La Creacion De Ambientes De Aprendizaje En La Escuela
Enviado por luskaro • 30 de Diciembre de 2013 • 1.772 Palabras (8 Páginas) • 733 Visitas
La creación de ambientes
de aprendizaje en la escuela
que las metas educativas de
las escuelas han tenido grandes cambios durante el último siglo. Todos
esperan mucho más de las escuelas hoy en día de lo que se esperaba hace
100 años. Un principio fundamental de la teoría moderna del aprendizaje
es que distintos tipos de metas de aprendizaje requieren diferentes métodos
de instrucción (capítulo 3); nuevas metas para la educación requieren cambios en las oportunidades de aprender. Después de discutir los
cambios en las metas, exploramos el diseño de ambientes de aprendizaje
desde cuatro perspectivas que parecen ser particularmente importantes
dados los datos actuales acerca del aprendizaje humano, específicamente,
nos referimos al grado en el cual los ambientes de aprendizaje
se centran en quien aprende, en el conocimiento, en la evaluación o en
la comunidad. Posteriormente, definimos estas perspectivas y explicamos
cómo se relacionan con las discusiones precedentes de los capítulos 1 a 4.
Cambios en las metas educativas
la enseñanza de la escritura se orientaba
principalmente a que los niños tuvieran la capacidad de imitar formas
de textos muy simples. En 1930 surgió la idea de que los estudiantes de
primaria se expresaran a través de la escritura (Alcorta, 1994; Schneuwly,
1994) y sólo recientemente el análisis y la interpretación de los estudiantes
sobre lo que leen se consideró como una habilidad de lectura. La definición
de alfabetización funcional cambió desde el ser capaz de firmar con el propio nombre hasta la decodificación de las palabras y a la lectura de
información nueva (Resnick y Resnick, 1977); véase cuadro 1.
Los niños eran vistos como materias primas que debían procesarse eficientemente
por trabajadores calificados (los maestros) para alcanzar el
producto final (Bennett y LeCompte, 1990; Callahan, 1962; Kliebard, 1975).
Este formato buscaba organizar a la materia prima (los niños) y darle un
tratamiento similar a una línea de ensamble. Los maestros eran vistos
como trabajadores cuya labor era aplicar las indicaciones de sus superiores;
es decir, los expertos en eficiencia de la educación (administradores
e investigadores).
Hoy en día, los estudiantes necesitan entender el estado actual de su
conocimiento y construir en él, mejorarlo y tomar decisiones de cara a la
incertidumbre (Talbet y McLaughlin, 1993). Estas dos nociones del conocimiento
fueron identificadas por John Dewey (1916) como “una nueva marca”
sobre logros culturales previos y una adopción de procesos activos
representados por la frase “hacer”.
Perspectivas sobre ambientes de aprendizaje
Comunidad
Centrado
en el que
aprende
Centrado en el
conocimiento
Centrado en
la evaluación
Ambientes centrados en quien aprende
Cuando usamos el término “centrado en quien aprende”, nos referimos a
ambientes que ponen atención cuidadosa a conocimientos, habilidades,
actitudes y creencias que los estudiantes traen al espacio escolar. Este término
incluye prácticas de aprendizaje que han sido llamadas “culturalmente
sensibles”, “culturalmente apropiadas”, “culturalmente compatibles” y
“culturalmente relevantes” (Ladson-Billings, 1995). El término también se
adapta al concepto de “enseñanza diagnóstica” (Bell et al., 1980): tiene la
finalidad de descubrir lo que piensan los estudiantes en relación con los
problemas inmediatos que enfrenten, discutir sus errores conceptuales de
manera sensible y crear situaciones de aprendizaje que les permitan reajustar
sus ideas (Bell, 1982a: 7). Los maestros que están centrados en
quien aprende reconocen la importancia de construir sobre el conocimiento
cultural y conceptual que los estudiantes llevan al salón de clases (véanse
capítulos 3 y 4).
Los maestros centrados en el que aprende también respetan las formas
de hablar de sus estudiantes, porque proporcionan una base para
el aprendizaje futuro. En la ciencia escolar, como en la profesional, la forma
estándar de hablar es impersonal y expositiva, sin ninguna referencia
personal ni de experiencias o intenciones sociales (Lemke, 1990; Wertsch,
1991). Esta forma, que predomina en las escuelas, privilegia a la clase media,
a las formas dominantes de conocer y constituye una barrera para los
estudiantes que tienen otros antecedentes y que llegan a la escuela sin la
práctica de la “conversación escolar” (Heath, 1983). Los discursos cotidianos
y científicos necesitan ser coordinados para ayudar a los estudiantes
a alcanzar una comprensión científica.
Ambientes centrados en el conocimiento
Los ambientes que están centrados sólo en el que aprende no necesariamente
ayudan a los estudiantes a adquirir los conocimientos y las habilidades
necesarias para funcionar con efectividad en la sociedad. Tal como
se anotó en el capítulo 2, la capacidad de los expertos para pensar y resolver
problemas no se debe nada más a una serie genérica de “habilidades
del pensamiento” o a estrategias, requiere de conocimientos bien organizados
que apoyen la planeación y el pensamiento estratégico. Los ambientes
centrados en el conocimiento toman en serio la necesidad de ayudar
a los estudiantes a convertirse en conocedores (Bruner, 1981) al aprender,
de tal manera que comprendan y realicen la subsiguiente transferencia.
Ambientes centrados en la evaluación
Los principios básicos de la evaluación son aquellos que
proporcionan oportunidades de retroalimentación y de revisión, y aseguran
que lo evaluado sea congruente con las metas de aprendizaje. Es importante distinguir entre dos usos fundamentales de la evaluación.
El primero, la evaluación formativa involucra el uso de la evaluación
(frecuentemente administrada en el contexto del salón) como fuente de
retroalimentación para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. El segundo,
evaluación aditiva, mide lo que los estudiantes han aprendido al final de
un grupo de actividades de aprendizaje.
Evaluación formativa y retroalimentación
La evaluación que enfatiza el entendimiento no
necesariamente requiere procedimientos de evaluación elaborados o complicados.
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