbres, eliminando la identidad nacional, particular de cada país. Además, hace que la brecha entre pobres y ricos se haga más grande. El capitalismo es un sistema económico, basado en la propiedad privada de los medios de producción y en el hecho de que el proceso productivo procura una plusvalía que permite la acumulación y reproducción del capital. La globalización, logró abrir nuevos espacios que favorecieran la expansión financiera y económica en un sistema capitalista, donde es necesaria la existencia de espacios donde invertir de manera rentable los beneficios obtenidos. De lo contrario, la acumulación de riqueza puede provocar un estancamiento y colapso del sistema. Es por ello que los flujos de capital precisan de movimiento continuo para no devaluarse por efecto de la inflación. Y consecuentemente, los propietarios del capital aspiran a acumular el mayor número de rentas. Todos estos factores propician que el sistema financiero tienda a la expansión, por ello se considera la globalización como un proceso expansivo del sistema. Gracias a dicha expansión, se abrieron nuevos espacios geográficos internacionales, como son Europa Oriental, China, India y EE.UU, pertenecientes a la Organización Mundial del Comercio (OMC) creada en 1995 . De este modo, los excedentes de capital generado pudieron invertirse en la producción e intercambio de mercancías o la construcción de infraestructuras en sectores económicos que estaban regulados y no permitían la inversión privada. En torno al sistema financiero, se formó una red cibernética que alcanzó el ámbito global y por la que se desplazaba el dinero a gran velocidad de un territorio a otro. Ante este panorama surgen con fuerza las grandes ciudades, que compiten entre ellas para atraer capital, talento y turismo. Han dejado de formar parte de un orden jerárquico que se establecía en factores de población, de conectividad, o culturales. En la globalización las ciudades son un modo de acceso a la economía global, y estas pasan a conformar redes. La desregularización financiera y el surgimiento de las nuevas tecnologías de la comunicación, permitía la distribución de los excedentes financieros, invirtiendo en cualquier parte del mundo con solo un movimiento. La rapidez y la aplicación de las nuevas tecnologías, propiciaron una transformación de los mercados financieros, incrementando la rapidez de las transacciones y su compensación y liquidación. En cuanto al sector cultural, el incremento de la intercomunicación física, como son los transportes y la intercomunicación Virtual, como son las nuevas tecnologías (Internet); llevo a las siguientes cuestiones: Un incremento de la facilidad del control político y gubernamental, y, por otro lado, la facilidad para la diseminación de ideas críticas y la comunicación a nivel de ciudadanos comunes y corrientes, que anteriormente estaban para su información a merced de los medios establecidos. En este sentido, la cultura se entiende sobre todo lo relacionado con la difusión y consumo de productos a niveles mundiales, como son la televisión, la literatura, la música…, donde la tecnología juega un papel de difusor a gran escala. A esto se le suma un intenso turismo cultural, manifestado en los principales destinos turísticos y en los grandes eventos, que aspiran hacer accesible la cultura a un nivel mundial con estrecha relación a los avances en los transportes, como son los transportes aéreos. En base al proceso de globalización, se le van sumando medidas que lidian con los problemas y enfrentamientos actuales. Por ejemplo, tras los atentados del 11 de septiembre 2001 contra el “Wall Trade Center”, transmitidos en vivo y en directo por las cadenas globales de televisión a toda la Humanidad, adquirieron una significación mundial. A partir de ese momento, la lucha contra el terrorismo internacional y la defensa de la seguridad nacional de los Estados Unidos, propondrá la necesidad de restringir los derechos humanos para garantizar la seguridad, y reinstalará el valor del Estado. Otro caso, en los disturbios de Francia de 2005, en noviembre, miles de jóvenes franceses, hijos de inmigrantes provenientes del norte de África, protagonizaron durante dos semanas una revuelta que tuvo su sello en la quema de miles de automóviles en París. El acontecimiento sorprendió al mundo y puso en cuestión las migraciones internacionales y las desigualdades sociales y territoriales en la globalización. En cuanto al ámbito social, la esperanza de vida se ha casi doblado en los países en desarrollo tras la segunda Guerra Mundial. Incluso en los países de la áfrica subsahariana, la esperanza de vida ha aumentado de los 30 años a los 50 años; antes de la aparición pandémica del Sida, donde se redujo a 47 años. La mortalidad infantil, ha decrecido en todas las regiones del mundo en desarrollo. La democracia, aumentó considerablemente, pasando a estar presente en un 62,5% de los países. Se reforzaron los derechos de la mujer y la tasa de alfabetización se redujo considerablemente, pasando de un 52% a un 81% entre 1950 y 1990. Surgen por estos tiempos la Burbuja Inmobiliaria, que se conoce como el avance en la mayoría de los países industrializados occidentales, donde los precios de los bienes inmuebles están muy por encima del resto de bienes y servicios. Este proceso, arranca en el propio mercado inmobiliario y conllevará a una segunda etapa favorecido por políticas monetarias expansivas y por abundante crédito hipotecario. Su maduración, comienza a finales de los años 1990, tras el pinchazo de la burbuja y la bajada de tipos de interés para combatir los efectos recesivos: Laxitud monetaria tras los atentados del 11 S y la Guerra de Irak y la culminación del proceso de unificación monetaria europea. Otro factor importante, fue la expansión del mercado de obligaciones colateralizadas por deuda (CDO) que incentivó sobre la manera de concesión de hipotecas a prestarios poco calificados y con alto riesgo de impago. Pero las quiebras de entidades financieras por culpa de los problemas de las CDO, propiciaron la crisis económica del 2008, que tendrá un impacto diferente en diversas regiones, pero que afecta generalmente a los países de renta alta.

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