Las vidas negras importan

Las vidas negras importan

En pleno siglo XXI el racismo sigue constituyendo un dilema constante en todo el mundo, que se encuentra profundamente arraigado en el adoctrinamiento que cada sociedad instruye y es imperceptible o ignorado por la mayoría de sus componentes, a excepción, claro está, de sus víctimas. El racismo, según la Real Academia Española, es un sentimiento exacerbado del sentido racial de un grupo étnico, que habitualmente causa discriminación o persecución contra otros grupos étnicos. A sabiendas de ello, resulta increíble pensar que es una cuestión que ha existido desde las épocas coloniales, y que hoy en día continua persistiendo, aun si no se manifiesta mediante actos como la esclavitud o la segregación, sí se manifiesta por medio de microagresiones, y en los peores casos, crímenes de odio.

El racismo puede ser considerado como el mayor problema sociocultural que existe actualmente en Estados Unidos, donde aqueja principalmente a la población negra, que puede ser considerada como una masa, ya que es una colectividad de personas que atienden a un objeto común pero que no se encuentran mutuamente en proximidad física e inmediata, en este caso, el color de su piel. La brutalidad policíaca al ejercer abuso de poder sobre personas negras desarmadas y que ha llegado incluso a tomar un elevado número de vidas, es su representación más clara. En contraposición a ello surge el movimiento social Black Lives Matter (las vidas negras importan), que se dedica a realizar campañas contra la violencia hacia las personas negras y protestar regularmente contra la muerte de personas negras en homicidios cometidos por agentes de policía, así como por cuestiones más amplias de perfiles raciales y la desigualdad racial en el sistema de justicia penal de los Estados Unidos. Se puede catalogar como un movimiento social reformador, pues propone una serie de reformas específicas en el orden social vigente, en este sentido, el luchar en contra del racismo institucionalizado para evitar que sigan ocurriendo injusticias en torno a la comunidad afroamericana.

El movimiento comenzó en el año 2013 con el uso del hashtag #BlackLivesMatter en las redes sociales, después de la absolución bajo el argumento de “defensa propia” de George Zimmerman en Florida, por la muerte del adolescente afroamericano Trayvon Martin, quien no estaba armado, al dispararle tras un enfrentamiento por alegar que “se veía sospechoso”. Sin embargo, fue en agosto del 2014 donde tras la muerte de otro joven desarmado, Michael Brown, a manos de un oficial de la policía, se dieron lugar a distintas protestas, tanto pacíficas como violentas, y disturbios en Ferguson que se prolongaron por más de una semana. Jóvenes inconformes con la situación se dispersaron en la ciudad deteniendo el tráfico en algunos lugares y, horas más tarde, comenzaron los primeros altercados incluyendo algunos saqueos a comercios y establecimientos, evidentemente ya fuera del objetivo de las protestas. En los siguientes días las protestas continuaron, a las que muchos interpretaron como batallas raciales, ya que el cuerpo de la policía estaba formado mayoritariamente por gente blanca, mientras que la población manifestante era en su mayoría negra. Hubo represión social por parte de los oficiales, al hacer uso de gases lacrimógenos y bolas de goma, llegando incluso a disparar a un protestante, lo que lo llevó a un estado de coma.

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