LA CORRUPCION
Enviado por LOLITHA1996 • 4 de Junio de 2013 • 5.472 Palabras (22 Páginas) • 279 Visitas
“Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto sacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.”
Ayn Rand (1905-1982) La Rebelión de Atlas. N. en San Petersburgo, filósofa y escritora estadounidense (de origen ruso).
“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los de sin ética, lo que más preocupa es el silencio de los buenos...”
Martín Luther King
El pueblo mexicano, desde su vida independiente a principios del siglo XIX, expresó su voluntad de darse su forma de gobierno.
La Carta magna vigente de 1917, dispone que la soberanía reside esencial y originariamente en el pueblo y que fue voluntad de éste constituirse en una República representativa, democrática y federal. Además, al caracterizar a la educación que imparta el Estado, dispone que tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él el amor a la patria, y la conciencia de la solidaridad internacional en la justicia; y sabiamente define a la Democracia, no solamente como estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.
De acuerdo con la teoría más generalmente aceptada del Derecho, éste es un fenómeno cultural que se manifiesta mediante un conjunto de normas coactivas que regulan la conducta social, en cuyo substrato subyacen valores históricamente decantados y socialmente aceptados, en una época y lugar determinados.
¿Cuáles son, entre otros, los valores que soportan nuestra estructura política, forma de gobierno y sistema económico, social y cultural del pueblo? Sin duda son: Independencia, Soberanía, Solidaridad y paz, en lo exterior; y Democracia, Lealtad, Amor a la patria, Libertad, Honra, Estado de Derecho y Justicia, en lo interior.
El concepto de corrupción pertenece al campo de la Etica y de la Moral. Como estas dos disciplinas suelen ser usadas en forma indistinta, no está por demás recordar que la palabra ética proviene del griego éthos, que indica un tipo más fijo de costumbres y se utiliza a menudo para designar el carácter del hombre. La palabra latina para costumbres es mores, el equivalente del éthos griego. De mores derivamos moral y moralidad. La ética es llamada también filosofía moral. Por derivación de la palabra, pues, la ética es el estudio de las costumbres humanas. Algunas de éstas, más que maneras o convencionalismos sociales, son más fundamentales, como la de decir la verdad, pagar nuestras deudas, honrar a nuestros ancestros y respetar la vida y derechos de los otros. Estas costumbres, al paso del tiempo, han constituido también un deber ser. Esta es la moral.
Los juristas recordamos que una de las cuestiones ineludibles en el estudio de la Filosofía del Derecho y de la Ciencia del Derecho es el de las relaciones entre Moral y Derecho. No hay ius filósofo o jurista de renombre universal que no haya abordado el problema y sostenido su teoría o escuela. Lo mismo las corrientes del Jusnaturalismo de diferente signo, que las del Formalismo y Positivismo, como las Integrativas y Realismo escandinavo, inglés, anglosajón y latinoamericano. Y en consecuencia, una de las primeras lecciones del aprendizaje de nuestra Ciencia en las Facultades de Derecho en México es la distinción entre las esferas de la Moral y la del Derecho, atendiendo a la fuente y al carácter bilateral, heterónomo, externo y coercible de las normas del segundo. Pero sabemos, también, que esta diferencia metodológicamente necesaria no implica irreductible oposición, sino –antes al contrario-, debemos enseñar y dejar muy claro que el Derecho hunde sus raíces y sus fundamentos en la Moral, tanto la religiosa o Teología, como en la denominada laica o convencional.
Ahora bien, como el Derecho es una disciplina que regula todas las demás actividades del Estado, en particular la Economía y la Política, éstas deben también hundir sus raíces y fundamentos en la savia de las costumbres, las tradiciones y los valores morales del pueblo, su residente original y su destinatario. Ha sido la separación entre Moral y Derecho la que ha causado la distorsión del segundo y de la Economía y la que ha generado la corrupción de la Política.
Los filósofos enseñan que las normas de la conducta persiguen Principios supremos:
El de la Moral es lo bueno, y se formula así: "Házte a ti, lo que quieras que los demás se hagan a sí."
El del Derecho es lo justo y se formula así: "No hagas a los demás, lo que no quisieras que te hagan a ti".
El de la Política es el decoro y se formula así: " Haz a los demás, lo que quisieras que los demás te hagan a ti."
Fortino López Legazpi, al meditar un Lema para la Escuela de Derecho de la Universidad de Sonora, propone: “Iuris preacepta sunt haec: honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere". "Estos son los preceptos del Derecho: vivir honestamente, no dañar a nadie, dar a cada quien lo suyo".
Enseguida nos ofrece su exégesis: Vivir honestamente quiere decir que se tiene presente siempre la dignidad de la persona para ajustar la propia conducta y la de los demás buscando su perfección, en lo que consiste la moral. No dañar a nadie corresponde al innato anhelo de no desear a nadie algo que no deseamos para nosotros. Y dar a cada quien lo suyo viene a ser el fruto final y la plena realización de la justicia.
Nuestra ciencia también debe acudir -porque no puede ser de otra manera- a la ciencia de la comunicación humana escrita, es decir a la lingüística, a la literatura, que tienen su propia lógica, reglas y métodos epistemológicos.
Por ello, la mayor dificultad en el Derecho es la técnica legislativa o formulación de los preceptos y los complejos problemas de su interpretación, el desentrañar el sentido de sus palabras, aquellas que tienen más de una acepción, que nos llevan a ambigüedades del lenguaje, para su aplicación y solución de casos concretos. Estas ambigüedades se explican con lo que Wittgenstein llamaba "juegos del lenguaje",
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