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Investigaciones Cientificas


Enviado por   •  16 de Octubre de 2013  •  1.067 Palabras (5 Páginas)  •  303 Visitas

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2 Orígenes de la Antropometría

Al buscar los orígenes de la Antropometría, siempre se empieza por Vitruvio; quizás sea a causa del “Hombre de Vitruvio”: ese sujeto melenudo que dibujó Leonardo, con cuatro brazos y cuatro piernas, inscrito en un cuadrado y en un círculo y que está hecho tomando como modelo lo que Vitruvio escribió en el Tercero de sus diez Libros sobre Arquitectura. Acaso sea ese tratado la primera traza –escrita en latín el año 15 de nuestra era- que encontremos en nuestra cultura occidental sobre las medidas y proporciones del cuerpo humano, pero aunque no nos queden textos anteriores, no podemos dudar de lo mucho que griegos, egipcios y caldeos debían saber sobre las medidas del hombre, a la vista de las esculturas que hicieron.

El que Vitruvio hablara de “medidas recíprocas” entre el hombre y los objetos arquitectónicos que este creara, nos induce a reconocer a este arquitecto como al proto-ergónomo de Occidente. En efecto, lo que propugna la Ergonomía es que el objeto debe estar hecho para el usuario y que este no debe deformarse ni autoagredirse para adaptarse al objeto. Al construir un edificio inspirándose en las proporciones del cuerpo del usuario, Vitruvio está poniendo en práctica el espíritu de la Ergonomía dicinueve siglos antes de que se acuñe la palabra “ergonomía”. Pero las proporciones “humanoides” de los elementos arquitectónicos no habían sido un invento de la cultura romana a la que perteneció Vitruvio: venían de la arquitectura griega, y el hecho de que el Partenón lo construyera un artista que hacía de arquitecto, de escultor y –probablemente- de pintor, basando su inspiración en las proporciones del cuerpo humano, nos habla claramente de la vocación “ergonómica” que tuvo la cultura griega antigua en lo tocante a la fabricación de objetos de gran tamaño. Así que Vitruvio, más que proto-ergónomo nos aparece como un gran teórico de la arquitectura del objeto industrial de la época del Imperio Romano, que asimiló la tradición helenística y supo comunicar su enorme oficio con textos y dibujos: el talante ergonómico que nos transmite el romano, venía de Grecia y aún de más atrás. Veamos:

Si comparamos un hacha prehistórica de silex tallado con el mismo tipo de instrumento, de una Prehistoria más reciente, pulimentado, salta a la vista que es menos grave coger la piedra pulimentada y trastear con ella, que hacerlo con el canto tallado, que nos herirá la mano por cortadura: con el tiempo, un mismo utensilio se adapta mejor al usuario humano. Esto es una prueba de que el talante ergonómico es tan antiguo como el hombre. Y podemos extender este proceder al reino animal, pues cuando vemos lo bien hecho que está un nido para las necesidades de sus usuarios, hemos de admitir que el ave constructora tiene unos conocimientos de “pajarometría” que le permiten lograr lo que Vitruvio predicaba para la raza humana: la armonía geométrica del usuario con el medio que habita.

El espíritu de la Ergonomía se encuentra, pues, en el mundo animal y también para el ergónomo la Naturaleza es una fuente de inspiración fecunda.

El interés por teorizar sobre las medidas y proporciones del cuerpo humano debió decaer durante la Edad Media, a juzgar por la poca preocupación que por el realismo muestran la pintura y escultura

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