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La “basura” como alternativa de vida

María Camila Jiménez - Colaboradora UCC para DIARIO DEL HUILA

Sandra Milena Dussán, empresaria huilense de tan solo 35 años de edad.

Entre una iglesia cristiana, anteriormente el club Azafatas, aviones sobrevolando y el aeropuerto ‘Benito Salas’, se encuentra Recuperar del Huila, el lugar de trabajo que refleja el fruto del esfuerzo de una mujer de 35 años quien desde niña ejerce la actividad del reciclaje para lograr convertirse en toda una heroína.

Ella es Sandra Milena Dussán, una mujer guerrera, esposa y madre cabeza de hogar, quien sin tapujos cuenta su historia de vida; sus días de infancia que a diferencia de otros niños que en su tiempo libre jugaban con muñecas, carros y balones; el de ella y sus cinco hermanos menores estaba rodeado de material reciclable, lo que para muchos es simplemente: basura.

Sandra Milena recuerda que sin la ayuda de su padre y con el ejemplo admirable de su madre, todas las tardes, al salir del colegio, montaba en una zorra junto a sus hermanos con quienes se iba a recoger las cajas que previamente les guardaban en los almacenes del centro de la ciudad de Neiva.

“Yo reciclaba en el centro junto con mis hermanos. Nos íbamos todos en una zorrita que le regalaron a mamá, a escoger en los almacenes las cajas y todo lo que se consideraba propio de reciclaje. Los dueños de los almacenes nos guardaban el material porque ya nos conocían pues éramos muy niños, ellos nos lo entregaban; trabajábamos por ahí hasta las 8:30 de la noche, de ahí lo llevábamos a la casa, lo almacenábamos durante la semana y mamá lo vendía los fines de semana. Esa era nuestra rutina de lunes a viernes, cuando salíamos de clase y terminábamos las tareas”.

La empresa de reciclaje genera diez empleos directos.

Así vivió su niñez y juventud. Después de terminar el bachillerato, Sandra Milena decide seguir abriéndose camino para un mejor futuro e ingresó a la Universidad Cooperativa de Colombia a estudiar Contaduría Pública. Cuando terminó su carrera, realizó su especialización en Revisoría Fiscal; todo esto, con la ayuda decidida de su mamá, quien con gran esfuerzo y tenacidad tomó las riendas del hogar para sacarlos adelante.

“Mamá criaba cerdos, marranos, y los vendía para sobrevivir, también hacía tamales los sábados y yo se los ayudaba a vender. Los fines de semana, en la mañana, iba a la Galería del Norte con mis hermanos, mientras ellos recogían ahí los desperdicios para alimentar los cerdos, yo le ayudaba a diferentes personas a vender y empacar sus productos, además del apoyo económico de terceros, quienes a través de préstamos me permitieron terminar mis estudios”.

Estudiante admirable

Su paso por la universidad, no fue en vano. Carlos Augusto Castro, director en el Huila del Instituto de Economía Social y Cooperativismo, Indesco, la ve como una mujer emprendedora, inteligente, y además creativa.

De otro lado, el coordinador del programa de Contaduría Pública, José David Tovar aseguró que “durante su estadía en la universidad fue una estudiante de buen desempeño, además fue líder en los diferentes eventos que se realizaban allí”.

Su alto grado de compromiso, la destacó entre sus compañeros de clase logrando culminar con éxito su carrera profesional.

Su familia

Para Sandra Milena, su madre lo es todo, gracias a ella logró superarse, viéndola trabajar para conseguir con el sudor de su frente el sustento diario. Su padre, quien falleció hace más de un año, fue diferente, nunca fue apoyo económico ni moral en su infancia ni adolescencia.

“Mi papá fue publicista, él hacía los letreros, los carteles para algunas empresas, pero tomaba mucho, eso era más importante que el hogar, nunca respondió como debía pues no le quedaba plata de las borracheras que se pegaba. El respaldo de Dios fue de mi mamá, sin su ayuda quizá no estaría contando esta historia”.

Su hermana,

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