Lectura digital vs lectura escrita

Lectura impresa vs. Lectura digital.

A finales del siglo XX la humanidad presenció los avances en diferentes ramas del saber, entre ellas la tecnología. El factor tecnológico ha sido sin duda alguna, el elemento clave de la gran revolución digital de la actualidad. La aldea global que tanto ha aclamado el fenómeno de la globalización se está dando a pasos agigantados, y es imposible (al menos para los que viven en la cultura occidental) no hacer parte de ella.

La era digital comenzó y ha llegado a hacer parte incluso de nuestro diario vivir, afectando de manera significativa nuestros hábitos cotidianos. Es imposible imaginarnos hoy un mundo sin computadores, celulares, dispositivos tecnológicos, entre otros, ya que estos hacen parte intrínseca del ser humano.

Entre los tantos hábitos cotidianos  que posee el ser humano y del cual se ha visto afectado por este fenómeno es precisamente la lectura. “Los libros son cosas del pasado” o “Te quedaste con Gutenberg”, son expresiones que alguna vez me tocó presenciar de parte de la comunidad lectora digital. Sin embargo, el debate está abierto.

Establecer cuál de los dos tipos de lectura es preferible, es como colocar  a dos personas a escoger que tipo de género musical le gusta más. Unos podrán decir el reggaetón por su ritmo e influencia del hip hop, otros dirán que la salsa por su melodía y sabor, pero a fin de cuentas, a ambas personas les gusta la música. La variable de gustos y preferencias juega un rol primordial para los lectores, pero definitivamente a todos les gusta leer. Sin embargo, incursionar en esta variable y conocer las diferentes argumentaciones de las diferentes argumentaciones de las diferentes partes, es el propósito a alcanzar.

La lectura digital está en auge, muchos lectores de este medio comparten la idea que aquella es mejor por diversas razones. Uno de los argumentos claves de esta postura es que la lectura digital actual tiene un elemento que no tiene la impresa y es el manejo de multimodales. Escasamente un libro impreso tiene gráficos e imágenes, por el contrario la lectura digital, tiene diversos recursos como material de audio, animaciones y videos que ayudan a potenciar de manera eficaz el nivel de comprensión del lector.

Sin embargo, surge una postura contraria por parte de los lectores de obras impresas. Los medios digitales facilitan la comunicación de mensajes breves, por tanto, no estimula la capacidad cognitiva de imaginar que hay más allá. La excesiva familiaridad con las imágenes coloca limites a la fantasía, creatividad y deteriora la curiosidad. Por el contrario la lectura impresa presenta una serie de ventajas (Ramírez, 2003, pág. 20):

1. Las lecturas requieren análisis y juicios críticos, por tanto, se requiere esfuerzo para comprender lo que se está leyendo. Las actividades que necesitan esfuerzo, movilizan toda la capacidad psíquica y fortalecen las facultades lógicas.
2. Enriquecimiento del patrimonio lingüístico (hablar, oír, leer y escribir).
3. Espíritu crítico, ensancha la imaginación.

A mi juicio personal ambos postulados son válidos. En el transcurso de mi vida, he leído más de forma impresa, pero en la actualidad y debido a la carrera, me he visto en la obligación de ajustarme a la lectura digital. La historia, que ha sido una ciencia que siempre me ha apasionado, suelo entenderla y comprenderla mediante libros impresos, pero otras personas (y es respetable) necesitan de elementos de lectura digital para comprender, aparte de eso, al ser una ciencia un poco aburrida, necesitan de contenido audio visual que incentive y estimule al lector.

Entre otras de las razones por el cual la lectura digital suele ser de mayor elección es debido a la fácil accesibilidad de información. Con un libro electrónico hay mayor posibilidad de ingresar a enlaces externos, ya sea diccionarios para consultar una palabra, buscar un mapa conceptual o video para representar la información leída, “Mientras el libro impreso funciona bajo la ecuación: A mayor contenido, mayor número de hojas y peso” (Vaca y Hernández, 2006, pág. 116).

Por otro lado, los que prefieren la lectura impresa no niegan el hecho de los grandes beneficios que trae la tecnología, pero suelen argumentar que en cuanto a la lectura digital, se está generando una cultura donde predomina el facilismo, en especial en la juventud, en donde el más perjudicado es el espíritu investigador y curioso del ser humano. Sin embargo, en el caso colombiano, el jefe de mercadeo de la editorial Alfaguara, Andrés Sarmiento, comparte un dato curioso: “Hemos encontrado, para nuestra sorpresa, que uno de los mayores consumidores de libros digitales son los adultos mayores, por una sencilla razón: pueden agrandar la letra” (Sarmiento, A. 2014, Leer libros en papel o en dispositivo digital, Semana).

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