“Impuestos a la riqueza y a la propiedad en México”

 “Impuestos a la riqueza y a la propiedad en México”

24 de Noviembre del 2016.

Índice.

Introducción (I)        3

Definición y naturaleza del impuesto. (II)        4

Desigualdad, acumulación del capital y pobreza en  México. (III)        8

ISR, ISAI y otros impuestos a la riqueza y la propiedad. (IV)        12

Conclusiones. (V)        14

Bibliografía. (VI)        15

Introducción (I)

        El Sr. Piketty hizo que la comunidad de las ciencias sociales volviese a voltear al tema la desigualdad, de los impuestos progresivos a la riqueza, hizo ver nuevamente, un fallo más en el sistema político-económico imperante, el capitalismo. Siendo pues que en su libro “El Capital en el Siglo XXI”, nos demuestra a base de datos duros, teoría y gráficas de tendencia, como el capital cuando se encuentra en pocas manos, no tiende a distribuirse de una forma más pareja con el paso del tiempo, por el contrario, su concentración se hace evidente en más de un país que ha tomado como ejemplo, esto deja de lado completamente las teorías de los años 70s, en los tiempos de líderes como el presidente Pinochet en donde se creía que la alta concentración de riqueza, terminaría por hacer más eficiente los procesos económicos y que con el paso del tiempo la riqueza terminaría por redistribuirse. Los años han cobrado, y dichas ideas se han mostrado como lo que son, erróneas.

La desigualdad sigue siendo un tema de interés para toda la comunidad académica, y aún más importante, para los economistas, estos, han planteado a los impuestos como una forma de redistribuir esta riqueza, de aminorar la diferencia de bienes y calidad de vida, impuestos progresivos a la riqueza que han tomado distintas formas en todo el mundo, este texto, hará referencia específicamente al caso de México en la actualidad, con los diversos impuestos que abordan este problema, tales como el ISR, ISAI, entre otros tantos que se acuñan durante los procesos de herencia, traspaso de bienes y otros procesos legales.

Sin embargo, al ser este un trabajo que tiene como objetivo introducir al lector al mundo de los impuestos a la riqueza y a la propiedad, es decir, con un fin totalmente educacional y académico, primeramente abordaremos la teoría básica que es necesaria saber sobre la naturaleza de los impuestos en sí (II), seguidamente, entraremos al tema de la desigualdad, la acumulación de riquezas y la pobreza en el siglo XXI (III), para terminar esta introducción teórica con lo que son en sí los impuestos que existen en México, es decir, los antes mencionados (IV), para terminar envolviendo todo lo dirigido en las conclusiones (V).

Definición y naturaleza del impuesto. (II)

“El impuesto es una parte de la renta nacional que el Estado se apropia para aplicarla a la satisfacción de las necesidades públicas, distrayéndola de las partes alícuotas de aquella renta propiedad de las economías privadas y sin ofreces a éstas compensación específica y recíproca de su parte”.- José Álvarez de Cienfuegos.

La razón de existir de los impuestos es clara, incluso para el ciudadano más apolítico existente, su creación se dio con el fin de recaudar ingresos para poder sustentar así el existir del gobierno, y que este sea capaz de llevar acabo plenamente todas sus obligaciones; tales como son sus funciones con respecto a la salud, a la seguridad y a la educación de sus ciudadanos, siendo estas tres áreas, las necesarias y obligatorias para que su existencia sea justificada.

Antes de explicar cómo los impuestos se definen también como herramientas contra la desigualdad y la mala distribución de los ingresos, es necesario, aclarar los principios fundamentales de los impuestos, de cualquier impuesto que exista en el mundo, esto usando los principios básicos que deben cumplir los impuestos según Adam Smith, estos son:

-El Principio de economía, el cual básicamente estipula que la planeación de la recaudación de cualquier impuesto debe buscar la eficiencia siempre, esto con el fin de que la diferencia entre lo recaudado y lo que realmente ingrese al presupuesto nacional sea el menor posible. Este punto es vital, lógico y sencillo, si el costo por recaudar un impuesto es mayor al monto que termina por “ganar” el gobierno, entonces es ilógico que tal impuesto exista.
-El Principio de certidumbre, el cual nos dice que el impuesto que cada ciudadano está obligado a pagar debe ser fijo y no arbitrario, esto incluía, la cantidad a pagarse, la fecha y la forma en la que este debía realizarse.
-El Principio de comodidad, el cual estipula que un impuesto debe ser recaudado en el tiempo y lugar que más le convenga al contribuyente, es decir, que la fecha en la que se pagará debía de ser en la que existiese más probabilidades de que el ciudadano pudiese pagar.
-El Principio de justicia y equidad, este punto es el más relevante en relación al tema que se trata en este texto, pues en este, Adam Smith menciona que los ciudadanos del Estado deben contribuir al sostenimiento del gobierno en una proporción lo más cercana posible a sus respectivas capacidades, es decir, insiste en la vitalidad de los impuestos progresivos -si bien este punto sufre constante debate, por ejemplo, el Sr. Stuart Mill si bien entiende y está de acuerdo con este punto, en sus textos trata directamente el concepto de “equidad”, es decir, que es “justo” que cada quien contribuya, si un rico contribuye diez veces más que un ciudadano normal, entonces por lógica debería recibir diez veces la protección que el ciudadano promedio, son este tipo de ideas las que elabora y refuta en algunos casos el Sr. Mill, sin embargo, la problemática sigue ahí-  y su razón de ser.

Con esto, se tiene una idea clara de cómo debe ser un impuesto, y de lo que se requiere teóricamente, no legalmente, para que uno exista.

Abordando, más directamente el impuesto a tratar, decir que existe otra manera de justificar el “ser” de los impuestos, y es la re-asignación óptima del ingreso nacional entre la población, como es el caso de los impuestos que se dan directa o indirectamente a los estratos de la sociedad que poseen una alta cantidad de riqueza, directos, siendo aquellos que afectan directamente al ciudadano, como es el caso del ISR, que entre mayor sea su renta, mayor es el impuesto.                    E indirectamente, como es el IVA que se le asigna a las mercancías “high end” o de lujo.

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