LOS DOSENTES
Enviado por a15m15d15 • 10 de Octubre de 2013 • 894 Palabras (4 Páginas) • 336 Visitas
Para que un maestro se convierta en un verdadero agente de cambio social, debe tener antes que nada vocación, es decir, aquello que te llama a realizar un trabajo con gusto, pasión, sacrificio y no solamente por pertenecer a un sistema gubernamental donde le pagarán con recursos públicos, tendrán seguras todas las prestaciones que por ley se establecen y harán como que trabajan sin que nadie ponga límites, ya que estarán siempre protegidos por un sindicato que defenderá a todo aquel que trabaje y no trabaje.
Llegar a ser un maestro reconocido en la comunidad educativa y el entorno social, requiere, no solamente, de preparar clases excelentes, apegarte a programas y reformas que quizás no se concreten, respetar normas, etc.
Su labor va más allá de esas funciones, requiere involucrarse en la problemática económica, familiar y social de cada alumno, mantener una comunicación permanente con sus padres, convertirse en un guía para los muchachos, ser congruente en lo que hace y dice, saberlos escuchar en el momento en que lo requieren y buscan, pues eso es fundamental para captar la confianza del alumno, y lograr que nunca se borre de la mente de cada alumno y te recuerde como un excelente maestro que logró cambiar actitudes y ser un ejemplo para ellos.
El estilo o perfil del docente son las características personales, las ideas que sobre la Educación tiene el maestro, su formación, experiencia, sensibilidad, creatividad, su forma de actuar y relacionarse, que influyen en la Educación.
No existe una forma concreta de estilo correcto, o más bien, este no es solo uno, ya que los modos de actuar y de sentir deberán estar integrados en cada docente. No ya como profesionales, sino como personas, debemos aceptar la gran diversidad existente. Sin embargo existen unos límites que deben controlarse y planificarse pues hay posturas que no pueden tolerarse en un aula, como la agresividad, la pasividad o la frialdad, además que bajo ningún concepto podremos llevar nuestros problemas personales al aula.
El maestro debe ser un ejemplo a seguir, que proporciones un clima de seguridad afectiva al niño, para que este se sienta libre para investigar, explorar, manipular, interesarse por las actividades, en el aula, por ello el educador debe ser equilibrado, sin altibajos emocionales, ofreciendo una estabilidad psicológica a sus alumnos.
El maestro debe ser una persona sensible, con empatía para ponerse en el lugar de sus alumnos e interpretar lo que les pasa, conociendo así sus necesidades. El educador tiene que saber cómo transmitir confianza, para que los niños sepan que pueden contar con este en todo momento, pero siempre enseñándoles hasta qué punto pueden disponer del maestro, porque lo que se busca es el equilibrio y fomentar la autonomía en los niños para que en la medida de los posible puedan resolver los problemas entre ellos, entre el grupo de iguales.
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