Matrimonio Igualitario

Sí al matrimonio igualitario

A lo largo de los años hemos podido apreciar como cada persona va creciendo y desarrollando su propio ideal y manera de ser, en muchos casos, sin pensar en el que dirán sus padres, sus amigos, y en otras palabras, la sociedad. El caso que más se resalta respecto a eso, es la homosexualidad, que es una atracción hacia una persona del mismo sexo. El tema de la homosexualidad es aún un tema que tiene cierto rechazo en muchos lugares del mundo, que se vuelve más fuerte cuando aquellas personas deciden exigir sus derechos al contraer matrimonio, pues según los religiosos, el orden natural de las cosas es la relación de un hombre y una mujer, pues, por esa misma razón Dios creó sólo un hombre y sólo una mujer.

A opinión propia, no tiene nada de malo que la gente homosexual contraiga matrimonio, pues, como todos, son personas y todos tenemos los mismos derechos, además desde tiempos inmemorables las personas luchan por el derecho a la igualdad pero aún así no quieren aceptar que los homosexuales tengan los mismos derechos que los heterosexuales. La única diferencia entre los homosexuales y los demás, es la atracción hacía cierto sexo, pues todos compartimos los mismo sentimientos de amor, de apego, de protección, entre otras emociones hacía alguien a quien apreciamos.

Martha Lucía Cuellar, es un claro ejemplo de una persona, que, siendo heterosexual y en extremo religiosa, busca la igualdad hacía los homosexuales y su derecho para contraer matrimonio, pues tiene un hijo homosexual, que, como las parejas heterosexuales, tuvo una pareja durante once años que a pesar de haber muerto, fue una relación ejemplar, donde se prometieron solidaridad, cuidado y una vida en común y al no tener la posibilidad de casarse, el hijo de Martha no pudo reclamar lo que su pareja le dejó. ¿Acaso no hay similitud entre una pareja heterosexual? ¿Acaso los homosexuales no tienen la capacidad de tener una pareja estable? Este es un claro ejemplo que sí se puede, que es el mismo sentimiento y misma situación de una pareja heterosexual.

En 1991 la constitución proclamó la separación entre el estado y la iglesia que en 1993 acomodó un argumento mencionado que la nacionalidad colombiana es tradicionalmente católica, que lo estipulado en la constitución no era laicismo, sino libertad religiosa, finalmente creando el derecho de No ser discriminado por razón del Credo. Por esa misma razón, los argumentos que niegan el matrimonio homosexual basados en creencias religiosas generados por ciudadanos comunes, no son en parte, validos, pues todos somos libres de tener cierta religión, pero es importante que no afecte las decisiones que vayan a tomar los servidores públicos, pues, estos son los representantes del estado y por ende “Como el Estado colombiano es laico, los servidores públicos, es decir, jueces, procuradores, registradores, entre otros, no pueden valerse de

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