Hambre cero “La experiencia Brasileña” Por: Jorge Arturo Santamaría Colula
Enviado por Jorge Arturo Santamaría Colula • 27 de Abril de 2017 • Ensayo • 2.024 Palabras (9 Páginas) • 251 Visitas
Hambre cero “La experiencia Brasileña”
Por: Jorge Arturo Santamaría Colula
Introducción
Los Programas de Desarrollo Social son instrumentos integradores para disminuir el rezago y las desigualdades económicas-sociales a través de diversos proyectos, surgen para mitigar la pobreza, la marginación y sobre todo la organización de los mismos trabajadores. La experiencia de Brasil a diferencia de otros programas que se han desarrollado en otros países incluyendo el nuestro es que el programa no surge solo como iniciativa del gobierno, es una exigencia del mismo pueblo brasileño así como la organización de diferentes frentes sociales y el hartazgo que se vivé gracias al cambio de modelos que se sufrieron en toda América Latina.
El siguiente trabajo retoma el proyecto que recopila de manera sintética otros autores, al mismo tiempo le doy una perspectiva económica y trato de explicar el triunfo del Programa a nivel internacional contrastando con los demás Programas que se implementan. Los coordinadores del libro son José Graziano Da Silva, Mauro Eduardo Del Grossi y Caio Galváo de Franca. El programa “Hambre Cero” fue una decisión política que se puso en práctica en el 2003 y como objetivo fue superar la situación de inseguridad alimentaria y nutricional que se había vuelto una problemática insostenible.
- Contexto Histórico: Conquista social
"En un país que cuenta con tanta tierra fértil y con tanta gente que quiere trabajar, no debería haber razón alguna para hablar de hambre. No obstante, millones de brasileños [...] sobreviven milagrosamente por debajo de la línea de la pobreza, cuando no mueren en la miseria, mendigando un pedazo de pan. Por eso, he definido entre las prioridades de mi gobierno un programa de seguridad alimentaria que lleva el nombre de Hambre Cero."
Luiz Inácio Lula da Silva Discurso de toma de posesión como Presidente de la República, 1 de enero de 2003
La Política Nacional de Seguridad alimentaria fue un parteaguas de estructura gubernamental y se comenzó a crear en años anteriores con Itamar Franco también hubo una participación ciudadana muy focalizada, la propuesta fue por el Partido de los Trabajadores en 1991 todo esto desencadeno una serie de acontecimientos sociales que aglomero de manera sistémica el descontento de años anteriores.
Este proyecto se basó en datos de la Encuesta Nacional por Muestreo de Domicilios de 1999, realizada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística-IBGE (que viene siendo como el INEGI en nuestro país) arrojando los siguientes datos “9,3 millones de familias y 44 millones de personas muy pobres (con renta por debajo de 1 dólar al día, lo que representaba cerca de 80 reales brasileños mensuales en agosto de 2001), que fueron consideradas como el público potencial beneficiario de este proyecto, por ser vulnerables al hambre. Esa población pobre representa el 22 % de las familias y el 28 % de la población total del país: el 19 % habita regiones metropolitanas; el 25 %, áreas urbanas no metropolitanas; y el 46 % es población rural.”
En el contexto nacional Brasil es un país que cuenta con una gran diversidad cultural y riquezas en recursos naturales dividido en 26 Estados y el Distrito Federal, tiene 5564 municipios. El público que debe beneficiarse es numeroso: 9,3 millones de familias (o 44 millones de personas) muy pobres, cuya renta es inferior a 1 dólar estadounidense al día, cerca de 80,00 reales brasileños al mes. El objetivo principal del proyecto es que la gran mayoría de personas sino es que todas deben tener acceso diario, tres veces al día, de forma digna a alimentos de calidad y cantidad, nutriéndoles y que tengan un impacto en su vida diaria para esto se utiliza las llamadas políticas estructurales las cuales en palabras del Lula da Silva servirán para;
“—destinará a la redistribución de la renta, crecimiento de la producción, generación de empleo y reforma agraria, entre otros aspectos— y las intervenciones de emergencia muchas veces llamadas políticas compensatorias. Limitarse a estas últimas, cuando las políticas estructurales siguen generando desempleo, concentrando la renta y ampliando la pobreza —como ocurre hoy en el Brasil— significa desperdiciar recursos, engañar a la sociedad y perpetuar el problema.
Luiz Inácio Lula da Silva Instituto Ciudadanía, octubre de 2001
- Aspectos generales y Problemática
El problema del hambre en Brasil en términos generales son determinados por la ausencia de la demanda, concentración de la renta, falta de mercado interno, muy bajos niveles de desempleo que sintetizando todo este proceso se cae en un ciclo vicioso que se sintetiza en la siguiente imagen:
[pic 1][pic 2]
Para esto se debe de tomar en consideración elementos que formen una política diferencial de acumulación; se debe de estimular (engrandecer) el mercado interno para el consumo en la propia región, evitando o disminuyendo la importación de alimentos para fortalecer el intercambio, esto sirve como palanca interna aunado a las políticas agrarias que al mismo tiempo empujan años de lucha rezagada, lo interesante en este aspecto es que existen muy pocas contradicciones internas (pelea de intereses o conflictos) debido a que se comenzó a fortalecer no solo la clase trabajadora sino también la clase capitalista del mismo Brasil, en las conclusiones determinaré de que manera se pudo influir y que contradicciones encontraron más adelante en el desarrollo del proyecto.
Para esto la siguiente propuesta en forma de esquema muestra el desarrollo, las políticas y su distribución de forma local con sus implicaciones estructurales;
[pic 3]
[pic 4]
La liberación de tierras por la propuesta de la Reforma Agraria también fue un pilar fundamental en el Proyecto Hambre Cero, ya que el alto grado de concentración y su renta es una ancla a los precios de los productos, haciendo que los salarios industriales se mantengan y formen al mismo tiempo una base de trabajadores que puedan subsistir con un costo bajo. Para el autor la defensa de la reforma agraria se justifica por cuatro motivos principales: redistribución de la renta, ampliación de las fuentes de renta para las familias, como fuente de autoconsumo alimentario, y por su efecto dinamizador de las economías regionales. Esto se puede ver en el nivel de incidencia que tiene en el gasto de las familias la comida, al menos en México se puede estimar que la gran mayoría de personas que trabajan destinan alrededor de más de la mitad de sus ingresos al gasto de comida, así que liberando las tierras para autoconsumo o producción interna, no solo crea condiciones para que se elevar la producción agrícola sino también que se consuma el fruto de su trabajo, diferenciando con esto de los demás Programas de Desarrollo.
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