Hablar En Publico

Hablar en púbico no es simplemente pararse y decir cosas, si no que se debe tener un objetivo que deseamos que sea transmitido por la concurrencia, por lo cual además de preparar un tema a tratar, debemos tener la manera correcta de expresar este tema, ya que debemos hacer que las personas que escuchan nuestro discurso se interesen por lo que se les va decir, y esto exige dominar diferentes formas de técnicas de comunicación que debe tomar en cuenta el que va transmitir sus ideas.

Recordemos que una cosa es conocer sobre algún tema y otro muy distinto saber comunicarlo para los demás. Conocer el tema es una condición necesaria pero no suficiente: hay que saber exponerlo de una manera atractiva, conseguir captar la atención del público y no aburrirles. Antes que nada el orador debe conocer el tema que se expondrá además de conocer la importancia que tiene estar frente a un grupo de personas y el tema debe ser llamativo para la concurrencia.

Es muy importante dominar el tema, ya que si no se hace nos podemos encontrar en una situación de burla hacia nosotros. Un mismo discurso puede resultar u tremendo éxito o un rotundo fracaso en función de la habilidad del orador en su exposición.

Aunque resulta natural estar algo nervioso cuando se va a hablar en público, hay que tener muy claro que el público no es el enemigo, que se encuentra acechando a la espera del más mínimo fallo para saltar sobre el orador. Como orador debemos verlo de manera diferente, ya que esto hace que se nos dificulte al estar presentando la explicación, además recordemos que las personas presentes acudieron por que se les hizo llamativo el tema, y están confiados de que el orador es el apto para desarrollar este.

Es muy importante tener en cuenta que cuando se habla en público hay que estar pendiente no sólo de lo que se dice, sino de cómo se dice, del vocabulario que se emplea, de los gestos, de los movimientos, de la forma de vestir, etc. Todo ello será valorado por el público y determinará el mayor o menor éxito de la reunión.

Tener miedo antes de estar frente a un grupo es algo usual en la mayoría de las personas, pero como se había mencionado con anterioridad, el público no es el enemigo.

Comúnmente tenemos miedo a hacer un ridículo espantoso, de que se rían de uno, de no hablar correctamente, de caer en desgracia, de hundir el prestigio profesional, de que le abucheen etc. Pero en realidad son acciones que no van a ocurrir, por cual se deben desechar de nuestra mente.

En muchas ocasiones también preocupa el pensar que el público pueda darse cuenta del miedo que uno tiene (sudores, temblor en el habla o en las piernas, cara demacrada, etc.), pero es muy difícil que esto ocurra. Todas estas, son reacciones físicas que uno percibe intensamente pero que apenas son percibidas por terceros. Además en esta situación es normar

...