Los Espacios culturales, el arte y la cultura
Enviado por kmicort • 17 de Diciembre de 2021 • Ensayo • 2.331 Palabras (10 Páginas) • 145 Visitas
ESTADO DEL ARTE
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
Los Espacios culturales, el arte y la cultura.
Zayas (2010), reconoce la existencia de una crisis del ejercicio cultural bajo un sistema burocrático que carece de políticas culturales eficientes así como de instituciones eficaces en llevar al amplio de la sociedad el arte y la cultura, identificando elementos como la mala distribución y el deficiente manejo que se le dan a los recursos destinados a esto. Recursos que terminan repartidos en la centralidad de espacios y artistas que sean aceptados y que se adapten a un sistema estatal, institucional y burocrático que termina limitando el acceso a la cultura y haciendo de esta un privilegio más de las clases dominantes. A partir de lo anterior se establece una necesidad que surge de la legítima necesidad humana de arte y cultura, de expresión y de memoria, necesidad que subyace a la burocracia, y termina dando lugar a la creación de centros culturales independientes.
Características de los Espacios y/o Casas Culturales:
Zayas (2010), reconoce 30 espacios culturales independientes distribuidos a lo largo y ancho de la Ciudad de león, Jalisco, cuyo primer elemento a notar es la diversidad de cada uno. Menciona que este tipo de espacios suelen estar “centrados en una o varias disciplinas siendo las más comunes el teatro, la música, el arte visual y la danza”, sin embargo van a ser otro tipo de distinciones las que sobresalen comúnmente y que distan de las disciplinas de las que parten las actividades que ofrecen, ya que van a ser sus principios comunitarios y su compromiso social dentro de una praxis local y territorializada las que más claramente se dibujan como elementos comunes en este tipo de espacios:
“… son iniciativas esenciales para el desarrollo de visiones plurales, interculturales, transdisciplinares y descentralizadas”(Red Transibérica, 2013; citado en Sayas, 2010).
Es importante denotar que estos espacios dejan de lado el ejercicio del arte por el arte, sino que al contrario politizan su accionar con posturas críticas frente a la realidad que viven y que buscan transformar en sus territorios.
En cuanto a la forma de operar, se hace distinción a la Autogestión, que permite cierto grado de independencia y autonomía en las decisiones de contenido, logísticas y creativas que tengan que ver con el espacio y sus formas de concebir su quehacer.
Es importante recalcar que entre las características de estos espacios es La autonomía un punto esencial, siendo necesario resaltar la capacidad de operar su propio trabajo, de definir sus propias alianzas y articulaciones. Valente (2014), introduce una característica puntual y es que en estos espacios se ven “distintos grados de vinculación con las instituciones oficiales, tanto del campo artístico como gubernamental” (cita en art[a])
Operan en medio de dos sectores que los rodean: la Institución y la cultura mercantilizada. Establecen formas de obtención de recursos para la autogestión, herramienta que les permite tener una libertad de creación artística, de propuesta de actividades, de cómo y cuándo se ejecutarán, no respondiendo a otros intereses que puedan llevarles a una sumisión. Entre todos ellos se trabaja una intercomunicación para fortalecer el compromiso de una comunidad preocupada por el fomento y desarrollo de una ciudadanía activa.
Con respecto a la forma de habitar los lugares, entendiéndose esta como la manera en que se ocupa un lugar o territorio, es de señalar que se ocupan los lugares pagando una renta, ya que generalmente se usa un inmueble de propiedad privada, a esto se suma el pago de servicios sin tener en cuenta los gastos de materiales y todo lo necesario para las actividades, aunque se desconocen otras formas como lo son la ocupación de lugares abandonados, o como se ve en Colombia, que están bajo la administración de las Juntas de Acción Comunal.
Entre otros gastos financieros, se mencionan que “el pago de permiso de piso y multas indebidas por gobierno debido a la falta de políticas que regularicen acciones en materia de cultura, y desde luego el pago a personal involucrado en el propósito, además de promotores de difusión[b]”, (xxxx) y aunque se concuerda en la ausencia políticas que regularice el tipo de acciones y eventos que se llevan a cabo en estos espacios, sin embargo ha de resaltarse que en cuanto al poco de personar y promotores, es un trabajo que se respalda con el ejercicio de la solidaridad y el apoyo mutuo en conjunto con la existencia de una convicción individual frente a la necesidad de la existencia de estos espacios, dejando atrás el hacerlo por un pago puntual, lo que señala dos puntos importantes: el primero que la autonomía, la autogestión y la solidaridad son los elementos que realmente sostienen estos procesos, y segundo, la precariedad a la que se enfrentan por falta de recursos, ya que generalmente las personas que crean y dinamizan estos espacios, no son personas adineradas ni de una clase social privilegiada, al contrario suelen ser personas que desde su propia realidad ven la necesidad de creación de otras formas de existir a través del arte y la cultura, no son agentes externos a los territorios, ni son mesías que llegan con todo por dar y solucionar, sino que sobre la base de la igualdad son vecinxs, compañerxs, amigxs que viven bajo las mismas dinámicas explotadoras, precarias, y desiguales que los territorios y comunidades, por eso mismo resulta aún más complejo la falta de reconocimiento de estos espacios tanto por la institución como por la sociedad en general.
COMÓ SE RELACIONAN CON EL TERRITORIO
Existe en estos espacios una clara necesidad de tejer y fortalecer constantemente los lazos con la comunidad de tal forma que las personas no solo se involucren sino que además se empoderen y apropien de los procesos y actividades desarrolladas, y en general se conviertan en seres activos dentro de su territorio y comunidad, el “espacio cultural independiente actúa y responde al contexto local (Sayas, 2010).
Las actividades desarrolladas en estos espacios abarcan desde talleres, cursos, proyectos cooperativos hasta la ventas de productos elaborados de forma independiente como libros, escritos, cuadernos, estampados, además de mantenerse un vínculo con ciertas expresiones culturales y artísticas, reafirmando la idea que “…una cultura no es sólo un corpus de trabajo intelectual e imaginativo; también es, y esencialmente, todo un modo de vida” (Williams, 2000[c], ).
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