Migración y Cambio Climático en México

“Migración y Cambio Climático en México”. Efectos del nuevo panorama ecológico en la movilidad de las personas.

Este trabajo de investigación tiene como objetivo analizar la relación que existe o existirá, entre los fenómenos ocasionados por el cambio climático y la movilidad de la gente hacia otras zonas de la Republica Mexicana debido a las condiciones adversas del medio ambiente.

La importancia de mirar e investigar este tema radica en que el cambio climático tendrá profundos efectos para México, ya que tendrá lugar una nueva forma en la distribución de recursos, creará una nueva dinámica social, y hará que los desafíos actuales de la pobreza y el gobierno sean más difíciles de encarar. Estos cambios reestructurarán el terreno físico y el terreno político, y podrían tener repercusiones sociales, políticas y de seguridad de largo alcance.

El cambio climático ya se siente en todo México, y en el mundo. La opinión pública sugiere una creciente concientización con respecto al clima anormal y menos predecible. Incluso, los datos científicos y la evidencia física del cambio climático se han hecho más pronunciados; por ejemplo las depresiones fuera de temporada, las sequías y las olas de calor extremo se pueden notar con más frecuencia en años recientes.

Al vivir en el mismo planeta este problema se convierte en una preocupación global. La atmósfera terrestre constituye el más global de los bienes ambientales comunes. Cualquier transformación que sufra la atmósfera en las concentraciones de los gases que forman parte de ella, particularmente los gases de efecto invernadero, afecta a la biosfera y a la humanidad en su conjunto, de aquí el hecho de que en  México sea necesario la creación de La Comisión Intersecretarial de Cambio Climático (CICC) fue creada con el objeto de coordinar, en el ámbito de sus respectivas competencias, las acciones de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal (APF) relativas a la formulación e instrumentación de las políticas nacionales para la prevención y mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero, la adaptación a los efectos del cambio climático y, en general, para promover el desarrollo de programas y estrategias de acción climática relativos al cumplimiento de los compromisos suscritos por México en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) y los demás instrumentos derivados de ella, particularmente el Protocolo de Kioto.^[1]

A nivel internacional es de vital importancia este fenómeno debido a que en 1990 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtió que la migración humana podría ser una de las consecuencias más graves del cambio climático. Millones de personas tendrían que desplazarse a causa de la erosión de la línea costera, de las inundaciones del litoral y de los estragos en la agricultura. Desde entonces, se han sucedido los informes que defienden la idea de que en el futuro la degradación medioambiental y, en particular, el cambio climático, representarán el principal factor de desplazamiento de poblaciones. Se está gestando una crisis.^[2]

En 2001, el Informe Mundial sobre Desastres de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, estimo la cifra de 25 millones de “refugiados medioambientales”. Para octubre de 2005 el Instituto del Medio Ambiente y Seguridad Humana de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-EHS) alertó a la comunidad internacional que, para el año 2010, tendría que estar preparada a asumir a 50 millones de refugiados medioambientales.

Algunos analistas, de los cuales el más conocido es Norman Myers de la Universidad de Oxford, ha intentado estimar el número de personas que, a largo plazo, se verían forzadas a desplazarse como consecuencia directa del cambio climático.

“Cuando el calentamiento de la tierra cobre fuerza”, expone el profesor Myers,”puede que haya hasta 200 millones de personas afectadas por las alteraciones de los sistemas monzónicos y otros tipos de precipitaciones, por sequías de una virulencia y duración sin precedentes, y por la elevación del nivel del mar e inundaciones de las zonas litorales”.^[3] Este panorama con respecto a los posibles desplazamientos humanos, según un informe de la ONU y la organización CARE Internacional, será una de las consecuencias del cambio climático, producido en un 99% por acciones humanas, como la generación de energía eléctrica, el transporte, los residuos que producen metano y los escapes de pozos petroleros.

Debido a la degradación de los ecosistemas y los desastres naturales la gente se ve obligada a migrar hacia otras regiones o países por períodos largos, breves o estacionales, de acuerdo con el informe "In Search of Shelter” (En busca de un refugio). Según el estudio, en el futuro será difícil separar las migraciones motivadas por factores políticos o económicos de las derivadas de catástrofes naturales causadas por el cambio climático, desplazamientos que, por lo demás, ya existen ahora.

"El desplazamiento de poblaciones es generalmente causado por un conjunto de factores sociales y económicos, pero la influencia del cambio climático ya es creciente"^[4] El mundo debe hacerse a la idea de que a los desplazamientos por motivos económicos y políticos se sumarán en las próximas décadas los medioambientales; y los más afectados serán la población de menores recursos, por lo que es necesario comenzar a pensar en más alternativas que la de abandonar su tierra natal; es importante asegurar sus medios de subsistencia, para lo cual hace falta implementar políticas eficientes de manera urgente.

Mientras que el cambio climático está cada vez más confirmado por la ciencia, las consecuencias de este sobre la distribución de la población no están claras y tampoco resultan predecibles. Hasta ahora, ha sido difícil determinar una relación lineal y causal entre el cambio climático antropogénico y la migración pues intervienen varios y diversos factores sociales, económicos y medioambientales. Sin embargo lo que si es un hecho es que las áreas del mundo con mayores niveles de pobreza son  las que se verán más afectadas; trayendo como consecuencia que la mayoría de los emigrantes tengan que quedarse en sus propios países como desplazados internos sin derechos bajo la ley internacional y sin voz.

Es por esto que la responsabilidad recae sobre las naciones ricas, que son las más contaminantes, y la urgente necesidad por que éstas establezcan un fondo para ayudar a los menos favorecidos a adaptarse a los cambios, basándonos en una cuestión de derecho y no de caridad.

Se ha visto que las regiones más afectadas son los mega-deltas de Asia-Ganges y Mekong-el del Nilo, pero también Centroamérica y el Sahel en África Occidental, donde el 65 por ciento de las tierras cultivables ya sufren sequía.

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