La naturaleza de la felicidad.

Gustavo Arellano Zamorano

Diseño y Medio Habiente

10.02.2016

La naturaleza de la felicidad

Resumen

El Origen de la Felicidad

Es fácil confundir la felicidad, pues es una sensación que el cuerpo humano genera y sensaciones podemos tener muchas y diferentes, a veces podemos sentir más de una al mismo tiempo y en lapsos cortos.

Para encontrar respuesta para estos pequeños y breves estados hay que indagar sobre el proceso evolutivo de nuestra especie, ver como era su ritmo de vida, que hacían, que comían y como se comportaban. Este cambio evolutivo requirió que estos cambiaran su actitud mental para enfocarse en un objetivo en concreto.

El vencer riesgos de casa para nuestros antepasados, tuvo que implicar un cambio en su naturaleza, reprimir el pánico y afrontar los riesgos, desarrollar perseverancia, organizar tácticas y estrategias para lograr su cometido.  

Apoyo mutuo y cooperación fueron un factor primordial para que la especie siguiera evolucionando.

Como consecuencia al aumento de curiosidad, despertó un impulso por explorar y e investigar el mundo, desarrollando el poder de la inventiva.

Los adelantos tecnológicos que se produjeron durante millones de años, provocaron la modificación de las necesidades, así como la transformación de núcleos tribales en grandes tribus y pueblos.

 Lamentablemente el progreso convirtió a las numerosas poblaciones competitivas entre sí, surgiendo las clases sociales, afectando la felicidad conseguida.

La nueva estructura urbana, puso en riesgo las relaciones familiares a tal grado de utilizarlo como instrumento de comercio en el caso de los matrimonios arreglados lo que aporto desdicha importante en el ámbito de las relaciones personales.

Pero la naturaleza inherente del ser humano siempre lo ayuda tirando de él hacia atrás, buscando constantemente regresar a la condición social similar a la que existió en los tiempos prehistóricos.

Nos hemos convertido en simbolizadores, aplicando ecuaciones simbólicas a todas nuestras actividades. Cualquier éxito simbólico nos permite experimentar felicidad.

Nuestras actividades son substitutos simbólicos de la casa primitiva.  

Los deportes circenses y deportes de estadio como el futbol son una analogía en relación con la caza, han cambiado los detalles pero el estado de ánimo básico es el mismo: planificación, estrategia, táctica, riesgos, esfuerzo físico y lesiones, cooperación grupal. Casi todos los deportes modernos consisten en lanzar o perseguir, dos factores básicos de la caza primitiva.

Para contemplar la felicidad intensa basta ver al público de un partido de futbol cuando se anota algún tanto.

Las palabras que se utilizan para expresar nuestras principales motivaciones son reveladoras: matar, apuntar, dar en el blanco, perseguir, atrapar. Somos cazadores simbólicos bajo denominaciones absurdas.

Algunas clases de caza simbólica ocupan toda una vida.

La felicidad significa cosas muy distintas según las personas. Aunque se haga hincapié en solo tipo. La felicidad que se obtiene al satisfacer la necesidad de cazar una presa. Gran parte de la infelicidad experimentada, proviene de la perdida de esta condición.

Con la revolución agrícola e industrial sobrevino un desastre para gran segmento de la humanidad, pues los individuos quedaron condenados a trabajos tediosos y rutinarios, trabajos que no proporcionaban placer.

Claramente vemos que existen diversas fuentes primarias de felicidad humana. La primera Felicidad de finalidad que deriva de nuestro pasado remoto de cazadores. Felicidad competitiva  el gozo de ganar, originado en el pasado social al evolucionar. Y se le opone la felicidad cooperativa basada en ayudarnos mutuamente. Felicidades sensuales, imperativas biológicas – comer, beber, emparejarnos, y abrigarnos. Felicidad intelectual que son los propios actos inteligentes.

Las clases de felicidad

Felicidad de finalidad

Esta felicidad tiene tres fases: la anticipación la apetencia y la consumación.

Felicidad del cazador, cuyo origen es nuestro pasado evolutivo, dependiendo principalmente de encontrar variantes cada vez más perfectas para crear equivalentes simbólicos de la ancestral pauta de caza. La felicidad  no es cuando las cosas van bien sino cuando van mejor. Felicidad es algo efímero, voluble y cambiante.

Felicidad Competitiva

La felicidad siempre está a expensas de un rival y a costa de grandes esfuerzos.

La felicidad es una sensación agradable que surge al contemplar la desgracia ajena.

Felicidad Cooperativa

Siempre hemos tenido que mediar la competitividad con la cooperación, pocas veces se llega al éxito como individuos solidarios.

Ayudar a los demás forma parte de nuestra naturaleza. Y nos procura felicidad por que biológicamente estamos programados para el apoyo mutuo.

La felicidad cooperativa debe encontrar la escala adecuada.

Felicidad Genética

El impulso de reproducir la especie es un imperativo biológico tan poderoso que su consecución procura momentos de gran felicidad. Todas las fases de este proceso – enamorarse, emparejarse, nacimiento y crianza son susceptibles de inducir felicidad primitiva.

Es tan intensa la felicidad genética  que cuando salen bien son capaces de dejar un recuerdo imborrable en la vida, pero si salen mal marcan lamentablemente a la persona con cicatrices mentales imperecederas.

La esencia es transmitir los rasgos genéticos a sucesivas generaciones.

Felicidad Sensual

La modalidad de felicidad sensual más intensa es, sin lugar a dudas el organismo. Excitación sexual  hacia la pareja. La sexualidad femenina fue interviniendo como factor del proceso de emparejamiento hasta llegar a formar parte permanente de la relación afectiva.

Como fuente de intensa felicidad humana, la actividad sexual es demasiado básica para tenerla reprimida mucho tiempo.

Lo mismo sucede con la comida y la bebida. Alimentarse cuando se tiene hambre o beber cuando se tiene sed procura momentos de felicidad intensos e indescriptibles.

Felicidad Cerebral

El cerebro humano ha adquirido un gran tamaño a lo largo de la evolución, en su fase actual es capaz de obtener una sensación de felicidad simplemente jugando consigo mismo.

El auténtico placer de la investigación es el placer intelectual de plantearse nuevas interrogantes y hallar respuesta, y los momentos de felicidad suelen sobrevenir al descubrir algo nuevo que puede o no beneficiar a la humanidad.

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