Lenguaje y sociedad, la cohesión perfecta para un mundo perfecto
Enviado por Andrés Torres • 27 de Enero de 2019 • Ensayo • 2.012 Palabras (9 Páginas) • 159 Visitas
Lenguaje y sociedad, la cohesión perfecta para un mundo perfecto
(Contraponer la teoría de Bernstein con la de Milroy, respecto al estatus social en relación con el código lingüístico)
Nombre: Andrés Torres
Curso: 8º “A”
“Existe un obstáculo inicial que le impide, fatalmente, comprender y sobre todo admitir lo que ahora le sucede. Para poder ejercitar, realmente y con sentido de la realidad, su inteligencia, debería rehacerse de pies a cabeza. Es su clase social la que vive una vida verdadera en él. No es comprendiendo o admitiendo, sino sólo actuando, como podrá aprehender la realidad que le ha sido sustraída por su razón burguesa; Sólo actuando, como en sueños, o más bien, actuando antes de decidir. Teorema” (1968), Pier Paolo Pasolini
A lo largo de la historia han existido diferentes modos de producción, cada uno de estos fue una evolución para la sociedad con diferencias muy marcadas entre ellos y con una constante que continúa hasta la actualidad, la división de clases sociales. El Marxismo se encargó de clasificarlas en alta, media y baja, dependiendo de su condición socioeconómica, mas esta no sería la única diferencia entre dichas clases, así lo demostrarían investigadores como Milroy y Bernstein al desentrañar algunas de las características únicas que cada clase posee, en relación con lo lingüístico. En cuanto a Milroy, a pesar de indicar la relación entre las redes de enlaces sociales con los distintos estratos, su análisis no requiere de la presencia de clases sociales. Bernstein, por su lado, teoriza la relación existente entre los códigos lingüísticos con la clase a la que pertenece, afirmando que la clase obrera está condenada a nunca cambiar debido a que su código no se lo permite. En tal sentido, se puede inferir que Bernstein tenía prejuicios hacia la clase baja y que erró al no considerar la educación de esta como ente de superación y de progreso. No obstante, el estudio de Bernstein demuestra que para la clase baja la educación no es una disyuntiva de prosperidad. Con base en lo antes mencionado es imperativo agregar la importancia de conocer las características y las limitantes de las distintas clases sociales para así, llegar a esa utopía de equidad que el pueblo siempre ha anhelado.
Para entender lo propuesto por Milroy es imprescindible esclarecer el concepto de comunidad de habla. Hay que entender que esta se rige por el comportamiento lingüístico de un grupo de hablantes y no por el conocimiento de la lengua, en otras palabras, no solo se trata de que los individuos compartan una misma lengua, sino también la variedad, así como una serie de actitudes lingüísticas en su uso. De este modo, cuando Milroy realiza su investigación en un lugar monolingüe y con distintos estratos, como en toda sociedad, se da cuenta que dichos estratos poseen una particular forma de usar la lengua, dicho de otra manera, el conglomerado del lugar investigado tiene que ser dividido en estratos: alto, medio y bajo, haciendo de cada estrato una comunidad de habla. Además, bajo la premisa de que cada individuo, a pesar de que cuente con el mismo entorno y mismos estímulos, tiene una historia social diferente que condiciona de manera muy particular su habla. Silva-Corvalán (2001) afirma. “La lengua desempeña un papel importante en la actividad social del individuo integrándolo o no a un grupo social” (p. 112). En efecto, si el individuo se ajusta a las normas establecidas por cierto grupo social, estará ya perteneciendo a dicho conglomerado y recién aquí, en esta unión ya conformada, surge la comunidad de habla que busca Milroy. La autora hace un especial hincapié en las redes de enlaces sociales, que no tienen nada que ver con las clases sociales sino más bien con la unión de las comunidades de habla. Distingue dos redes: la densa o cerrada, y la difusa o abierta, en la que la primera es la conformación de pequeños grupos que interactúan entre sí, donde se da un conformismo lingüístico, porque este grupo no sale de su zona de confort, por su parte, la red difusa no posee fuertes lazos de unión, lo que la hace más mutable y con menos conformismo lingüístico. En las investigaciones de Milroy, los tres barrios estudiados eran de estrato bajo en los que abundaba la red densa, esto no quiere decir que el estrato alto posea una red difusa, ya que este, si está internamente vinculado en su comunidad, también tendrá una red densa.
Sin duda, y de acuerdo con lo propuesto por Milroy, si un individuo se adapta a las normas de un grupo sin importar el estrato, este automáticamente pertenecerá a dicho grupo, por lo que la idea de que el estrato social sea un factor determinante queda excluida, esto también se ratifica con las redes, que no son otra cosa que la unión e interacción que las comunidades tienen entre sí, muy al margen del estrato social al que pertenezcan.
Bernstein postula una intrínseca relación entre los códigos de comunicación y la clase social de los hablantes, observa que los códigos de comunicación pertenecientes al de los hijos de las personas que han de ubicarse en la clase obrera eran muy diferentes a los de la clase media, lo que lo lleva a definir dos tipos de códigos: el restringido y el elaborado. El primero se lo designó a la clase obrera, en el que la sintaxis y el vocabulario son más limitados, el segundo fue para la clase media, este no dependía del contexto, era totalmente explícito. Al código se lo entiende como los principios que rigen los sistemas del significado, cabe recalcar que estos no están ligados con diferencias intelectuales sino culturales, con base a esto se puede inferir que, para Bernstein, si un individuo de clase baja es más inteligente que uno de clase media, este nunca dejará de ser de clase baja sin importar el esfuerzo que haga o el intelecto que tenga. En esta teoría lo que define a una persona es la clase social en la que se nazca. Es más, al autor le resulta inconcebible que en la clase obrera se dé un individuo con una inteligencia superior a la de alguien que está en la clase media, ya que él considera que el uso de lenguaje, que cada clase tiene, es primordial para el desarrollo de la educación y del intelecto. Así pues, el código restringido de la clase obrera es más sentimental, por lo que carece de objetividad y hace sospechar que el ambiente de desarrollo del individuo es arbitrario, hay que aclarar que el autor le da una especial relevancia a la clase media. Pilar Fernández Lozano (1994) afirma. “Los sujetos de clase obrera utilizan básicamente uno de los códigos (restringido), mientras que los sujetos de clase media estarán expuestos tanto al código elaborado como al restringido y, por tanto, a las posibilidades simbolizadas por ambos códigos” (p.101). Para entender esto, no hay que olvidar que lo que prima en la teoría de los códigos de Bernstein es la cultura de la clase social, lo que da a suponer que la clase media es la única clase con el potencial para mejorar, pues tendría más cultura que la clase obrera.
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