La Dolarizacion en Ecuador

La Dolarización

Que lindo es tener dólares!!! El que diga que no, que levante la mano…. Seguro que nadie la levantará. Hasta los más nacionalistas y revolucionarios sienten esa inevitable atracción hacia la moneda del imperio americano, que desde el año 2000 es la moneda oficial en nuestro querido país.

Aunque los revolucionarios desde que asumieron el poder en 2007 se quejaron de la imposibilidad de “arreglar” la economía por tener dólares, se dejaron conquistar ante su poder y cuando se beneficiaron de la bonanza petrolera, que por buena suerte les tocó, disfrutaron, gastaron, despilfarraron, se bebieron e hicieron “acuerdos entre privados” con todos los dólares extras que entraron a la economía del Ecuador, como si se les hubiera cumplido un deseo pedido al genio de la lámpara, lo que les permitió gobernar diez años de corrido, algo que no había sucedido desde el año 1997.

Pero ¿cómo llegamos a ser un país dolarizado? A finales de la década de los noventa la economía ecuatoriana estaba en terapia intensiva, con una inflación al borde de convertirse en hiperinflación, el precio del petróleo a la baja, un alto endeudamiento, una moneda devaluada que cada día perdía valor, un sistema financiero débil que llevó al congelamiento bancario, la actividad del sector real totalmente contraída y una profunda crisis de gobernabilidad, que acentuó la falta de confianza interna y externa. Ante esta condición crítica, el gobierno decidió que la dolarización era la única alternativa para reactivar al país. El 9 de enero del 2000, el Ecuador fue el primer país del siglo XXI en ser dolarizado.

Los primeros años de la dolarización fueron de adaptación en todos los ámbitos. Entramos en un proceso de ajuste incluso mental. El impacto psicológico fue intenso, pues a pesar de que estábamos felices de tener los maravillosos dólares en nuestras manos, de que recibíamos nuestros sueldos en esta nueva moneda, que pagábamos todo con ella, el acostumbrarnos a ir de compras fue todo un reto. Todo en el mercado se redondeó y costaba un dólar, que inevitablemente lo convertíamos a la moneda anterior y escapábamos del desmayo al darnos cuenta que pagábamos 25.000 sucres por cosas que antes no llegaban ni al 10% de esa cantidad, pero esa era la nueva realidad. Lo mismo sucedió con los sueldos los cuales se fueron ajustando poco a poco. Veamos que otras implicaciones trajo la dolarización:  

El sector financiero que estaba sumamente afectado después del feriado bancario, sintió los efectos positivos de la dolarización, ya que los clientes incrementaron los depósitos de manera constante hasta superar en 2002, los montos otorgados en créditos. Esta recuperación de la confianza y un manejo prudente de los recursos permitió que las operaciones crediticias se reactiven y las tasas de interés disminuyan. La banca tiene buena parte de los dólares de la economía lo que la vuelve poderosa y a la vez sensible ante las variaciones de liquidez de la economía, pues no existe la posibilidad de recurrir al prestamista de última instancia, por ello ante situaciones de escasez el otorgamiento del crédito se contrae.

La dolarización inyectó una alta dosis de confianza en los ecuatorianos, al eliminar la incertidumbre de la devaluación de la moneda que afectaba no solo el poder adquisitivo sino que al mismo tiempo generaba ansiedad al momento de contraer obligaciones con el sistema financiero. Por ejemplo, previa a la dolarización, el sector de la construcción trataba de dar pasos firmes en atender la necesidad de las familias de tener vivienda propia; la banca otorgaba créditos en UVC (Unidades de Valor Constante), los cuales se ajustaban en función de la inflación, que llegó a niveles insostenibles y volvió impagables las cuotas. Con el cambio de moneda, es menos estresante contraer una obligación a largo plazo, pues salvo que haya un incremento radical en la tasa de interés, la cual es regulada, la cuota es bastante estable a lo largo del tiempo.

Poder comprarse carro del año también es un beneficio de tener dólares, el acceso a financiamiento facilita su adquisición. El sector automotriz alcanzó cifras récord de venta y se volvió un actor muy relevante dentro de la economía, a tal punto que fue uno de los más atacados y afectados por las salvaguardias e impuestos implementados a mediados de la segunda década del año 2000, que buscaban reducir las importaciones y las salidas de divisas. Estas medidas restrictivas deprimieron al sector durante el 2015 y 2016. En el 2017 se recuperó y en el 2018 alcanzó niveles similares a los del 2011, con 138 mil unidades vendidas. Esto se evidencia en las calles de las ciudades donde vemos carros japoneses, alemanes, italianos, los ensamblados en Ecuador y cada vez más carros chinos; todos queremos tener nuestro carrito nuevo y con los dólares, es cuestión de animarse.

...