La economía del comportamiento

La economía del comportamiento ha avanzado, pero aún le queda un largo camino por recorrer

9 de mayo de 2015 |De la edición impresa

Los conductores de taxi tienen días buenos y malos, dependiendo del clima o eventos especiales como una convención. Si fueran racionales, lo harían trabajar más duro en los días buenos (para maximizar su tomar), pero renuncie temprano cuando las tarifas sean pocas y espaciadas. De hecho, hacen lo contrario. Parece tienen un objetivo mental para su ingreso diario deseado y trabajan lo suficiente para alcanzarlo, a pesar de que eso significa trabajar más tiempo en los días lentos y volver a casa temprano cuando las tarifas son abundantes.

Los seres humanos no siempre son lógicos. Tratamos las ganancias inesperadas de manera diferente a nuestro salario mensual. Valoramos las cosas que ya poseemos más que las cosas equivalentes que podríamos fácilmente comprar. Nuestras respuestas a las preguntas dependen en gran medida de cómo se enmarca el problema: pensamos Los recargos en los pagos con tarjeta de crédito son injustos, pero cree que un descuento por pagar en efectivo es razonable.

Ninguna de estas debilidades será una sorpresa para, bueno, los humanos. Pero no se permiten en muchos modelos macroeconómicos, que tienden a asumir que las personas en realidad provienen del planeta Vulcano, maximizando fríamente su utilidad en cada etapa. En los últimos 30-40 años, por el contrario, los economistas del comportamiento han explorado la forma en que los individuos realmente toman decisiones y han concluido que somos más Kirk que Spock.

EN SU NUEVO LIBRO "MISBEHAVING: THE MAKING OF BEHAVIOURAL ECONOMICS", RICHARD THALER describe sus luchas para persuadir a los principales economistas de todo esto. Los resultados de la investigación del comportamiento fueron al principio descartados como triviales o como las consecuencias de experimentos de laboratorio poco realistas. Se argumentó que, en el mundo real, es posible que la gente común no siempre piense directamente pero que los profesionales que toman las grandes decisiones lo harían. THALER muestra claramente, sin embargo, que los entrenadores y propietarios de equipos profesionales de fútbol americano, por ejemplo, cometen errores constantes en el "draft" anual para elegir a nuevos jugadores, poniendo demasiado énfasis en sus primeras elecciones.

Preguntarle a la gente cómo se comporta realmente se ha considerado un poco vulgar. Como escribe THALER: "Hasta el día de hoy, la frase 'evidencia de encuestas' rara vez se escucha en los círculos económicos sin el adjetivo necesario 'mera', que rima con burla". Milton Friedman, un economista, argumentó que una teoría no debe juzgarse por el realismo de sus supuestos, sino más bien por la precisión de sus predicciones.

En un hermoso pasaje, THALER relata sus intentos de explicar la teoría económica predominante de ahorros a una sala llena de psicólogos. "Los psicólogos se quedaron atónitos por la incredulidad", escribe, "preguntándose cómo sus colegas del departamento de economía podrían tener puntos de vista tan extravagantes sobre el comportamiento humano".

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