La lectura tratada tiene como tema central el proceso de la industrialización en Galicia
Enviado por Olalla Rodriguez Lopez • 2 de Febrero de 2020 • Trabajo • 996 Palabras (4 Páginas) • 174 Visitas
La lectura tratada tiene como tema central el proceso de la industrialización en Galicia.
En el siglo XVIII, Galicia contaba con una extensa población frente a los escasos recursos disponibles para abastecerla, teniendo en cuenta que trabajaban en minifundios y que parte de la producción la debían entregar como foro al propietario de las tierras. De esta manera, se veían obligados a realizar actividades pertenecientes a otros sectores, como el sector pesquero y sus derivados en las zonas costeras o a la producción de tejidos caseros de lino (actividad que más adelante sostendrá la economía gallega de la época) más en el interior.
Cabe destacar el hecho de que esta producción era esencialmente rural. Así lo ejemplifica el texto donde Santiago de Compostela, el principal centro comercial de la Galicia de la época, contaba con menos de 80 tejedores, mientras que la pequeña zona rural de Giro de la Rocha contabilizaba alrededor de 500.
Sobresale en este campo que la producción casera de lino no solo se destinara a la venta en ferias y mercados gallegos, sino que pasó a extenderse al comercio con Andalucía y Castilla debido a la emigración de labradores en época de segada. Estos hechos hacían que la materia prima no bastase para el consumo, lo que hizo que se trajese lino de León.
Así, la agricultura gallega era de subsistencia, excepto la parte del lino que sobraba, o que se elaboraba con lino foráneo, además del ganado vacuno, que se comercializaba en parte, y era el único ingreso monetario del rural del interior.
A mediados del siglo XVIII, en el proceso evolutivo de la Industria Rural Doméstica (IRD), aparece un boceto que describiría los distintos grupos sociales de la época. Estos se dividían en función de la actividad a la cual se dedicasen. La primera de ellas incluía a todos aquellos que se dedicaban a fiar, la mayoría mujeres; las dos restantes eran aquellas dedicadas a tejer y blanquear el lino cuyo trabajo era ejercido tanto por hombres como por mujeres al realizarse dentro de una misma familia.
Seguidamente, podemos apreciar tres niveles según el destino final del producto: Los que tejían para el consumo propio, los que realizaban dicha tarea por encargo para comerciarlo posteriormente, y el tercero, los que vendían a los tratantes ambulantes que compraban lienzos en las aldeas, o iban directamente los mercados a venderlos.
Esta actividad mercantil provocaba la existencia de unos individuos que negociaran en las distintas fases del proceso de producción textil: los tratantes o comerciantes. Este entramado sufrirá modificaciones en el último tercio del siglo XVIII al imponerse el lino en los países Bálticos.
Haciendo alusión a estos tratantes de lino del período anterior, podemos diferenciar dos tipos, todos ellos minoristas. Por una parte, los profesionales que mercadeaban con varios productos como lino e hilo y, por otra parte, los llamados ocasionales que son segadores o arrieros que transportaban cargas de lino al Reino de Castilla para venderlo. Cabe mencionar también a un grupo más reducido, los tratantes de hilo los cuales sólo vendían hilo cuando no tenían una familia que tejiese.
Respecto a los mercaderes de tejidos, podemos diferenciar tres tipos: los tratantes de los lienzos que era un grupo ambulante que compraba la tela en las ferias o casas, al tiempo que realizaban otro tipo de trabajos, como arrieros o tejedores; los de tienda abierta en las que compraban a los tratantes y posteriormente canalizaban el producto a otros mercados; y, por último, los arrieros y emigrantes los cuales se encargaban de llevar telas hacia Castilla y Andalucía.
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