“La fuerte influencia de la Iglesia Católica sobre la mujer española del siglo XX.”
Enviado por María Jara • 11 de Diciembre de 2016 • Ensayo • 1.785 Palabras (8 Páginas) • 328 Visitas
“La fuerte influencia de la Iglesia Católica sobre la mujer española del siglo XX.”
Grado en Humanidades.
Género y crítica de las ideologías.
Curso 2016/17
María Jaraquemada García de Leyaristy
Desde tiempos inmemoriales la Iglesia católica ha tenido un influjo muy fuerte en la sociedad siendo la mujer la principal diana hacia donde iban y a día de hoy, en menor medida, van lanzados los dardos morales cristianos. El catolicismo sigue siendo un factor importante a día de hoy en la organización de la sociedad a través de la influencia que tienen sus dogmas en los individuos que la conforman, siendo las mujeres las más perjudicadas.
Han sido perjudicadas por los argumentos que defienden un orden divino y superior para transmitir estereotipos de género que sitúan al hombre por encima de la mujer en una escala de valor, son inferiores al hombre y por lo tanto se les otorga un papel muy marcado como madre, ama de casa y esposa. En la religión es traducido como el impedimento a acceder a las jerarquías de poder eclesiásticas así como la imposibilidad de oficiar la eucaristía y otros ritos religiosos.
Durante mucho tiempo se ha identificado a la mujer con la Virgen María, la reina de los cielos y madre de Jesucristo, la reina del hogar.
“Reinaba” en el hogar si hacía honor a sus virtudes impuestas, unas virtudes amañadas, pues se la privaba de su libertad, se perseguía el ideal de mujer casta, abnegada y sumisa a su marido y a su hogar. Su función por excelencia era la de ser madre, desligándola del disfrute de su sexualidad.
Se consideraba que las mujeres estaban bajo la sumisión del hombre como forma de castigo, Según el Génesis Eva, la primera mujer, fue seducida por la serpiente, representante del pecado original en el Paraíso y comió del fruto del único árbol que Dios les prohibió haciendo también a Adán, el primer hombre, caer en la tentación de aquella serpiente y ser seguidamente amonestados por Dios siendo expulsados del Paraíso. En el Génesis aparece la cita en la que Dios se dirige a Eva con estas palabras:
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"Multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos. Con dolor darás a luz a tus hijos, necesitarás de tu marido y él te dominará." La sumisión de la mujer al hombre fue interpretada como una maldición de Dios, en vez de un justo ejemplo de cómo las penurias de la vida son consecuencia del pecado: así como Adán tendría que trabajar la tierra con el sudor de su frente.” (Génesis 3:17-19)
Por culpa de su caída en la tentación, ambos sexos fueron expulsados del Paraíso. El teólogo Juan José Tamayo defiende que “la religión ha ejercido históricamente y hoy día sigue ejerciendo distintos tipos de violencia contra las mujeres” y esto es algo constante en los textos sagrados.
TAMAYO ACOSTA, Juan José.(2011) El rapto de Europa: crítica de la cultura.
La Cristiana como todas las religiones del mundo, defendía y sigue defendiendo en menor medida que “la mujer no es dueña de su cuerpo”, quieren controlar la sexualidad femenina y condenar el disfrute y la expresión de la misma. La planificación familiar es algo no permitido y las relaciones extramatrimoniales o las sucedidas entre personas del mismo sexo eran asimismo condenadas. El Arzobispo de Granada es el autor del libro Cásate y se sumisa y en él defiende la subyugación de la mujer con respecto a su marido con frases como “No somos iguales a los hombres para nada y no reconocerlo es fuente de sufrimiento seguro” “Muchas mujeres luchan con los maridos y llegan a ser insoportables. Sólo porque no han comprendido el secreto de la acogida, ni tampoco el de la sumisión, ni el de la obediencia como acto de generosidad” “La paridad no es igualdad. Es dar dignidades parejas a dos identidades que no podrían ser más diversas”
MIRIANO, C. (2013) Cásate y se sumisa. Ed. Nuevo inicio.
Describían los padres latinos a la mujer como una puerta al infierno, las desertoras de la ley divina por persuadir a Adán con sus encantos, situando su maldad por encima del mismo diablo. La única forma de superar la culpa era siendo buenas madres y esposas o en caso de no estar casadas, haciendo abstinencia del sexo y siendo vírgenes.
Precisamente por este signo de sumisión a la autoridad masculina y porque el pecado entró en el mundo por culpa de ellas debían cubrirse la cabeza en las celebraciones eucarísticas, las citadas anteriormente “vestimentas de penitencia”. No podían hablar siquiera en señal de respeto, por ser el sacerdote el representante de Cristo en la eucaristía. Estos hechos descritos anteriormente corresponderían al sector de la Iglesia más radical que se hizo viral en la Edad Media, avanzando hasta siglos más recientes donde el odio hacia la mujer pasó de las palabras a los hechos.
En la Inquisición las “persecuciones de brujas” llevaron a morir en la hoguera a millones de inocentes por hechos hoy en día absurdos pero que en aquella época eran condenados a la pena capital.
En el siglo XX, La Iglesia asignó a la mujer la tarea de disciplinar a su marido y a sus hijos en los valores del catolicismo, dichos valores eran la honradez, el sacrificio en el trabajo, la limpieza, la responsabilidad y el ahorro, y de ellas dependía su inculcación. Era ella la responsable de la salud de todos los miembros de su familia, existiendo para ello manuales donde se les adiestraba en el cuidado de los hijos, la cocina, la imposición de hábitos de higiene y urbanidad, la economía del hogar y la integridad moral. Su rol ascendió de categoría considerándolo oficio, concretamente el de “ama de casa”.
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