La Imprenta

La invención de la imprenta y su rápida expansión por todo el Occidente europeo es un fenómeno de trascendental importancia en el desarrollo cultural de Europa. La imprenta ofrecía tal facilidad para transmitir textos y conocimientos, de un modo rápido, fiable y económico, que, evidentemente, abrió horizontes imposibles de imaginar para los habitantes de comienzos del siglo XV. La misma capacidad de difusión del pensamiento fue la característica que se volvió contra la libre expansión de la imprenta, y desencadenó los procesos de control de lo que se imprimía por parte de las autoridades.

La imprenta es un método mecánico de reproducción de textos e imágenes sobre papel o materiales similares, que consiste en aplicar una tinta, generalmente oleosa, sobre unas piezas metálicas (tipos) para transferirla al papel por presión. Aunque comenzó como un método artesanal, supuso la primera revolución cultural.

Durante la Alta Edad Media se utilizaba la xilografía en Europa para publicar panfletos publicitarios o políticos, etiquetas, y trabajos de pocas hojas; para ello se trabajaba el texto en hueco sobre una tablilla de madera. Una vez confeccionada, se acoplaba a una mesa de trabajo, también de madera, y se impregnaban de tinta negra, azul o roja (sólo existían esos colores). Después se aplicaba el papel y con rodillo se fijaba la tinta. Esta era hasta entonces la única forma que se tenía para la impresión de libros.

Antes de la invención de la imprenta la producción de libros era un fenómeno cuyo auge pasó principalmente en China, ya que en el siglo II a. de C. se imprimieron allí hojas cuyo texto se encontraba tallado en una piedra lisa, de forma que los signos estaban incisos en ella. Más tarde se pasó a grabar las páginas en madera, con los signos en relieve. De cada una de las tablas podía sacarse después un número menor a mayor de impresiones. La impresión de madera más antigua que se conoce de China y que se asemeja a un libro, data de 868 d. de C., pero se sabe con certeza que el método fue utilizado notablemente antes, ya que en Japón se producía la impresión en madera ya en el siglo VIII. Hacía 1430 se producen los primeros libros xilográficos en Europa, específicamente en Holanda y Alemania.

En el siglo XI comenzó el uso de los tipos sueltos de barro cocido y más tarde de metal, este método resulto falló en el oriente ya que en China se necesitaban de 400 a 5500 diferentes para componer un libro, contrario de Europa donde se opera con un alfabeto compuesto por un corto número de letras. Como se ha visto, la producción de libros no era nada sencilla, por lo cual era necesaria una revolución en cuanto a los métodos para producir libros.

Los fundamentos de la imprenta ya habían sido utilizados por los artesanos textiles europeos para estampar los tejidos, al menos un siglo antes de que se inventase la impresión sobre papel. El arte de la fabricación

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