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LA NECESIDAD (O NO) DE LA PENA DE MUERTE EN EL DERECHO PENAL MODERNO


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2016  •  Ensayo  •  2.932 Palabras (12 Páginas)  •  571 Visitas

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Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”

LA NECESIDAD (O NO) DE LA PENA DE MUERTE EN EL DERECHO PENAL MODERNO

Introducción al Derecho I

Lic. Héctor Orlando Candray Medina

  • Ramírez Moreno, Karla Massiel          00269016
  • Melara Hernández, Gabriela Abigail   00274116
  • Gómez Palacios, Jhoann Guisselle      00102216

Lunes 05 de septiembre del 2016.

INTRODUCCIÓN

La Pena de Muerte era la pena más usada en la antigüedad, ya que se consideraba que un instrumento útil para imponer un modelo social. Este tema ha sido muy polémico en el último siglo debido a la gran cantidad de posturas que se han ido creando conforme pasa el tiempo. Actualmente, la postura más influyente es la abolicionista, ya que la aplicación de la pena capital se considera inconstitucional en muchos países y una violación a los derechos humanos.

En el siguiente ensayo se expondrán dos tipos de argumentos relacionados con la pena de muerte, con el fin de evaluar cuál posición es la más influyente, compararla con la realidad nacional y, finalmente, poder sacar nuestras conclusiones y mostrar nuestro enfoque sobre el tema.


La necesidad (o no) de la pena de muerte en el Derecho Penal moderno

¿Qué es la Pena de Muerte?

Según el diccionario Jurídico, la pena de muerte o pena capital, consiste en la privación de la vida del condenado por la comisión de un delito grave que la ley sanciona con dicha pena.[1]

Méndez (1999) la define así:

        Conceptualmente pena es la medida que se toma contra el que se ha cometido un         delito. Las escuelas penales le atribuyen diversos fines: expiatorio, correccional,         defensivo, etc. Pero en sus inicios era el sufrimiento que se infería al delincuente         como consecuencia de la comisión del delito. (p. 19)

        En el primer período histórico de la pena de muerte, todos los delitos eran castigados por la pena capital, ejemplos de ello son el primitivo Egipto, los hebreos, los babilonios, con su Código de Hammurabi; en la India con su Código de Manú; en Atenas, bajo la legislación draconiana; Italia, los germanos, en España, Inglaterra, etc.

        Esta etapa se caracterizaba por la utilización de la Pena de Muerte como método de venganza, también por ser cruel e inhumana, ya que no bastaba con la muerte del criminal, sino que también se buscaba un daño moral que llegara a la familia. Con esta, se pretendía exterminar la delincuencia de manera sádica e injusta.

        En el segundo período, se buscaba que el sufrimiento del delincuente fuera mayor que el daño que había causado. También consideraba errónea la idea que la pena de muerte es la única y eficaz solución contra la delincuencia, por lo que limitó su aplicación a casos muy graves.

        En el tercer período, la justicia ya solo se trata de la muerte del culpable, sin el mayor sufrimiento. Esta etapa inicia con el intento de eliminar toda clase de tormentos hacia el criminal, con el objetivo de separar la pena capital de la crueldad de los períodos anteriores. (Méndez, 1999, p. 36)

        Durante el cuarto período o período Abolicionista, se intentaba suavizar la pena de muerte y quitarle importancia. Las leyes que imponen la pena de muerte no se cumplen, es decir, se prohíbe la aplicación de esta pena en las leyes penales. Es así como su período histórico llega a su fin.

        Según Contreras (2000), la época contemporánea tiene una concepción más humanista y ésta marca el comienzo de la famosa polémica entre si es necesario o no aplicar la pena de muerte. En la materia legislativa, aparecieron movimientos que cuestionaban los argumentos a favor de la pena capital y esto produjo que muchos Estados alrededor del mundo la abolieran de la legislación penal ordinaria, reduciéndola solamente a algunos delitos de orden político o militar. (p. 132)

        Como se ha mencionado antes, existe mucha controversia relacionada con la pena de muerte. En la actual discusión doctrinaria sobre el tema, existes dos principales argumentaciones, la que está a favor y la que está en contra. Primeramente, expongamos algunos de los puntos que están a favor.

        Se dice que es necesaria para mantener el orden y la seguridad social. Que sirve como ejemplo a las demás personas que no han cometido algún delito, para que se abstengan de cometerlo. Que es un medio eficaz para eliminar a los delincuentes que se considera que no existe manera para que sean readaptados en la sociedad. Se tiene una fuerte creencia en que ésta ayuda a la disminución de la criminalidad, debido al poder intimidativo y por el miedo que puede llegar a causar. “Evita” estos delincuentes inadaptables pasen por los sufrimientos que puede causar una cadena perpetua en prisión.

        También la necesidad de que se haga “justicia”, ya que consideran que si alguien le niega el derecho fundamental de la vida a otra persona, no tiene el derecho a pedir que se respete la de él o ella.

        A pesar que en el artículo 27 de nuestra Constitución está contemplado que no se  aprueba abiertamente la pena de muerte, en el país no existe una cadena perpetua a los delitos más graves, sino que la pena en prisión más larga es de 35 años. Con esto se quiere llegar a que, en caso que el delincuente no cambie su actitud durante su detención en la cárcel, cuando haya finalizado su sentencia volverá a cometer los mismos crímenes y, como ya tiene la experiencia de ser capturado, será más cauteloso y se le facilitará burlar las autoridades.

        Hay personas que están de acuerdo con las ideas que Hobbes (1994) expone en el capítulo quince de su obra más famosa, el Leviatán. Él dice que la existencia del Estado y del Derecho se justifica únicamente si contribuyen a la seguridad de los individuos. Argumenta que antes de que algo se denomine justo o injusto, debe haber un poder coercitivo que obligue igualitariamente a los hombres al cumplimiento de sus partes, por el terror a algún castigo mayor que el beneficio que espera de la ruptura de las partes. Otro de sus pensamientos es que, para mantener el orden, la paz y la seguridad, se necesita de un Leviatán castigador, que haga obedecer las leyes y que imponga castigos fuertes.

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