Invierno en Suecia

Invierno en Suecia

El sol se había puesto hace dos horas. En otros lados del mundo esto significaría que la noche ya ha llegado, pero aquí, en Norrbotten en Suecia en esta temporada de invierno ya habían pasado más de tres semanas sin que el sol se asomara.

El día, si así le puedo llamar a este periodo de oscuridad prosiguió sin muchos cambios. Podía sentir los efectos de la falta de luz por un periodo prolongado de tiempo. Desde que había empezado el invierno me empecé a sentir más cansado, menos motivado y por más que lo intentara me costaba trabajo encontrar la felicidad.

Hablé de esto con mis compañeros de trabajo, pero como ellos son nativos están tan acostumbrados al frío y falta de luz por dos años que reaccionaron de forma indiferente a mis comentarios. Estaba conduciendo de regreso a casa como todos los días después de trabajar, volteé a mis alrededores para tratar de disfrutar del hermoso paisaje que siempre podía observar, pero todo se veía lúgubre y triste, como si toda la vida hubiera sido absorbida por el cruel invierno.

En mi distracción no me fijé en el camino en frente de mi hasta que mi vehículo chocó con algo que a primera vista había parecido un tope. Me detuve para observar con que había chocado, pero quedé sorprendido al observar lo que había debajo de mi llanta. Un cuerpo sin vida. Me gustaría poder decir que ya estaba muerto cuando mi coche pasó sobre él, pero la sangre que corría del cuerpo en el suelo me indicaba otra cosa.

Apanicado decidí fingir que nada había pasado, me subí al coche y empecé a arrancar, solo para caer en la cuenta de que los neumáticos estaban manchados de sangre, y habían dejado una marca sobre el hombre al que había arrollado. Me volví a frenar, levanté el cadáver con dificultad y lo escondí dentro la cajuela. Tras esto, me adentré en las profundidades del bosque. Bajé del vehículo y observé que la nieve estaba cubriendo todo el suelo. En las noticias habían dicho que se acercaba una tormenta de nieve, lo cual era perfecto para mí, ya que la nieve enterraría el cuerpo y nadie podría encontrarlo hasta que llegara el verano.

Dejé al hombre muerto ahí y regresé a mi casa esperando que nadie me descubriera.

Pasaron dos días sin incidente alguno, pero conforme pasaba el tiempo la tristeza y fatiga se iban adentrando más y más en mi cuerpo, hasta que un día que regresaba cansado de mi casa creí verlo ahí, parado al lado de la carretera observándome con sus ojos muertos y la sangre seca en su cuerpo. Cerré mis ojos y cuando los volví a abrir ya no estaba.

• Solo una pequeña ilusión formada en mi mente. Pensé

Pero lo vi de nuevo frente a mi casa. Volví a cerrar los ojos, pero al abrirlos seguía ahí, quieto viendo hacia otro lado. Mi cuerpo se heló, podía sentir como se me erizaba la piel mientras su cabeza giraba hacia mi dirección y de repente desapareció.

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