Invisibilizadas: trayectorias biográficas y aportes a la teoría social de mujeres pioneras en la sociología

Curso Electiva Profesional IV: Género y Sociología. (II sem-2021)

Invisibilizadas: trayectorias biográficas y aportes a la teoría social de mujeres pioneras en la sociología.

Rosa Emilia Bermudez.

Lis Jhoana Navarro Yanez (1823454)

A finales del siglo XIX y a principios del siglo XX empiezan a surgir nuevos acontecimientos sociales de la época, entre ellos la aparición de las mujeres en el mundo académico y científico, pues las mujeres comenzaron a inscribirse en las universidades, muchas de ellas en profesiones como la medicina o la física, las cuales demostraban que las mujeres si tenían capacidades equiparables a las de los contemporáneos hombres que las rodeaban. Incluso, desde la antigüedad grecolatina hubieron muchos intentos de mujeres intentando participar en ciertas actividades académicas o científicas pero esta no tomó fuerza, se volvió un cero a la izquierda, participaciones marginales y asimétricas en relación a la cultura objetiva que los hombres de esa época producían y que las truncó precisamente por su condición de género: “ en todas las épocas de cultura espiritual superior, las mujeres se sentían igualmente estimuladas por la ciencia, a pesar de todos los obstáculos que se interponían en la educación sistemática de su espíritu, y aquellas particularmente talentosas fueron capaces, en todos los tiempos, de apropiarse de cierto volumen de la educación de su época” (Weber, 2007 [1906]. Pág. 62-63).

En este ensayo hablaremos de algunas de las mujeres más influyentes de esta época en el campo científico social: Harriet Marineau, Marianne Weber, Flora Tristan, Beatrice Webb y Jane Adams. La primera, Marineau, nació el 12 de junio de 1802, proveniente de una familia de protestantes franceses, fue socióloga, activista social, filósofa y economista; Harriet se dedicaba a la empresa textil y a la importación de vinos, tuvo la oportunidad de estudiar de manera completa y privilegiada. Cuando era joven, la autora fue perdiendo el sentido del gusto y de la audición, pero esto no fue un condicionante para su vida sino más bien una oportunidad para demostrar sus capacidades, era una mujer increíble académicamente, sabía hablar cuatro idiomas, fue una de las primeras mujeres periodistas de Reino Unido, alcanzando a escribir más de mil artículos durante su vida y estudió en la escuela de Bristol.

Harriet desarrolló análisis sistemáticos de la sociedad norteamericana basados en la observación de las condiciones de vida de las mujeres y de los esclavos en los años 1834 y 1836. De la autora podemos destacar que estudio y analizo la clase social antes que Weber, Marx y Engels, además realizó estudios sobre la religión, el suicidio, el carácter nacional, producción y distribución de la riqueza, las relaciones domésticas, la situación vulnerable de las mujeres, entre otros. Ella tuvo la oportunidad de viajar a EEUU en 1834 donde conoce el movimiento abolicionista y se vincula con las ideas e instituciones republicanas, con esta experiencia escribe su libro Sociedad en American, un análisis detallado de las estrategias sociales alrededor de la figura femenina, la moral y la esclavitud.

Otra característica importante de Harriet, son sus destacadas traducciones críticas de Comte, y lo hizo tan bien que el miso Comte recomendó leerla a ella más que a él. Metodológicamente, hizo aportes muy valiosos a la sociología, exponiendo la observación disciplinada, la clasificación de los datos, la delimitación de conceptos claves, experimentación, comparación y el impedimento del sesgo. En definitiva fue una mujer tildada de “revolucionaria”, pues gracias a sus capacidades, su pensamiento crítico y su educación logró grandes hallazgos para el campo sociológico, económico y político.

Por otro lado, veamos a Marianne Weber y Flora Tristán. La primera nació el 2 de agosto de 1870, fue una socióloga alemana y activista de los derechos de las mujeres, historiadora y política; casi todo su trabajo científico e investigativo estaba basado sobre la protección jurídica de las mujeres, su independencia económica y la educación como un medio para conseguir la igualdad. Marianne era hija de un doctor, su madre falleció y fue educada por su abuela y su tía; en 1893 se casa con Max Weber, con quien comienza a formar actividades en defensa de los derechos de las mujeres y propician el aumento de mujeres habitando espacios educativos como las universidades. Uno de sus más grandes desafíos fue lidiar con los problemas familiares y mentales de su esposo, quien en 1898 sufre un colapso psicológico y comienza a entrar y salir de instituciones psiquiátricas; más tarde en 1920 adoptan juntos a sus 4 hijos, sin embargo, ese mismo año muere su esposo y Marianne queda devastada y entra en depresión.

Marianne escribe gran parte de sus obras hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX, la autora dará cuenta del sistema patriarcal que impregna en la vida social alemana en esta misma época, en donde se establece que las mujeres deben estar limitadas a sus esposos, deben ser sexualmente castas y deben asegurarse de cuidar a sus hijos, ir a la iglesia y cocinar. Weber hace una fuerte crítica al papel que se le otorga a la mujer de su época y al rol de la misma tanto en la esfera pública como privada. Para Marianne, el valor universal que va a permitir la igualdad entre hombres y mujeres es la educación, la cual asegura que no sólo garantiza la independencia económica de las mujeres sino también su desarrollo espiritual.

Así mismo, Flora Tristán es considerada una filósofa que tejió feminismo, socialismo, pacifismo y antiesclavismo. Nació el 7 de abril de 1803 en París, su padre era un hombre aristócrata y Coronel peruano muy reconocido, tuvo una gran vida llena de comodidades hasta sus 5 años, pues el fallecimiento de su padre la llevó a la pobreza junto con su madre; ambas regresan a Paris, allí viven en condiciones socioeconómicas precarias, solo con 16 años comenzó a trabajar como obrera en un taller de litografía y un año después se casa con el propietario de este mismo, relación que no dura mucho pese a los malos tratos que este tenía contra Flora, obligándola a huir con sus hijos a sus 22 años y haciéndola vivir un infierno con el hostigamiento de su ex pareja. Consigue la custodia de su hija solamente y se la lleva consigo a Paris, en donde logra una pensión mensual por parte de la familia paterna.

Fue testigo de crisis políticas como la de Perú en 1833, Flora escribe un diario que es publicado en 1838; luego, regresa a Francia, comienza una campaña por la emancipación de la mujer, los derechos de los obreros y argumenta estar en contra de la pena de muerte. Cuando ya estaba retomando su posición en la sociedad y mejorando su vida en general aparece su ex esposo, quien intenta asesinarla, disparándole y dejando herida; no obstante, Flora gana reconocimiento público y su ex esposo es sometido a 20 años de trabajos forzados, incluso, fue acusado de intentar violar a su propia hija.

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