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LEGISLACION MILITAR


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2013  •  1.682 Palabras (7 Páginas)  •  528 Visitas

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EJERCITO MEXICANO

HEROICO COLEGIO MILITAR

CUERPO DE CADETES

SEGUNDA COMPAÑÍA

LEGISLACION

DEBER Y DISCIPLINA

Entendemos que disciplina, es la actitud individual o colectiva que asegura una pronta obediencia a las órdenes y la iniciación de una acción apropiada en ausencia de órdenes; también se entiende como un conjunto de leyes y reglamentos que rigen cuerpos entiendese por el cuerpo de cadetes, instituciones o profesiones. Así como también, la observancia estricta de esta normatividad, prescindiendo de conveniencias o compromisos ajenos a los deberes para con la institución y la Patria.

En cambio, disciplina militar, es el estado de acatamiento y obediencia consciente que existe entre el elemento militar y que se manifiesta como el pronto y voluntarioso cumplimiento de todas las órdenes impartidas y en ausencia de ellas interpretar la voluntad del superior, en su alcance y objetivos. Exacta observancia de las leyes y reglamentos establecidos para los miembros de las Fuerzas Armadas, y el acatamiento integral de sus órdenes y disposiciones por todos y cada uno de dichos miembros.

Estas y concepciones análogas que, en razón de la realidad, se han obtenido, a través de los tiempos, fuerza de axiomas incontrovertibles e irrefutables, priman en todas las organizaciones, como fecundos principios de la actividad social, política y militar.

Nosotros, Heroico Colegio Militar, entendemos por disciplina la correlación y correspondencia de derechos y de deberes, aquella sinergia de la voluntad hacia un fin o un propósito determinado como lo son el valor, la lealtad, el sacrificio, la abnegación, el espíritu de cuerpo entre muchos mas que nos rigen dia dia para superar nuestras metas y sobresalir sobre la demás sociedad como hijos de la patria.

Pero, en realidad, la disciplina se fundamenta en un sólido respeto a la autoridad constituida por Ley o por derecho que emana de la propia Ley, y entonces el principio abstracto, meramente individualista, adquiere carácter social y pasa a ser la base, el punto de partida, la piedra filosofal de los antiguos cadetes de nuestro Heroico plantel, la razón de la existencia de toda Institución.

Entonces, ¿qué diremos de la institución armada y del valor trascendente que, en su vida, en su funcionamiento, en sus modalidades, tiene o ejerce la disciplina?.

Es imposible la existencia de Fuerzas Armadas si en ella no existen los vínculos de compañerismo, al espíritu de cuerpo, no se fusiona el factor disciplinario que envuelve los deberes de subordinación y de obediencia, de abnegación y de sacrificio.

La política, que por diversos aspectos corrompe, divide y desnaturaliza las más altas funciones de autoridad, influenciando en todos los órganos de la vida social, en repetidas ocasiones ha intentado penetrar por desgracia en los recintos sagrados para viciar la tradicional y austera vida militar, conmover los cimientos disciplinarios, buscando hacer de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas un organismo fútil y frágil.

Somos ciertamente de los que creemos que el elemento militar jamás fue culpable de los grandes trastornos de la Nación. Respondiendo al reinado del medio, es posible ciertamente que se hubiese cometido algún desatino, ofuscado por el brillo de su caudillo o engañado por una idea enlucida, puesta de manifiesto con toda habilidad; pero, conocedores del alma de nuestros uniformados, seguros estamos de que su voluntad y su pensamiento jamás, ni en las más dolorosas horas de nuestra historia, fue al crimen o a la traición o a la defección con idea fija de cometer tales equivocaciones.

En cuanto a la disciplina, nunca dejó, ni dejará de ser factor sensible de las filas de Fuerzas Armadas.

Es visible que, a raíz de la gloriosa guerra de nuestra Independencia, en cuyos ejércitos la disciplina se ejercía en forma absoluta, sancionándose su falta, con pena de muerte, cual correspondía a los ejércitos en campaña, los Altos Mandos velaron siempre por su conservación, sosteniéndose la herencia heroica en toda forma.

Por desgracia, cierta dualidad de funciones confiadas a nuestros militares vició la disciplina en un punto. Al ejército nacional, al ejército libertador sustituyó el ejército del caudillaje y, si en el interés de cada gobernante militar estaba el sostener la disciplina a toda costa, el alma del soldado se contaminó con el ambiente, respiró el aire del medio, su corazón y sus pasiones pudieron más que su pensamiento y sus ideales surgieron dentro de la fuerza nacional armada profundas divisiones, causas progenitoras de las más de cuarenta revoluciones que se han sucedido en nuestros ciento ochenta y cuatro años de vida independiente.

Hoy la evolución trascendental en la vida de la Nación ha conservado, en debida forma, la disciplina en nuestras filas. La educación superior que hemos adquirido dentro de nuestra vida ha cuidado de mantener incólume la disciplina militar.

La cuestión de una Ley de Derechos y Deberes de los militares se viene arrastrando desde muy lejos, y, dentro de esta Ley, la arista que aparece más afilada es la del asociacionismo militar del que muy pocos en el entorno de Defensa, sean del partido que sean, quieren escuchar hablar. Esta afición a la sordera se agudiza si entramos en la vertiente puramente

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