Modelo Ricardiano y Reinert

Francisca Molina López

Modelos ricardiano y de Heckscher-Ohlin y el punto de vista que expone Erik Reinert en la globalización de la pobreza

Actualmente en un mundo globalizado, podemos decir que el comercio internacional de bienes y servicios, están teniendo un lugar significativo en las economías de diferentes países, ya que ahora están más cerca que nunca. Anteriormente, un país buscaba ganar en las negociaciones sin perder con otro país, pero hoy en día, el comercio internacional se lleva a cabo en el contexto de que ambos ganen ya que estos tienen relación y el beneficio es para ambos, lo mismo en que caso de que uno pierda el otro tampoco recibirá beneficios.

El primer desarrollo teórico del comercio internacional se puede encontrar en Adam Smith y David Ricardo, el primero tiene la llamada teoría de la ventaja absoluta y el segundo tiene la ventaja comparativa.

La teoría del comercio internacional es un enfoque clásico, y está estrechamente relacionado con el desarrollo de grandes industrias, tecnologías, mercados y grandes revoluciones históricas. Sin embargo, es David Ricardo quien desarrolló la teoría de la ventaja comparativa con el fin de superar el concepto de superioridad absoluta de Smith y considerar el libre comercio básico en el crecimiento económico. Para luego esperar a Heckscher-Ohlin-Samuelson quienes crearon un modelo que analizaría el comercio mundial de una manera nueva. Sin embargo, según estas teorías, si no hay una explicación satisfactoria, la realidad de los países subdesarrollados seguirá existiendo.  

El teorema de Heckscher-Ohlin plantea que un país tiene una ventaja comparativa en la producción del bien que usa intensivamente y por lo tanto ese bien será exportable. Este enfoque considera que los bienes y servicios emplean los factores de producción con distinta intensidad relativa, es decir en trabajo, capital y/o recursos naturales. Por lo tanto, los países relativamente con gran dotación de factores dispondrán de este en forma mas barata y por lo tanto menor será el costo de producir los bienes que se usa intensivamente con relación a otros factores.

David Ricardo, en contra de algunos de sus contemporáneos, tenía una postura frontal al proteccionismo. A su modo de ver, el comercio internacional presentaba una serie de ventajas que lo hacían mucho más atractivo. El modelo ricardiano defiende que cada país debe especializarse en producir aquellos productos, bienes o servicios en los que sea más eficiente. Esto es, en aquellos sectores en los que su productividad respecto a otro país sea mayor.

Ricardo demostró que el libre comercio es beneficioso para todos los países, lo cual se basa en la existencia de ventajas comparativas derivadas de las diferencias en la productividad. Y solo puede hacernos afirmar que, en un momento dado, dada la productividad del trabajo, incluso si no son iguales, los dos países están interesados ​​en el intercambio. Uno de los aspectos más importantes de la verificación del modelo ricardiano es que la evidencia empírica respalda el argumento de la ventaja comparativa en un sentido general.

La teoría de la ventaja comparativa de David Ricardo se sigue utilizando para comprender las relaciones comerciales entre muchos países y regiones del mundo. Ya que el proceso de globalización que se ha desarrollado en las últimas décadas ha llevado a los países a especializarse en función de sus ventajas comparativas. Por lo que, a pesar de su simplicidad, el modelo de comercio internacional de Ricardo es una herramienta muy útil para comprender la aparición de ciertos modelos de comercio internacional.

Pero antes de hablar sobre lo que reveló Eric S. Reinert, es necesario mencionar que se formó en pensamientos y descubrimientos económicos alternativos. El texto enfatiza que el sistema económico actual con significado religioso no ha sido cuestionado. De esta manera, Reinert refuta la ironía del concepto económico ortodoxo actual, en el que, con una intervención mínima, un mercado autorregulado producirá un crecimiento para todos por igual.

Las figuras políticas de izquierda y derecha aprecian profundamente muchos aspectos de la teoría de Ricardo y la critican como problemática porque se ha convertido en el centro de nuestro orden económico mundial. Sin embargo, a pesar del hecho de que el libre comercio puede empobrecer a las personas en algunos casos, los gobiernos occidentales aún insisten en el libre comercio y brindan asistencia financiera para alentar a las personas a aceptar el libre comercio. Así sobrevive el dogma del libre comercio mundial, y el idealismo y la generosidad enmascaran la realidad surrealista que bordea el crimen y la corrupción actualmente.

Es por esto que este libro explica problemas potenciales en la teoría económica actual y sugiere que la reactivación de métodos alternativos es un punto de partida necesario. Reinert enfatiza esto brillantemente. Los mercados libres son impulsados ​​por países que se benefician de ellos porque tienen las industrias más avanzadas. Sin embargo, la contradicción radica en que EE. en lugar de inventar el mercado de libre comercio, el Reino Unido e Inglaterra, los dos países más apasionados por la difusión del mercado libre, inventaron el proteccionismo comercial y los subsidios.

En este sentido, el trabajo de Erik Reinert es muy adecuado para comprender el papel de las políticas económicas y sociales en la historia. La globalización se explica e incluso se analiza desde diferentes ángulos, como la tecnología, la sociedad, la política, la geopolítica y los partidos religiosos, todo ello enmarcado en el tema económico con la globalización como eje principal. La globalización tiene como objetivo unificar a todos los países en una sola economía.

La globalización no solo está relacionada con la cantidad, sino también con los cambios cualitativos, porque el trabajo de la industria terciaria está relacionado con el uso de la tecnología, y estas tecnologías implican un conocimiento avanzado. Casi todas las especialidades dependen de la tecnología de la información para desempeñarse eficazmente, lo que se refiere especialmente a la gestión. Las necesidades económicas, políticas y sociales deben sufrir profundos cambios estructurales. Al mismo tiempo, el modelo de desarrollo exclusivo actual debe ser reemplazado por un mejor plan de distribución e igualdad de ingresos. Y la oportunidad de todos depende de su capacidad. Siendo en grandes rasgos lo que Erik plantea en el texto.

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