La Interculturalidad.Reflexión

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Trabajo: ensayo: La Interculturalidad.

Curso: Propedéutico de la Licenciatura en Educación Preescolar y Educación Primaria para el Medio Indígena.

Asesores: Lic. Laura Gómez Guzmán. (Línea de desarrollo de habilidades para la investigación educativa).

Lic. Karina Mañón Moya. (Línea de análisis de la RIEB).

Lic. Jeny Pérez Zavala. (Línea de análisis intercultural para la práctica docente).

Alumno: Raquel Hernández Colín.

Correo electrónico: raquel_hernandez83@hotmail.com

Fecha: 24 de noviembre de 2012.[pic 2]

Introducción

En este ensayo se pretende plasmar los conocimientos y definiciones que giran en torno a la Interculturalidad, un concepto al que actualmente se le ha empezado a dar el valor que realmente conlleva su  esencia. Y que sin duda alguna se vive hoy en día en el quehacer cotidiano  de todo docente, en donde como tal, se  debe tener bien definido basar la educación en la Interculturalidad,  para poder dar cumplimiento al derecho imprescindible de “la igualdad”, que posee todo ser humano por el simple hecho de haber nacido y el cual confiere nuestra constitución.

Misma que en  la Declaración Universal proclama que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, debe comportarse fraternalmente los unos con los otros… sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de  cualquier otra condición” misma definición que refiere Salazar, (2009) y que en el ámbito educativo no puede quedar aislada, sino por el contrario es justamente este ámbito el instrumento primordial que nos lleve a palpar ideales de paz, libertad, justicia social y dialogo entre las diversas culturas que forman la multiculturalidad de nuestro país, objetivo que el docente logra gracias a  la habilidad creativa,  la cual Recio, (2008) menciona que es la capacidad del ser humano para pensar, optimizar su potencial para encontrar nuevas respuestas y reconstruir situaciones ya existentes, que sirvan a uno mismo y a los demás. Creatividad que se evidencia dentro de su labor educativa,  que debe estimularse de acuerdo al enfoque de la Nueva Reforma Educativa, el enfoque en competencias con el cual se pretende dar respuesta a la Sociedad del Conocimiento y la Información  de acuerdo a lo establecido por  Argudín, (2005). Lo cual augura niveles crecientes de desarrollo individual, económico y social que nos lleve a una mejor calidad de vida.

La interculturalidad

        Partir de la definición de interculturalidad es un tanto difícil, su conceptualización es polisémica,  abarca un sin número de enfoques, por lo que en esta ocasión nos concentraremos en analizar su enfoque educativo, hablaremos de las asimetrías que presenta la educación en nuestro país y por supuesto se plantearan estrategias para reducir la brecha educativa,  y porque no,  pensar en que algún día estará totalmente cerrada y contaremos con una educación justa y con igualdad de oportunidades para todos. En donde el papel del docente se centrara fundamentalmente en lograr desarrollar en sus alumnos habilidades cognitivas, sociales y actitudinales, formando seres capaces de hacer frente a las exigencias actuales de la sociedad y el mundo laboral fuertemente influenciado por la globalización y las tecnologías de la información y la comunicación.

        Es sumamente importante que el Docente reconozca primero que nada que es un ser humano,  como tal es un ser  inacabado y necesita de una constante formación, misma formación que adquiere en la práctica de su trabajo, observando su contexto pero principalmente capacitándose y actualizándose, tomando como imprescindible su papel de investigador,  ya que si bien menciona Alanís, (2007) la práctica de la docencia  es fuente inagotable de ideas y experiencias que sistematizadas correctamente refuerzan la capacidad y calidad profesional,  es en el campo laboral donde se evidencian las competencias reales que posee un individuo y ese campo laboral está en constante cambio y evolución, por lo que la enseñanza educativa no puede permanecer estática, el profesor debe estar a la altura de las exigencias actuales para lograr producir seres  dotados de  valiosas competencias que la UNESCO (1999) define como el “conjunto de comportamientos socioafectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permite llevar a cabo adecuadamente una función”.  Así mismo el Plan de Estudios para la educación básica (2011)  engloba una competencia con un saber ser (conocimiento);  saber hacer (habilidades) y la valoración de las consecuencias de  ese hacer (valores y actitudes). Dentro del saber ser se manifiestan las habilidades cognitivas como lo son la observación, el análisis, la síntesis, la sistematización, la evaluación, la solución de problemas y finalmente la toma de decisiones, las cuales de acuerdo a Rivera, (2010) son un conjunto de operaciones mentales con las cuales el alumno integra la información que adquiere por medio de los sentidos en una estructura de conocimiento que tenga sentido para él y le permita aprender lo que aprendió y el proceso de cómo lo aprendió; en el saber hacer los factores que influyen son mucho más extensos tenemos desde los diferentes métodos de investigación y comunicación, hasta las distintas operaciones de la trama y urdimbre,  con las cuales el docente debe confeccionar su labor,  mismas que de acuerdo a Sánchez,  (2001) cualquier actividad o decisión que realice, siempre estará arropada por los saberes prácticos que se traduzcan en estrategias, habilidades y destrezas mismas que se convertirán en hábitos. Y  los valores y actitudes que forman parte de las cualidades personales del docente- investigador  tales como el trabajo en equipo, el respeto, la responsabilidad, la honestidad, el autocontrol, la curiosidad y la creatividad que son claramente  observables  cualitativa y cuantitativamente en el salón de clases, de igual forma son significativamente tomadas en cuenta en el sector empresarial según lo menciona Rivera, (2010).

        Tomando como referencia el área de los valores y actitudes que forman  una competencia, podemos referirnos a Schmelkes, (2004) para comprender que tal formación es compartida con las familias, iglesias, medios de comunicación y comunidades de origen, empero la escuela es el sitio ideal y privilegiado para contribuir  a una formación valoral sistemática que posea bases sólidas de la educación para la interculturalidad, en donde el docente este formado en pedagogías del desarrollo del juicio moral,  para poder instruir a los alumnos bajo estos principios de respeto a  la diversidad de  cada persona, comunidad y país con relaciones sociales democráticas y solidarias en las que lejos de ver la diferencia como un problema se vea como una opción de conocimiento y enriquecimiento personal, cultural y social reciproco.

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