Marginación y exclusión social

Cuanto se puede avanzar en la comprensión de nuestro espacio vital si lo entendemos como sistema u organismo vivo, espacio que nos permita vivir de la manera que deseamos. Con quienes compartimos la adquisición de conocimiento, el lugar de trabajo, los corredores culturales, lugares de asilo, de estancia. En un momento simple, pequeño, aparentemente insignificante. Necesidades, consideraciones básicas, democráticas o no.

      Por otro lado es, de qué manera nos ponemos de acuerdo por nosotros mismos de satisfacer las necesidades por solidaridad o ayuda mutua, por un colectivo o por todos los que participan en los cambios que sufren nuestras vidas.

      La autogestión en todas las esferas en el mundo en que vivimos es una respuesta necesaria. El consumo de energéticos y la forma en que culturalmente reproducimos nuestra sociedad, puede hacer que en la cotidianidad o ese lapso entre actividades distintas en la cuál participamos de lo colectivo oblige a desatender las necesidades básicas de una población o comunidad.

     La lucha por obtener vivienda digna o de crear espacios urbanos para mejorar las condiciones de vida puede mostrarnos quizá la imagen plástica más contundente, cultural e histórica del quehacer humano cotidiano unido al impacto económico de políticas locales y globales, como si fuera difícil prescindir del contexto para describirlas. A lo largo del trabajo entenderé la vivienda como construcción de espacio político.

      Esta cuestión propiamente habitacional o de vivienda en la demanda social y la lucha por la autonomía tiene varios escenarios o se ejerce en diferentes situaciones de vida, desalojo, ocupación o invasión, despojo, exclusión, vstos desde el Estado pueden adquirir un tono amenazante. Ya que las organizaciones sociales crecen en oposición a las políticas estatales en materia de población. Dentro de la lucha misma depende la toma de poder de varios factores para obtener espacios colectivos autogestionarios.

       Amenazantes para los gobiernos locales, nacionales, y  organismos multinacionales por tener los mismos sujetos: los “sin tierra”, “sin techo”, inmigrantes… Esto nos obliga inmediatamente a dinámicas de expulsión. Donde el tener todos un lugar dónde vivir implica estar en contra del capitalismo.

      La demanda social en los movimientos contestatarios de reivindicación, movimientos alternos al discurso estatal actuantes, requiere conocer las experiencias organizadas anteriores mientras las condiciones de ilegalidad persistan y no se garantize el derecho social a la vivienda, Va a buscar sus propias alternativas independientemente.

      El movimiento inquilinario se a estudiado cercano a los enfoques sociológicos, el desarrollo urbano de los países y la cuestión propiamente de vivienda o habitacional en el campo de la política social. Y una línea histórica donde podemos obtener información

     Por otro lado la violación a derechos humanos y constitucionales en el país genera un clima o ambiente propicio a la toma de poder violenta

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