Muerte De Colosio

MUERTE DE COLOSIO.

De acuerdo con la versión de las autoridades, el autor material fue Mario Aburto, pero se dijeron muchas cosas, que el criminal era uno a la hora de su captura momentos después del matar a Colosio, y otro muy distinto al día siguiente cuando lo presentan a los medios de difusión.

Era la tarde del 23 de marzo de 1994 cuando al concluir un mitin de campaña en la colonia "Lomas Taurinas" en la ciudad de Tijuana, como era escasa la seguridad que traía el abanderado priísta, a quemarropa el asesino accionó el arma en la cabeza del candidato que cayó herido de muerte.

Colosio era la esperanza de nuestro país y la salvación del Partido Revolucionario Institucional que a esas alturas había perdido credibilidad y la confianza del pueblo de México.

Seis años atrás, el resultado de las elecciones dejó mucho que desear y prácticamente a la fuerza, se otorgó el triunfo a Carlos Salinas de Gortari, cuando muchos decían que el triunfador había sido Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

Con el deceso de Colosio, el rumbo del PRI cambió y fue menos su fuerza para enfrentar el futuro hasta que se dio lo que se tenía previsto, la derrota del partido otrora único y por primera vez en el más alto cargo de elección popular, se da la alternancia en el poder.

En Nuevo León, Luis Donaldo tenía muchos amigos, pues sus estudios los realizó en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores, lo que originó que se identificara con mucha gente de ahí.

Entre otras partes donde tuvo su residencia, destaca un departamento que rentó en un edificio de la colonia Obispado por la calle José Benítez, atrás de la casa donde vivía el matador de toros Manolo Martínez.

El político y el torero fueron vecinos pero no amigos, sin embargo ambos admiraban las profesiones de uno y el otro, al grado de que Colosio a quien le gustaba la fiesta brava, fue partidario del torero regiomontano.

Pero el ambiente del político de Magdalena de Kino era la política, citar los nombres de quienes fueron sus amigos solamente de esta entidad federativa, sería interminable.

Entre los políticos con los que Luis Donaldo estaba muy identificado, destacan Cristina Díaz Salazar, actual secretaria general del PRI nacional a quien precisamente él dio el primer cargo en el PRI nacional cuando le tocó dirigir los destinos del instituto político.

Ricardo Canavati, sin duda fue otro buen amigo, desde luego Sócrates Rizzo García, quien era gobernador cuando se dio el atentado con el fatal desenlace.

Llevaba Colosio amistad con muchos políticos más, Graciano Bortoni (finado), con quien conversaba con amplitud un día a la semana en los tiempos de campaña y también fue y muy buen amigo del Senador Eloy Cantú Segovia.

Conocía a Alfonso Martínez Domínguez, a quien le llamaba maestro de la política, también tenía buena relación con Natividad González Parás.

Entre los amigos profesionistas muy ligados a Luis Donaldo, destacan Alfonso Ramos y José Wuapinski y Agustín Basave Benítez, a quien apoyó para que fuera diputado federal.

El proyecto de nación que se proponía Colosio en caso de llegar a dirigir los destinos de México, era diferente a los esquemas tradicionales cuando gobernó al país el PRI, con lo que logró la atención de muchos mexicanos que creyeron en su proyecto.

El contenido de su gran discurso el 3 de marzo, durante un aniversario de la fundación del PRI, evento que se celebró en el Monumento a la Revolución en la ciudad de México, fue contundente y rompió con las tradiciones políticas al separar su candidatura del Presidente en turno.

Fue cuando abordó, entre otros temas, que la sociedad reclamaba un México diferente, poner fin a las injusticias, a la desigualdad social y el desinterés de muchos servidores públicos en atender las demandas del pueblo.

MUERTE DE COLOSIO

La muerte de Luis Donaldo Colosio Murrieta (1950-1994), candidato a Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional, ocurrió el miércoles 23 de marzo de 1994. Fue herido mortalmente por Mario Aburto Martínez, tras presidir un mitin en la colonia Lomas Taurinas de Tijuana.

La muerte de Colosio es considerada un magnicidio debido a que se equipara al asesinato del futuro presidente de México pues había sucedido por décadas que el candidato del PRI era el seguro ganador en las elecciones presidenciales, por la falta de competencia democrática real que posibilitara la transición del poder. No había sucedido un hecho similar en México desde el asesinato de Álvaro Obregón en 1928.

En el “destape” de Luis Donaldo Colosio fueron observadas todas la reglas no escritas de la sucesión presidencial, al estilo del dominante presidencialismo y su brazo político el PRI. El 28 de noviembre

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