Igualdad de género y empoderamiento de la mujer.
Enviado por Jessica Batista • 20 de Octubre de 2017 • Ensayo • 1.007 Palabras (5 Páginas) • 286 Visitas
Igualdad de género y empoderamiento de la mujer.
Durante años, el hecho de que las mujeres y niñas se desarrollen en un ambiente de igualdad, seguridad y oportunidades, ha sido de los temas principales en las agendas en pos al desarrollo a nivel mundial. Nos encontramos repasando una y otra vez, medidas, convenios, tratados… pero, ¿por qué? O más bien, ¿por qué aun no se ha logrado que las mujeres tengamos las mismas oportunidades, en una Sociedad que pregona cada día avanzar en cuestión de derechos humanos e igualdad?
Las mujeres del siglo XXI gozamos de unas libertades que no existían en siglos pasados, puesto que estas eran prácticamente consideradas como objetos, no tenían voz, no votaban y no trabajaban por remuneración, sino que se encargaban completamente a quehaceres domésticos y la maternidad. No es sino con la revolución industrial que la mujer empieza a empoderarse, aunque esto fue parcial, ya que seguían siendo consideradas menor que los hombres, y a pesar de desempeñar en muchas ocasiones las mismas funciones, eran sometidas a condiciones de trabajo inhumanas, y a salarios proporcionalmente desiguales. Asimismo, el hecho de que la mujer fuese considerada como un ser débil, le dio potestad durante mucho tiempo al sexo opuesto (especialmente a sus compañeros sentimentales) para maltratarlas, maltrato que más adelante se tradujo en cifras colosales de casos de violencia física, sexual, verbal y psicológica, abortos, adquisición de enfermedades de transmisión sexual y hasta asesinatos.
Además de otros acuerdos y convenios firmados con anterioridad, en el año 2000 las Naciones Unidas nos presentan en sus Objetivos del Milenio, como tercera meta, promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer. El alcance de dichas metas fue acelerado con la creación de ONU Mujeres en Julio del año 2010, que permitió que para el año 2013 se lograra igualdad de géneros en cuestión de matriculación en la enseñanza primaria, el 40% de los trabajos remunerados no agrícolas pertenecían a mujeres, y también un aumento en las cámaras bajas y altas de 9% aproximadamente en participación femenina en ambas, desde el año 1997. A pesar de obtener estas significativas cifras, las mujeres seguían en condiciones de amplia desigualdad en la educación, el ámbito laboral y social, teniendo que ser incluido el tema nuevamente, ahora como quinto objetivo, en la agenda de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, que establece entre sus metas principales la eliminación de todo tipo de discriminación contra las mujeres y niñas, y la aprobación y fortalecimiento de leyes y políticas que permitan el empoderamiento las mujeres y niñas en todo el mundo.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Cómo es que aún se justifica un trato desigual derivado de la condición masculina o femenina, si la feminidad es algo que se obtiene de nacimiento y no representa ni supone ninguna debilidad? Es simple, estamos educando a nuestros niños con la misma mentalidad cerrada con la que hemos crecido, de que las mujeres son el sexo débil, en cuanto a lo físico, ignorando que ninguna condición física es más importante que una convicción metal clara. La sociedad supone los sentimentalismos y el control y manejo de las emociones que poseen las mujeres como si fuese una desventaja, cuando en realidad en la sociedad de hoy se necesita más que nunca la empatía, seguridad, generosidad y familiaridad que transmitimos las mujeres.
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