Las 48 Leyes Del Poder
Enviado por Antares • 21 de Agosto de 2011 • 4.811 Palabras (20 Páginas) • 1.618 Visitas
Las 48 LEYES del PODER
UN MANUAL DE LAS ARTES DEL ENGAÑO
Te ofrecemos estimado amigo un documento imprescindible para entender
el entramado de corrupción de quienes optan por la política como ambición y no como servicio, ES DECIR, TODO AQUEL QUE DESEA DISFRUTAR DE LA DULCE MIEL DEL PODER A FAVOR DE SUS PROPIOS INTERESES.
MUCHOS EMPRESARIOS, VENDEDORES, PROMOTORES, ARTISTAS, RELIGIOSOS, LAS
AGENCIAS DE PUBLICIDAD, ETC., UTILIZAN ESTAS REGLAS PARA ESTAFAR
ELEGANTEMENTE, ATRAPARTE EN SUS REDES DE LA MENTIRA Y EL ENGAÑO.
Autor GREENE ROBERT
LEY No. 1
NO ECLIPSAR a NUESTROS SUPERIORES
Hay que hacer que los que están por encima de uno se sientan lo
suficientemente superiores. Aunque uno tenga deseos de complacerles o
impresionarles, no hay que pasarse al demostrar las habilidades propias porque provocan el efecto contrario -inspirar miedo e inseguridad-. Si conseguimos que nuestros jefes parezcan más brillantes de lo que son, llegaremos a las cimas del poder.
LEY NO. 2
NO CONFIAR DEMASIADO EN LOS AMIGOS Y SABER UTILIZAR A LOS ENEMIGOS
No hay que fiarse nunca de los amigos -le traicionan a uno con mayor rapidez, porque sienten envidia con facilidad-. También se convierten en unos mimados tiránicos. Pero si se contrata a un antiguo enemigo será más leal que un amigo, porque tiene más que demostrar. De hecho, hay mucho más que temer de los amigos que de los enemigos. Si no se tienen enemigos, hay que encontrar la forma de granjeárselos.
LEY No. 3
OCULTAR las INTENCIONES
No debemos revelar nunca el objetivo detrás de nuestras acciones para
mantener a la gente desconcertada y desinformada. Si no tienen ni idea
de cuáles son nuestras intenciones, no pueden preparar una defensa. Hay que llevarles lo bastante lejos por el camino equivocado, envolverlos en humo, y para cuando se den cuenta de lo que nos reponemos será demasiado tarde.
LEY No. 4
DECIR MENOS de lo NECESARIO
Si se intenta impresionar a la gente con palabras, cuanto más se dice,
Más ordinario se parece y menos se controla la situación. Incluso si se está diciendo algo banal, parecerá original si se expresa de una forma vaga, abierta y con aspecto de esfinge. La gente poderosa impresiona e intimida diciendo poco. Cuanto más se dice, más posibilidades hay de soltar una tontería.
LEY No. 5
DEFENDER la REPUTACIÓN con la VIDA (MUCHAS COSAS DEPENDEN de ELLA)
La reputación es la piedra angular del poder. Sólo a través de la
Reputación se puede intimidar y ganar; una vez que se pierde, sin embargo, uno se vuelve vulnerable y blanco de ataques por todos los lados. La reputación debe ser algo inexpugnable. Siempre hay que estar alerta ante la posibilidad de un ataque, para defenderse antes de que ocurra. Mientras, hay que saber destruir al enemigo minando su propia reputación. Luego hay que tomar distancia y dejar que la opinión pública les lleve a la horca.
LEY No. 6
LLAMAR la ATENCIÓN a TODA COSTA
Todo se juzga por la apariencia; lo que no se ve no tiene valor. Por
Lo tanto, no es bueno perderse entre la muchedumbre ni quedar en el
olvido. Hay que destacar. Llamar la atención a toda costa. Hay que convertirse en un imán que atrae la atención porque parece más grande, más colorido, más misterioso que las masas tímidas y blandas.
LEY No. 7
CONSEGUIR que OTROS HAGAN el TRABAJO y LLEVARSE el MÉRITO
Hay que utilizar la sabiduría, el conocimiento y el trabajo de los
demás en beneficio propio. Este apoyo no sólo ahorra tiempo y energía, sino que produce un aura divina de eficacia y rapidez. Al final los ayudantes quedarán en el olvido y nosotros seremos recordados. Nunca debemos hacer nada que puedan hacer los demás por nosotros.
LEY No. 8
HACER que los DEMÁS VENGAN a UNO (PONIENDO un CEBO SI es NECESARIO)
Si obligamos a los demás a actuar, se tiene el control. Siempre es
Mejor hacer que nuestro oponente venga hacia nosotros y que abandone sus propios planes en el camino. Hay que atraerle con ricas ganancias, y luego atacar. Nosotros tenemos las cartas.
LEY No. 9
GANAR a TRAVÉS de la ACCIÓN, NUNCA de la DISCUSIÓN.
Cualquier triunfo momentáneo obtenido por una discusión no es más que
Una victoria pírrica: el resentimiento y la animadversión que se crean son más fuertes y duraderas que cualquier cambio momentáneo de parecer. Tiene mucho más poder hacer que los demás cambien de opinión a través de las acciones, sin decir una palabra. Hay que demostrar, no explicar, de la misma manera.
Si se engaña o se manipula a determinadas personas, pasarán el resto
de su vida buscando venganza. Son lobos vestidos con la piel de oveja. Por lo tanto, es necesario elegir bien las víctimas y los oponentes: nunca se debe ofender o engañar a la persona equivocada.
LEY No. 10
EVITE A LOS PERDEDORES Y LOS DESDICHADOS.
La desdicha de los demás puede conducirlo a la muerte: los estados de
Ánimo son tan contagiosos y tóxicos como una enfermedad infecciosa. A
menudo, los perdedores son los artífices de su propia desgracia y terminan por transmitirla a quien quiere ayudarlos. Evítelos y, en cambio, frecuente a individuos ganadores y felices.
LEY No. 11
HAGA QUE LA GENTE DEPENDA DE USTED.
Para mantener su independencia, es indispensable que los demás lo
necesiten.
Cuando más confíen y dependan de usted, tanta más libertad tendrá.
Haga que la gente dependa de usted para lograr su felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que temer.
"Haga que la gente dependa de usted. Ganará más con tal dependencia
que con la cortesía. Quien ha saciado su sed de inmediato le vuelve la espalda a la fuente, pues ya no la necesita. Cuando la dependencia desaparece, también desaparece toda educación y después el respeto. La primera lección que la experiencia debería enseñarnos es la de mantener la esperanza viva pero nunca satisfecha, de modo que hasta un amo soberano nos necesite siempre."
(Baltasar Gracián, 1601-1658)
Una advertencia: no piense que, por depender de usted, su jefe lo
querrá.
Por el contrario, lo más probable es que lo odie y le tema. Pero, como
Dijo Maquiavelo, es mejor ser temido que amado. El temor es algo que se puede controlar, mientras que el amor es incontrolable. Depender de una emoción tan sutil y cambiante como el amor o la amistad sólo le generará inseguridad. Más vale
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