¿LA MISIÓN DE LA ESCUELA POR EXCELENCIA ES LA TRANSMISIÓN DE SABERES?

¿LA MISIÓN DE LA ESCUELA POR EXCELENCIA ES LA TRANSMISIÓN DE SABERES?

Constanza Hidalgo Vergara

Si se analiza el concepto de Escuela que entrega el Libro de la Sociología de la educación, es posible identificar que dentro de su definición tiene como función formar nuevas generaciones de personas libres en la ciudadanía, que sean críticos, participativos, imaginativos, solidarios, cívicos; con valores y creencias propias. Bajo esa premisa surge la pregunta ¿será entonces que la misión de la escuela es transmitir saberes?.

Existen diferentes conceptos, para este ensayo se integrará el de Fernando Acevedo quién señala que “Existen dos fuerzas creadoras que interactúan en la función pedagógica de la institución; una, la cultural como la “acumulación y el enriquecimiento de los bienes intelectuales que se trasmiten de una generación a otra”, y otra, social, como la “especialización creciente, la división del trabajo social”. Aspectos generales de la trasmisión cultural que forman el origen de lo que hoy conocemos como Escuela. (Romero, 2012, pág. 78)

La educación, por su parte, tiene como definición, que es un fenómeno o hecho social que surge y se desarrolla en todas las sociedades humanas, y cuyas funciones son determinantes para el logro de los fines sociales, tanto individuales como colectivos. Y en este concepto es que se entiende que las sociedades modernas son las que desarrollarán o perfeccionarán esa educación primaria, mediante la creación de herramientas que permitirán a todos los estudiantes desenvolverse en una forma más amplia en la sociedad. Lo anterior guía necesariamente a la definición de lo que es la sociología, “es una ciencia que pretende describir y explicar los fenómenos sociales, es decir, los que están relacionados con la interacción y agrupación de los seres humanos” (Palomares, 2003, pág. 35)

Según lo anterior, los cambios sociales siempre serán producto de la conducta social, que es un proceso propio de la evolución de la vida; lo que permite la investigación respecto a la disciplina sociológica.

A mayor abundamiento se comprende entonces que la sociedad como red de relaciones sociales entre humanos, está ligada estrechamente a la cultura, respecto a la información que cada humano adquiere mediante su propia experiencia o la instrucción que le es entregada; y que mantiene con el paso del tiempo, estableciéndola y transformándola en una tradición, lo que ha permitido a la humanidad expandirse frente a una evolución cultural en la obtención de herramientas y técnicas frente a su entorno, tanto como las creencias religiosas, los estereotipos frente a trabajos establecidos, los protocolos sugeridos para cada actividad y a su vez como la supervivencia misma en un entorno demográfico que ha permitido la colonización del planeta desde sus comienzos.

Y es precisamente esa colonización la que ha obligado a los seres humanos a encontrarse, en el paso del tiempo, con la jerarquización, definida como el control de recursos del que dispone cada uno de los individuos de una sociedad; y que aprenden desde muy temprana edad a respetar y enmarcarse en ella, aunque no solamente limitada a la niñez, sino que a todo aquello que se les impone a lo largo de sus vidas, lo que involucra una serie de emociones en base al respeto que forman con sus redes de apoyo, como lo son la familia, los amigos, las diferentes actividades sociales, que permiten interactuar bajo ciertas normas demostrando las conductas adquiridas, principalmente de ciertas instituciones que tienen una injerencia activa en la sociedad.

Según Fernández en su libro Sociología de la Educación señala también que la socialización es “el proceso por el cual aprendemos a ser miembros de la sociedad, interiorizando las creencias, normas y valores de la misma, aprendiendo a realizar nuestros roles sociales.” (p. 39)

Es ahí en donde cobra importancia la escuela en la socialización, entiéndase a su vez como una institución que entrega posibilidades de formar nuevas generaciones, tal como lo expresa la definición en un comienzo, formar ciudadanos libres, con un pensamiento crítico que permite establecer un clima de relaciones de aceptación, de solidaridad y respeto; esas relaciones interpersonales que deben ser empáticas con el resto, en donde las actitudes de compromiso y solidaridad les permite crecer como seres humanos en formación de una cultura propia.

Por lo tanto es posible señalar que el objetivo de la escuela es principalmente la transmisión de saberes, en definitiva el traspaso de la enseñanza, de cualquier contenido que permita establecerlo en un contexto social, político y cultural, por lo que es posible deducir que la educación es el eje principal para aquellas sociedades que buscan el desarrollo, principalmente de cada una de las personas que conforman su propia identidad cultural, otorgando educación para los primeros años de vida; la importancia de este aspecto es sin duda la semilla que germina durante toda la vida y no termina de crecer mientras las oportunidades de educación sean entregadas a cada sector de la sociedad.

En este sentido es posible abordar específicamente a la educación enmarcada en la sociología, para analizar el fenómeno educativo, que permite entenderla desde un nivel social, partiendo por la familia como núcleo de la sociedad y que a su vez así lo establece la Constitución Política del Estado, lo que demuestra que la historia ha reconocido desde siempre los derechos básicos al ser humano, como la familia, base para desarrollarse en una sociedad compuesta por normas que deben ser respetadas. Es el padre o madre de familia quién debe actuar específicamente, con valores arraigados en una educación participativa y de calidad para sus propios hijos, lo que obliga a la sociedad a mantenerse en una constante evolución frente a la educación y la transmisión de saberes.

        Frente a lo anterior es donde se debe reflexionar respecto al importante desempeño que presentan los educadores, los que forman la escuela en si misma, que son sus pilares, aquellos que sostienen su convicción en el reconocimiento de un proceso histórico que avala su experiencia y con la cuál les es posible entregar, fundamentalmente, la valoración que requiere la educación frente a las necesidades actuales de cada individuo en la sociedad, entregando competencias para enfrentarse a una sociedad actual que avanza en un constante desarrollo, y más si se trata del proceso educativo; tanto en la preparación de la enseñanza como en las formas de otorgar conocimientos, junto a esa necesaria reflexión, es posible considerar cambios positivos y críticos al proceso mismo, ya sean de forma o fondo, analizando la propia experiencia de sus estudiantes y la de ellos como educadores en constante aprendizaje. Lo que genera un ciclo en donde los estudiantes logran ver reflejados los valores, el conocimiento y las capacidades que le fueron entregadas, para ser utilizadas de forma práctica.

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