“La rendición de cuentas en el manejo de fondos públicos”
Enviado por yan0r1 • 23 de Febrero de 2019 • Ensayo • 2.701 Palabras (11 Páginas) • 259 Visitas
UNIVERSIDAD ESTATAL A DISTANCIA [pic 1]
ESCUELA CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
CÁTEDRA DE DERECHO
CENTRO UNIVERSITARIO: HEREDIA
CURSO: DERECHO EMPRESARIAL II CÓDIGO: 05112
TAREA (ENSAYO)
“La rendición de cuentas en el manejo de fondos públicos”
NOMBRE DE ESTUDIANTE Y CÉDULA:
Yanory Solís Solís
Ced. 1-11240680
GRUPO: 01
TERCER CUATRIMESTRE-2017
La rendición de cuentas en el manejo de fondos públicos
Tradicionalmente Costa Rica ha sido un país libre, donde prevalece la democracia, donde el estado gobierna para y por el pueblo. Sin embargo, este último siempre ha sido muy confiado y poco rígido en la exigencia de resultados.
El estado siempre ha sido un ente colectivo, que vela por el bienestar del pueblo, principalmente a partir de los años 70, después de la segunda guerra mundial, este se caracterizaba por su intervención en prácticamente todos los campos económicos, político y social, produciendo poca apertura de la parte privada. Por lo que, en el conocido Estado de Bienestar (Hidalgo, 2003) generó cada vez más servicios de atención a la ciudadanía, con afán de satisfacer sus necesidades básicas. Sin embargo, empezó a gastar más dinero del que se generaba y los servicios que prestaba perdieron eficiencia, se generaron problemas como: inflación, desempleo y bajo desarrollo económico (Vázquez, 2008). Situación que generó que se empezarán a buscar las causas de esa crisis y darle solución. Fue así como los organismos financieros internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y otros), el grupo de los G-7 y presidentes de algunos bancos mundiales internacionales “brindaran” una solución al, para ellos, defectuoso Estado de Bienestar, con lo que propusieron darle más participación y protagonismo al mercado (Vázquez, 2008).
Con esta determinación se dio apertura al nuevo Estado Neoliberal, con lo que se “le otorgó protagonismo al mercado, la intervención del Estado debía ser mínima e incluso circunscrita a crear y mantener las condiciones para la operación eficiente del mercado” (Vázquez, 2008, p. 55), es decir un estado que trabaje para que la parte privada se imponga, y es así como se fue dando camino a la pérdida de instituciones estatales, ya que se privatizaban cada día más, como se va perdiendo la identidad nacional y empresas extranjeras son cada vez mayores. Es así como la parte pública se ha ido consumiendo ante el gigante económico de las empresas multinacionales e internacionales, que limitan las pequeñas empresas de nacionales que tratan de ir sobreviviendo en una economía movida por los más poderosos. Con este nuevo Estado neoliberal, la gestión pública se ha visto en una competencia con las entidades de gestión privada, donde estas se enfocan más en resultados eficientes y de calidad. De esta manera, se ha visto como algunos mecanismos y procesos provenientes del manejo del mercado se han ido introduciendo en la parte pública, como lo han sido las contrataciones externas, o el otorgamiento de organizaciones estatales en dirección privada, etc.
De esta manera, la gestión pública dió un giro y en 1998, el Consejo Directivo del CLAD alertó en el documento “Una Nueva Gestión Pública para América Latina”, donde lo que pretendía lograr era una gestión pública más eficiente, competitiva y de calidad, tal como lo menciona Guerrero (1999) citado por Vázquez (2008, p. 118) “se trata de contraponer el nuevo paradigma gerencial: ágil, eficiente y moderno, al viejo paradigma de la Administración Pública: lento, olvidado de la eficiencia y tradicional”, por lo que se evidencia como el nuevo concepto trae consigo mayor eficiencia, cumplimiento de resultados y nuevas exigencias para todos los funcionarios públicos. Esta es definida a nivel general en la página web de rendición de cuentas de España como el acto administrativo mediante el que los responsables de la gestión de los fondos públicos o cuentadantes informan, justifican y se responsabilizan de la aplicación de los recursos puestos a su disposición en un ejercicio económico.
Sin embargo, a nivel más acotado y adaptado a cada nación se dice que la rendición de cuentas está relacionada con la adopción de la transparencia y legalidad en todos los procesos, especialmente en lo relacionado al uso de fondos públicos, ya que este se rige en el segundo principio de lo público “como lo que es y se desarrolla a la luz del día, lo manifiesto y ostensible” (Vázquez, 2008, p. 87). La rendición de cuentas viene a dar paso así, a un proceso de legalidad y fiscalización de las entidades superiores costarricenses, quienes la definen como “la obligación de toda persona a la que le es conferida una responsabilidad, de dar cuenta del encargo recibido, haciendo un descargo que puede ser satisfactorio o insatisfactorio, debiendo provocar en el primer caso reconocimiento o efectos favorables, y en el segundo caso desaprobación o consecuencias negativas”. (Bolaños, 2010, p. 110). Arroyo y Bolaños (2014) agregan a éste como “una exigencia periódica por parte de todos los funcionarios públicos, quienes están obligados a informar sobre la utilización de recursos que, como depositarios de autoridad, gestionan en términos de seis variables a saber: la economía, la eficacia, la eficiencia, la ética, la equidad y la ecología” (p.33).
La rendición de cuentas es un proceso que se basa en la Carta Magna costarricense, donde se reconoce que “los funcionarios públicos son simples depositarios de la autoridad” (Constitución Política de la República de Costa Rica, Art. 11) y que “la soberanía reside exclusivamente en la Nación” (Constitución, Art.2), de esta manera las autoridades políticas y públicas deben rendir cuentas a toda la ciudadanía. El que no haya rendición de cuentas impide conocer si los depositarios de la autoridad que menciona el texto constitucional cumplen real y efectivamente con las obligaciones que la ciudadanía les ha confiado. Además, se debe tomar en cuenta que el rendir cuentas hace referencias tanto a rendir cuenta de las acciones y decisiones de la función pública como al manejo propio de los fondos públicos o del Estado.
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