Los últimos acontecimientos han puesto al país en otro contexto en materia de derechos humanos y de seguridad.

Los últimos acontecimientos han puesto al país en otro contexto en materia de derechos humanos y de seguridad. Ayotzinapa no es un caso aislado que manifiesta abiertamente el abuso de la autoridad, el sometimiento oficial a quienes no piensan igual y peor aun, no obedecen igual. Los que se manifiestan en contra de lo impuesto suelen ser los señalados, los raros, los desubicados, revoltosos,los radicales,  los criminales. Suelen ser la carne de cañón que debe sucumbir en su reclamo y auto aplastarse en su dignidad humana. Su peor problema, ser pobres, marginados, desesperanzados. Pero esto no es un asunto de clases, es un asunto de respeto, de responsabilidades y de deuda moral. Es algo que no se conoce en los que vuelan alto, en los que comen ensaladas, vino y carne a diario, los que comparten el pan y la sal en latitudes distintas con compañías diferentes cada vez. Estos últimos piensan que el problema de los marginados es problema de esfuerzo y sacrificio, que es un problema de “ellos” y no es asunto que haya que compartir. Este concepto me eriza la piel, me desacomoda en el concurso de los pensamientos que me anidan en el seno materno, en mi formación cristiana, en mi educaicon civica. Me encantaría poder sentarme a debatir esto con los que tienen un chingo, con quienes tuvieron la oportunidad y desestiman el “status” de sobrevivencia que estos seres humanos mantienen; es  profunda la herida que dejo el ’68 y Ayotzinapa viene a abrirla de nuevo; parecieran coincidencias impensables pero la capacidad de los que nos gobiernan pueden realizar este tipo de cosas inimaginables, la capacidad de generar temor, miedo e incertidumbre se les da de facto, lo transpiran, lo demuestran. Ayotzinapa es la punta del hilo de la madeja que terminara por desenrollar el bollo del estambre que con cabello, piel y sangre se ha borlado en tantísimos años de excesos y desamor, de criminal actitud, de insulto y depredación social. Ayotzinapa no es un problema “politizado”, es un asunto que debe politizarse de tal modo que exija a quienes dson responsables de dar cuentas lo hagan, de quienes son responsables de la seguridad cumplan, de quienes tiene la obligación de entregar cuentas lo hagan ya. Ayotzinapa y el resto del país se unene al reclamo para el total y convincente esclarecimiento de esos hechos lamentables y vergonzosos que enrojecen los rostros de la historia de Mexico al igual que Acteal y Aguas Blancas entre muchísimos antecedentes de matanzas y crueldad. No, no debemos bajar los brazos, no podemos dar libertad a quienes fomentan la violencia sin resquemor, quienes mienten por sistema, a quienes nos deben y no nos pagan. Ayotzinapa debe abanderar las causas de los marginados, de los desprotejidos, de los vulnerables porque entre ellos estas tu, si tu, porque eres marginado en tu expectativa de vida, en tu seguridad, en tu educación y la salud de tus hjos y familia, en tu desarrollo como ser humano, en tu progreso. Siempre terminamos por señalar a estas victimas como los victimarios de la estabilidad sin considerar que ese tema lo generan “otros” que tienen nombre y apellido y que cenar vino y queso holandés a costa de ti y de mi. Se comenta que ellos han delinquido y que no se castigaron los hechos. Si eso es cierto porque no se ejercio la justicia de manera oportuna, a quienes sirvió ese evento que seguro cumplio con su cometido, quien no hizo su trabajo, quien iincumplio con la ley y sigue libre? No, no puede hacerse justicia con l ainjusticia, para eso hay leyes y autoridades de responsabilidad. Recuerdo cuando AMLO dijo que las instituciones no servían para nada y las criticas se cirnieron en su contra, si, fue muy severo e implacable. Las instituciones en este país son herramientas de labor y no de dedicación, son de complicidad y no de norma y regla. Debemos exigir entonces mayor transparencia y rendición de cuentas a las autoridades, que no nos tiemble el pulso para hablar, proponer y cuestionar, ese es parte de nuestros derechos pero también de nuestras obligaciones. Mexico, creo en ti, políticos a la miarda!!!

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