Libertad, verdad y justicia, no valen nada

Libertad, verdad y justicia, no valen nada.

Ale del Castillo

Este capítulo habla acerca de Iván, un chico que vive en la colonia Doctores y se junta con una pandilla o banda de jóvenes de mayor edad, la mayoría de ellos tenía 18 años o más, y el tenía 17; la edad perfecta para poder cometer delitos sin ir a prisión. Una mañana llegan con él ofreciéndole un trabajo, sus amigos habían robado un carro, pero lo necesitaban a él para que se responsabilizará de la situación y ninguno de ellos fuera a prisión, solo Iván iría a “la correccional” en donde pasaría unos meses y seria liberado.

El negocio parecía fácil, y además, capturándolos o no, le iban a dar 10000 pesos por acompañarlos y, además le darían dinero a su madre para pagar los gastos de visitas y comidas.

Rocket, como también lo conocían, se había preparado con su arma y salió, había hecho eso muchísimas veces y siempre le parecía fácil.

El plan no resultó como lo esperaban y la policía los atrapo en un alto, el intento escapar, pero después pensó en que el era el supuesto responsable; regreso con las autoridades y fue arrestado, dejando a sus amigos en libertad. Tras insultos por parte de la policía y los llamados “torturadores” realizaron su interrogatorio y se hizo responsable de todos los actos.

Horas después, a media noche le avisarían que por la mañana sería trasladado a la Narvarte, donde estaría su madre con su comida esperándolo. Tras ir de agencia y centros de recapacitación llego a su último destino, Tlalpan.

Este lugar era conocido por los abusos que realizaban los internos a sus compañeros, desde golpizas hasta porquerías que nadie se imaginaría. Aquí conoció a varios de sus amigos, en donde se dio a respetar por las golpizas que proporcionaba a los de nuevo ingreso. También le gustaba ser golpeado, ya que le provocaba risa y felicidad sin control. Tras las paredes de este lugar, se ganaba el respeto de todos, hasta de los mismos oficiales que trabajaban aquí.

Era de los primeros en comer y hasta podía repetir de comida, dormía en donde quisiera, le hablaban con respeto y lo mas importante de aquí, se podía drogar cuantas veces quisiera y nadie le decía nada.

Tiempo después, se le había perdonado un año de estancia y salió y al tener todo lo que quería dentro se despidió de sus amistades y compañeros. Aunque no quería su madre lo obligo para que estuviera en mejores condiciones.

Utilización de personas menores de edad para crímenes

Se sabe que 30000 niñas y niños cometen crímenes ordenados por sus mismos padres u organizaciones Desconfía de anuncios o personas que ofrecen trabajos muy atractivos.

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