La Agenda 21 Local

La Agenda 21 Local

La práctica generalización de los problemas ambientales locales, como la contaminación del aire, el agua y el suelo; unidos al agravamiento de situaciones globales, como el efecto invernadero o el deterioro de la capa de ozono, junto al considerable aumento de la población del planeta o la ubicación de un gran porcentaje de la misma en un entorno urbano, han justificado la emergencia de iniciativas científicas y políticas dirigidas a orientar prácticas de desarrollo en equilibrio con el medio ambiente.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente y desarrollo, celebrada en Rio en 1922, acordó un Plan de Acción o Programa de trabajo para el desarrollo sostenible, conocido como agenda 21.

En los cuarenta capítulos que comprende la Agenda 21 se abordan todos los problemas existentes en relación con el medio ambiente y el desarrollo. La primera comprende los ocho capítulos iniciales y se refiere a la dimensión política del programa; incluye los aspectos social, económico y filosófico del compromiso por la sostenibilidad. La sección segunda, hasta el capítulo 22, aborda las condiciones de conservación y de gestión de los recursos para el desarrollo sostenible; se trata de un análisis sectorial con una perspectiva global. La sección tercera, los diez siguientes capítulos, explica el papel de los grupos principales como agentes implicados en la sostenibilidad, y destaca el que juegan las ciudades y los municipios. Finalmente, la sección cuarta, los siete últimos capítulos, se refiere a los medios –financieros, científicos, técnicos y jurídicos— necesarios para ejecutar este proyecto.

La A21L es, pues, un documento en el que se recogen los fundamentos teóricos y el proceso que debe seguir casa municipio para alcanzar el desarrollo, entendido este como la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas, en equilibrio con el medio natural y con las capacidades económicas locales.

Se diferencia de otros instrumentos de gestión ambiental y territorial existentes, en la forma de abordar el objetivo del desarrollo sostenible, integrando las diversas dimensiones de este quehacer: sostenibilidad social, economía sostenible y sostenibilidad ambiental; y, también, en el papel que asigna a las ciudades y municipios en el proceso de desarrollo sostenible global.

Son los Ayuntamientos, los que, deben promover esta clase de iniciativas y prestar los servicios públicos necesarios para mejorar la calidad de vida de los vecinos. Lideran la implantación de una estrategia municipal y ciudadana que sea el marco en el que se desarrolle su capacidad para abordar las transformaciones necesarias en los modelos vigentes de producción y de consumo.

Un gran número de Ayuntamientos han aceptado este papel protagonista y, en la actualidad, la A21L es la herramienta o instrumento más ampliamente difundido y aceptado por parte de las autoridades locales para abordar los graves problemas ambientales desde el conocido lema: “pensar globalmente y actuar localmente”. Las principales causas de esa aceptación son, a nuestro entender, las siguientes:

• Las ciudades constituyen uno de los mayores focos de insostenibilidad del planeta y la actuación en ellas es un tema prioritario.
• Es a nivel local donde se pueden tomar las decisiones más prácticas y más participativas y más humanas.
• Las demandas de calidad ambiental, por parte de unos ciudadanos cada vez mejor informados, son cada vez mayores.
• Las políticas ambientales a nivel mundial constituyen un estímulo a la hora de obtener fondos y, también, un riesgo de penalización económica en caso de incumplimientos.

1972: La  Conferencia de Estocolmo. Es la primera vez que se pone de manifiesto lo que se conoce en la actualidad como la problemática ambiental global y se reconoce explícitamente a nivel internacional que el hombre es, a la vez, obra y artífice del medio que lo rodea, cuestión claramente relacionada con el concepto de desarrollo sostenible. También en este año se publica en los Estados Unidos el primer informe de trabajo del club de Roma un documento que alcanza amplia difusión.

1973-77: I Programa Comunitario de Acción en el Medio Ambiente. Define los primeros principios generales de la política comunitaria en materia de medio ambiente, entre los que cabe destacar: el de “prevenir en lugar de corregir”, y el que hace referencia a que “quien contamina paga”.

1977-81: II Programa Comunitario de Acción en el Medio Ambiente. Reafirma los objetivos y principios del primer programa, desarrollando algunos aspectos como: la protección y gestión racial del espacio natural, o la protección de la fauna y la flora.

1981-86: III Programa Comunitario de Acción en el Medio Ambiente. Es una línea de clara continuidad con los anteriores, aporta, sin embargo nuevas líneas de actuación. Destacan la que hace referencia a integrar el medio ambiente en todas las políticas comunitarias y la que introduce la evaluación de los efectos ambientales de determinadas actividades productivas.

1987-92: IV Programa Comunitario de Acción en el Medio Ambiente. Insiste en la integración de la política ambiental en el resto de políticas comunitarias (agrícola, industrial, energética, mercado, transporte, turismo, etc.)

La A21L es un proyecto del municipio y para el municipio. Necesita de una comunión de ideas entre los componentes del equipo que la promueve para hacer viable la necesaria transformación de los paradigmas y de los enfoques que tradicionalmente han caracterizado los procesos de política ambiental en los pueblos y ciudades.

Puesto que dependemos de los elementos de nuestro entorno y de las funciones que en él se desarrollan para obtener recursos, asimilar nuestros residuos y realizar nuestras funciones vitales, necesitamos dar una prioridad máxima a una serie de objetivos ambientales como:

• Favorecer el mayor y más profundo conocimiento de la situación ambiental. Puede ayudar a la realización de auditorías.
• Disminuir los riesgos de impacto ambiental, cumpliendo la normatividad existente y elaborado aquella que fuese necesaria.
• Favorecer el uso racional de los recursos naturales propios.

El sistema económico actual tiene como base la apropiación y explotación del capital natural. La sostenibilidad económica solo es posible si se conoce y respeta la capacidad de carga de un entorno, no se supera esta, y se permite la recuperación y regeneración del sistema natural.

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