La Seguridad Alimentaria Y El Territorio En El Contexto Del Nuevo Orden Mundial
Enviado por kabbik • 17 de Junio de 2015 • 2.552 Palabras (11 Páginas) • 323 Visitas
La Seguridad Alimentaria y el Territorio en el contexto del Nuevo Orden Mundial
Por: Sergio A. Madrigal González
Este es un momento histórico.
Nosotros hemos hecho en el pasado año un gran progreso
en terminar una larga era de conflicto y de Guerra Fría.
Hemos tenido ante nosotros la oportunidad de forjar
para las futuras generaciones un nuevo orden mundial,
un mundo donde gobierne la ley, no la ley de la jungla.
George H. W. Bush
(16 de enero de 1991,
inicio de la operación militar
Tormenta del Desierto)
Hemos traspasado la delgada piel de un nuevo siglo y milenio sin que la mayoría de los humanos contemplemos un futuro de esperanza para vivir una vida digna y en armonía con la naturaleza que nos rodea.
La avaricia y acumulación de riqueza y poder desmedidas engendradas en el Nuevo Orden Mundial (NOM) vuelven al entorno socio-ambiental víctima de nuestras más cuestionables excusas, como seres humanos.
Y es que, más allá de las teorías conspirativas de carácter esotérico, el Nuevo Orden Mundial (NOM) es una realidad establecida a partir de la caída del bloque socialista encabezado por la Unión Soviética, el 25 de diciembre de 1991. En su nueva versión, tiene un comportamiento específico a partir del desplazamiento de los capitales mundiales anónimos dirigidos a hacerse de y controlar todos y cada uno de los aspectos con que la humanidad tiende a reproducirse socio-ambientalmente, en cada país, pueblo o ciudad del mundo.
En efecto, hoy en día, en que el ser humano tiene la oportunidad de ser totalmente autosuficiente debido a que hemos desarrollado técnicas y tecnologías que nos asegurarían la permanencia de nuestras familias por generaciones enteras en espacios reducidos de cualquier ecosistema del mundo, paradójicamente, cada día se renueva el éxodo de millones de personas que abandonan el campo para establecerse en las ciudades…caóticas y bastas ciudades ¿A qué se debe este fenómeno?
La respuesta no es simple pues es el resultado de múltiples variables que se están articulando permanentemente y de manera creciente en la misma medida que el capital se va acumulando en pocas manos: el hambre y la pobreza; el exterminio de vastas regiones ecológicas; el acaparamiento de tierras productivas y recursos naturales; conflictos sociales por diversas causas; el entreguismo de gobiernos locales hacia los grandes capitales del mundo; la pérdida de valores culturales e identitarios de los pueblos originales; la falta de apoyo directo a los procesos productivos locales; la migración y los hacinamientos humanos en grandes ciudades; el estrés causado por la falta de oportunidades económicas y el desempleo, así como la violencia emergente, y la desviación de recursos a través de organizaciones ajenas a dichos procesos, etc.
En pocas palabras, el mundo se encamina, de manera vertiginosa, a una nueva fase donde los capitales mundiales se concentran y apropian paulatinamente de cada uno de los aspectos esenciales con que la humanidad puede vivir, bajo un nuevo esquema de colonialismo totalitario basado en la capacidad económica de concentrar el poder de decisión y donde pocas personas “anónimas” podrían ser dueñas del planeta y todo lo que en el habite, en poco tiempo, dejando a su paso un impacto socio-ambiental negativo de dimensiones descomunales.
Según OXFAM (2014), el 1% de la población mundial detenta casi el 50% de la riqueza planetaria, y tan sólo el 1% de ese 1% posee 32.5 veces la riqueza que acumula la totalidad de las personas más pobres del planeta.
A contrapelo, el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT. 2014:3) menciona que durante 2013 el desempleo mundial se incrementó en casi 5 millones, llegando a los 202 millones de personas desempleadas, lo que significa que el empleo está creciendo a un ritmo más lento que la fuerza de trabajo, y se estima que, de continuar esta tendencia, en 2018 habrá aumentado otros 13 millones de desempleados globales, lo que acarreará un mayor desplazamiento de personas en busca de mejores oportunidades.
Al respecto, el Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2013. El bienestar de los migrantes y el desarrollo (OIM, 2013:64), estima que durante 2012, 42,704,803 personas se desplazaron en el mundo de manera migratoria, básicamente en cuatro direcciones: S-N 20,371,715 (47.7%); N-N 5,350,665 (12.5%); S-S 15,439,871 (36.1%); N-S 1,542,552 (0.36%).
A lo anterior habría que agregar los procesos de automatización productiva basados en el uso de tecnología digital, que está desplazando cantidades ingentes de obreros y empleados que, año con año, se quedan sin sustento, para ellos y sus familias, por esta sola causa.
Un estudio de la Universidad de Oxford titulado The future of employment: how susceptible are jobs to computerisation?, que evalúa alrededor de 700 trabajos, clasificándolos con base en qué tan computarizables serían, predice que en una o dos décadas el 47% de los empleos podrían ser reemplazados por máquinas o lo que es lo mismo, “informatizados”. (Frey-Osborne. 2013:1)
En el contexto anterior, el futuro de la Seguridad Alimentaria y el Territorio de los pueblos campesinos e indígenas del mundo se encuentra en grave riesgo, entre otros aspectos no menos importantes.
La organización internacional GRAIN (2014) estima que más del 90% de las y los agricultores del mundo son campesinos e indígenas, pero controlan menos de un cuarto de la tierra agrícola mundial. Y con esa poca tierra, la información disponible muestra que producen la mayor parte de la alimentación de la humanidad que, según el PNUMA (2012), durante 2011 rompió la barrera de los 7 mil millones de humanos sobre el planeta, si bien se encuentra hoy en un equilibrio aparente, dividida entre las ciudades y el campo en un 50% respectivamente, las personas que habitamos las ciudades utilizamos las dos terceras partes de la energía planetaria y producimos el 70% de las emisiones de carbono; mientras que el otro 50% que habita el campo ocupa, tan sólo para la producción animal, el 30% de la superficie planetaria y el 70% de toda la producción agrícola mundial, utilizando hasta el 70%-80% de toda el agua dulce del mundo en ambas actividades.
No obstante este uso indiscriminado de recursos para la producción de alimentos, las estimaciones más recientes de la FAO (2013) indican que las dos metas internacionales signadas por la mayoría de los países del mundo, CMA y ODM 1 , están muy lejos de ser alcanzadas para el año meta de 2015 pues, aún existen 842 millones de seres humanos con hambre, que representan el 12% de la población total y cuya mayor concentración (98.21%) se encuentra en los
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