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Los Actos Inhumanos en la Cultura y en las Organizaciones


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2017  •  Trabajo  •  1.732 Palabras (7 Páginas)  •  309 Visitas

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Los Actos Inhumanos en la Cultura y en las Organizaciones

Fernando Cruz Kronfly

             

  1. IDEAS/CONCEPTOS PRINCIPALES

El autor plantea la idea del “trato más humano” como una recomendación desde algunas visiones en el ámbito teórico administrativo y organizacional.

Indica que este planteamiento de origen humanístico dirigido hacia las personas que laboran en organización, y en donde se percibe se le sensatez y buena intención, los más pragmáticos lo relacionan con la rentabilidad que puede resultar de un “trato más humano”.

Cruz Kronfly, argumenta que, a pesar de estas buenas intenciones y voluntad, en consideración a la cuestión de la condición humana no hay transparencia completa cómo se llega desear, y por tanto es importante acometer una reflexión más profunda sobre esta clase de propuestas referidas al humanismo organizacional y administrativo, entonces propone utilizar el “paradigma de lo inhumano”.

Precisa también el autor que los clamores de un trato “más humano” están dirigidos al poder en la organización y por tanto “al oído de los dirigentes y no al oído los dirigidos”, entonces este clamor evidencia “la diferencia” de los subordinados con respecto a los subordinadores; así la situación, aparece en la organización un subordinado que se convierte en un “otro necesario” pero diferente, al cual habría que dar un trato “más humano” pero manteniendo vigente “la diferencia”. Esta humanidad con diferencia se presenta como una humanidad recortada, disminuida, esa apenas necesaria para que el individuo se sienta, plenamente comprometido y motivado en la organización. El reconocimiento del otro como ser humano no ha sido una cuestión fácil, históricamente hablando, ni siquiera en occidente moderno con sus presupuestos de libertad e igualdad.

Al “otro diferente” que aparece entre el “nosotros” y el “ellos” de la cultura y la sociedad, se le ha considerado como un individuo que representa una amenaza; se evidencia, entonces, una resistencia persistente a reconocer la plena humanidad del otro por parte del subordinador. La organización con su estructura jerárquica, conserva la dislocación entre el “nosotros” y el “ellos”. El supuesto una acumulación histórica sobre el trato “más humano” no es válido por tanto no  se puede garantizar un proceso de acumulación ética sin el riesgo de retorno a “lo inhumano”

El autor afirma que el deterioro profundo o parcial del reconocimiento de humanidad en el “otro” tiene origen psíquico y cultural: “la tensión entre el “nosotros” y el “ellos”, la diferencia que marca la frontera entre los “unos” y los “otros”, la identidad que deriva de esa diferencia y la amenaza que para los unos y los otros representa dicha diferencia”. Opina el autor que en el ámbito laboral actual de subordinado aparece como un otro diferente, con una condición de humanidad disminuida; entonces el reclamo actual sería el de dar al subordinado un trato “menos inhumano”, mejor que un trato “más humano”. El parecer del autor la propuesta humanística parece destinada a quedarse corta en la realidad y no garantizaría la emergencia de un gerente o empresario del nuevo tipo, con una decidida posición de “no retorno” al pasado inhumano; a pesar de la existencia comprobada de la gerencia humanista en donde se reconoce la humanidad de los subordinados en algunos casos excepcionales, esta actitud se percibe más bien fundamentada en un conjunto de sentimientos elaborados en la edad temprana, aquí en subordinado los se considera como un “otro”, sino que está inmerso en el “nosotros”, que soportada en demostraciones y argumentos racionales de intenciones administrativas.

Se pregunta el autor sobre lo que se debería hacer para que la concepción de los “otros” y del “ellos” desaparezca de la empresa de manera efectiva y real. El autor o expresa que en cuando a la reflexión administrativa y organizacional la mirada más promisoria sería, dejar de lado aunque sea provisionalmente, el humanismo proactivo voluntarista para la generación de un gerente o empresario de un nuevo tipo y situarnos más bien en la perspectiva que nos permitan entender las causas de recorte de la condición de humanidad plena del “otro”, en cuanto subordinado, por el simple hecho de serlo.

A juicio del autor, soportado en las conclusiones de otros autores, lo inhumano en el hombre no tiene origen animal, sino que proviene de la forma con la cual psíquicamente se asume la diferencia cultural que el “otro” representa. A pesar del ofrecimiento del mito moderno de los presupuestos de libertad e igualdad, el resultado fué todo lo contrario y lo que se ha potenciado es la dominación.  

Opina el autor que estamos viviendo en una cultura “massmediática” en donde existe una especie  de “neo-inhumanismo” y que por este sendero podríamos llegar a una nueva edición del universo mental nazi o algo parecido donde los pobres y los marginales lleguen a ser considerados como responsables de causar problemas a esta humanidad organizada y buena que corresponde a “nosotros”. Lo inhumano resulta ser parte de la condición humana, por tanto se debe repensar la condición humana que nunca se presenta trasparente sino enigmática.

¿A fin de cuentas, entonces, qué es el hombre?

En este aparte, Cruz Kronfly se refiere a la “dimensión trágica de la condición humana”, como substancial y absolutamente propia de esta condición humana.

Las vicisitudes de la idea de progreso

El autor explica que el progreso en vez de lograr la liberación del individuo lo que logró fué precisamente lo contrario, es decir la dominación, para él: la vida humana resulta en extremo “ambigua, ambivalente y por lo tanto trágica”. Considera que la historia de Occidente mientras promete una salida liberadora, se ha convertido en instrumento poderoso de dominación y control humano, en fuertes sensaciones de vacío y desesperanza, de desamor y ausencia de sentido. La esperada liberación definitiva de las penurias, solución “definitiva” no se alcanzó mediante el “progreso”, en su reemplazo hoy vivimos en un ambiente de ansiedad, riqueza y confort en medio de  la miseria humana de siempre. En el mundo del trabajo  de hoy esta crisis se presenta por igual y a pesar de que muy pocos trabajadores son necesarios, ya que la máquina lo sabe todo, se continúa solicitando compromiso y sentido de pertenencia, pero el tipo de trabajo actual transforma en casi imposible cualquier tipo de compromiso y diluye el sentido de pertenencia. El fracaso del “progreso” como camino hacia la liberación ha sido estruendoso también en el mundo del trabajo. El empresario se inmola ante su empresa, busca en su empresa la solución a su ansiedad y sensación de vacío, ya que en cierta medida le brinda sentido a su existencia; esto no se da en cuanto al subordinado el cual se inmola ante el trabajo sin la posibilidad de la recompensa material siquiera.

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