Identificación Legal
Enviado por tatetate • 6 de Julio de 2014 • 4.236 Palabras (17 Páginas) • 236 Visitas
INTRODUCCION:
La identidad, se puede decir que no es más que el simple hecho de saber quiénes somos y de cómo nos distinguimos de entre las demás personas. Aunque para el derecho es necesario conocer de qué forma se pueden identificar a las personas y de allí deriva la gran importancia de estos documentos anteriormente expuestos los cuales nos permiten ejecutar todos esos actos de la vida diaria y que son garantizados por las leyes del país.
Para lograr entender claramente el tema de la identidad civil es necesario comenzar desde la base, la cual sería una definición clara de identidad y para obtener un concepto exacto se establecerán distintas definiciones sobre la misma:
Identidad: Es por lo general, la distinción entre cualquier persona y sus semejantes en la sociedad.
Identidad: Concepto claro y nítido de uno mismo.
Identidad: Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás.
Identidad: Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás.
En general si estudiamos estos conceptos y los unimos para formar uno más preciso y exacto sobre la identidad; se puede afirmar entonces que la identidad es la distinción clara, mediante una serie de rasgos únicos que permiten a los individuos diferenciarse de las demás personas en una sociedad.
Teniendo este concepto de identidad se puede decir entonces que la identidad civil es el conjunto de atributos confirmados por un ente que nos permiten diferenciarnos de forma única entre las demás personas, estos atributos pueden ser: la cedula de identidad y todos los datos que se contienen en ella, (como el nombre, fecha de nacimiento, la firma, la foto de la persona y la huella dactilar) la partida de nacimiento, inclusive algunas tarjetas bancarias donde aparezcan algunos datos de la persona que la puedan identificar, así como también ciertos documentos como la partida de nacimiento; estos medios nombrados anteriormente son conocidos como medios de identificación y son los que permiten a la persona probar su identidad.
HISTORIA.
En la antigüedad, a los hombres y mujeres que formaban las primeras poblaciones se les identificaba según el clan (grupo de gente unida por parentesco y ascendencia y está definido como la percepción de ser descendientes de un ancestro común) al que pertenecían.
Esta identificación consistía en asignar algún parentesco en las sociedades primitivas y éste se fijaba a través de la madre, pues se piensa que la promiscuidad sexual habría impedido que los hombres reconocieran a sus propios hijos, sin embargo no formaba parte del nombre, sino que era una forma de agrupamiento antropológico, y era importante al momento de defender tierras y fuentes de alimentos.
En esas épocas, el conocimiento de las distintas personas se llevaba a cabo únicamente con el nombre y, si acaso, por el mote o apodo. Así, aquel que poseía un pelo rojo, era designado como "el Rojo", los detectados por un defecto físico, por este, 'El Cojo", "El Tuerto", etc.
Así se llegó hasta Roma donde comenzó, como una costumbre, añadir al nombre propio, el de la tribu o familia a la que pertenecía la persona. (Pronomen y Cognomen). Como ejemplo, al hombre llamado Tito (nombre propio), se le añadió el perteneciente a su familia Livio, componiendo nombre y apellido: Tito Livio (quien fue un historiador latino).
A Roma se le conoce como cuna de la civilización, y fue en Roma, donde surgió el uso del apellido. Pero esta costumbre romana, en un largo período de tiempo, quedó limitada a la nación donde se originó, dándose el caso que, en el resto de Europa, por espacio de largo tiempo se continuó con el nombre y el apodo, hasta que a principios de la Edad Media comenzó a extenderse el uso de los apellidos.
Esta forma de identificación, mediante el uso no solo del nombre, sino también de un apellido tuvo distintos orígenes. Comenzaron a utilizar apellido los nobles feudales que añadían a su nombre el correspondiente a la población que habían conquistado o que correspondía a su señorío. Y así, citando un caso, el noble Hernán, al conquistar la población de Almeida, añade este nombre al suyo propio y se convierte en Hernán de Almeida.
Naturalmente, esto no ocurría con las clases populares por lo que el origen de sus apellidos se deriva de la población donde nacían o, en ocasiones, al oficio que ejercían. Y no pocos apellidos tuvieron su origen en los motes, así como otros se derivaron de los nombres de sus padres y abuelos, con algunas modificaciones.
Es así se origina lo que conocemos como Nombre de familia, o apellido, con que se distinguen las personas. Esta forma de identificación primero fue costumbre y luego dato o designación obligatoria en casi todas las legislaciones.
Sin embargo, esta manera de identificarse no daba certeza de que la persona que decía ser en realidad lo fuera, surgiendo la necesidad de lograr mecanismos que dieran seguridad sobre la identidad de las personas.
En otras culturas y civilizaciones ocurría un desarrollo similar debido a la importancia de la identificación personal, pues el ser humano, siente la necesidad de identificarse con un elemento designador concreto, en muchos casos con un antropónimo o nombre propio. Este hecho parece universal a casi todas las culturas humanas, aunque se registran algunas donde entre los miembros familiares no se usan nombres propios sino nombres comunes de parentesco como hijo(a), padre o madre, etc. En las sociedades pre estatales, el antropónimo está formado por un único nombre propio, muchas veces con algún significado descriptivo o simbólico. En las sociedades sedentarias, con jerarquización y gran número de individuos con frecuencia el antropónimo de las personas consta de al menos un nombre de pila, propio del individuo y algún tipo de nombre familiar. Así el nombre familiar puede servir para que los descendientes de miembros influyentes de la sociedad conserven el prestigio o poder de la familia a través del uso del nombre. O bien como sucede en muchas sociedades modernas, la combinación de un nombre de pila y un nombre familiar resuelve el problema de la existencia de un número de antropónimos limitado, y evita la confusión de que dos individuos tengan el mismo antropónimo.
En China, para el año 650 de nuestra era, (mientras el mundo occidental se encontraba en el período conocido como la edad oscura), ya se llevaban a cabo transacciones comerciales importantes entre los hombres, y para evitar el incumplimiento de las obligaciones contraídas, utilizaron en la confección de documentos legales en primer lugar, un método que consistía en el uso de planchas
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