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Guía Exani


Enviado por   •  4 de Mayo de 2013  •  2.301 Palabras (10 Páginas)  •  545 Visitas

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heraclito!

Nombre artístico: Demócrito.

Nombre completo/verdadero: Demócrito de Abdera.

Fecha de Nacimiento: 460 a.C.

Lugar de nacimiento: Abdera, Tracia.

Ocupación: Filósofo griego.

Inicio: Demócrito era conocido por los sobrenombres de Milesio o Abderita.. Fue un filósofo muy famoso en su época, además también fue uno de los autores prolíficos de la Antigüedad, ya que escribió muchas obras, sin embargo solo se atesoran algunas de sus obras, la mayoría de ellas pertenecen a la ética.

El rey Jerjes dejo en el hogar de su padre a magos y eruditos caldeos y Demócrito estudio con ellos, allí aprendió astrología y teología

Obra: Demócrito de Abdera fue el creador de la teoría atómica de la materia, la cual se basa en que todas las cosas del mundo están creadas con partículas de materia pura que son diminutas, invisibles e indestructibles, las cuales se mueven en un infinito espacio.

Además en su teoría sostenida que:

• Lo átomos se diferencian pos su tamaño y forma, pero no por sus características internas.

• Estos son eternos, indivisibles, homogéneos, incompresibles e invisibles.

• Las propiedades de los mismos depende del agrupamiento de los átomos.

Demócrito no demostró esta teoría con experimentos, sino que lo hizo através de razonamientos lógicos, al igual que todas las teorías griegas.

Otras apreciaciones: Algunos aseguran que Demócrito murió a los 90 años, otros aseguran que vivió más de 100 años.

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Allá en la antigua Tracia Occidental, casi en dirección de la isla de Tasos, al norte de Grecia, a orillas del Mar Egeo, allá en la ciudad de Abdea, nació Demócrito de Abdea, el discípulo de Leucipo, hacen 2.481 años; es decir, en el año 470 A.C.

Era un filósofo que, junto con Empédocles de Agrigento, Leucipo y Epicuro (pertenecientes al florecimiento de la cultura Jonia), se convirtió en iniciador de lo que hoy conocemos como teoría atómica. También Demócrito fue quien aseveró que “un cuerpo que se mueve continuaba su movimiento hasta que algo interviniera para alterarlo”. Este concepto fue el que dio origen a lo enseñado por Isaac Newton, como lo es la Inercia , primera Ley de su Mecánica Celeste (Primera Ley del Movimiento) y que según el principio de Equivalencia de Einstein, la inercia es semejante a la Gravitación Universal ; de allí que la masa gravitatoria corresponda a la masa inercial.

Lo grandioso de Demócrito, y en general de todos aquellos sabios de la Antigüedad , es que su conocimiento y sus especulaciones son producto de la intuición, de la lógica, dada su natural sensibilidad para inducir razonamientos que les facilitarán formular principios, leyes, teoremas, hipótesis o conceptos generales que son propios de las inferencias o conclusiones basadas en la experimentación científica o metódica. Desgraciadamente, muchas de aquellas antiguas deducciones adolecían de errores o estaban inconclusas, precisamente porque la experimentación racional sólo aparece en estos últimos siglos para poder demostrar la verdad universal, omnímoda e inequívoca. Con todo, los conocimientos que nos legaron los antiguos han servido para el progreso de la ciencia, algunos frenados por las especulaciones dogmáticas que constriñeron el ideal científico y otros que no pudieron culminar su grandiosidad por las restricciones que imponían los escuálidos medios que imperaban en esas épocas remotas.

Sin embargo, Demócrito vio en su pensamiento casi la verdad absoluta: imaginó que la materia estaba formada por átomos y vacío, y fuera de éstos no podría existir cuerpo alguno: Dijo que los átomos eran partículas infinitamente pequeñas, indivisibles, eran la última manifestación de la materia y estaban separados por vacío.

La idea primigenia era de su maestro Leucipo, pero Demócrito desarrolló tal concepto que la popularizó y hasta llegó a concebir el átomo (palabra griega que quiere decir indivisible) como invisibles corpúsculos diminutos que tenían como ganchos para unirse unos con otros, lo que hoy conocemos como fuerzas interatómicas. Afirmaba Demócrito: Nada existe aparte de los átomos y el vacío, cuando cortamos una manzana, el cuchillo ha de pasar a través de espacios vacíos entre los átomos. Si no hubiesen estos espacios vacíos, el cuchillo topará con los átomos impenetrables y no podríamos cortar la manzana”. Por supuesto que tal opinión es incorrecta pero sirvió de base para el alcance de ciertas verdades científicas. En resumen, la filosofía de Demócrito estaba sintetizada’ en: “1º La materia es discreta. 2º Todas las sustancias están formadas por átomos que están separados unos de otros por un espacio vacío. 3º Los átomos están en constante movimiento; y 4º El movimiento es una propiedad inherente a los átomos, éstos son eternos, indestructibles...”

Por otra parte, Demócrito fue genial cuando imaginó que el volumen de un cono o de una pirámide podía lograrse calculando separadamente el volumen de las distintas láminas delgadas superpuestas en las cuales se habían subdividido los citados sólidos geométricos. Esta formulación corresponde en la Matemática actual a la Teoría de los Límites, lo cual constituye el paso previo para entrar en el Cálculo Infinitesimal (Integrales y Diferenciales), esto último descubierto al unísono y separadamente por los célebres científicos Isaac Newton (alquimista, matemático y físico) y Gottfried Wilhelm Leibniz (filósofo y matemático alemán). Según el eminente astrónomo norteamericano Carl Sagan, si las obras de Demócrito no hubieran sido totalmente destruidas, cabe la posibilidad de que el Cálculo Diferencial hubiera sido conocido en la época de Cristo.

El dogmatismo y la irracionalidad del eufórico fanatismo conjuraron contra Demócrito y lo presentaron como un peligro para la sociedad, ya que consideraba que todo estaba constituido sólo por átomos y vacío, que no existía Dios, que todo se había formado espontáneamente a partir de la materia difusa y que en el espacio había un gran número de mundos que evolucionaban y después caerían. Consideró que algunos mundos estaban habitados y que la vida se originó en una especie de caldo primordial.

Agregó Demócrito: “La percepción - la razón por la cual pienso, por ejemplo, que tengo una pluma en la mano - es un proceso puramente físico y mecanicista; que el pensamiento y la sensación son atributos de la materia reunida en un modo suficientemente fino y complejo, y no de ningún

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