Máximas De La Sabiduria De Ptahhotep
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CHRISTIAN JACQ
LAS MÁXIMAS DE PTAHHOTEP
El libro de la sabiduría egipcia
ARCA DE SABIDURÍA
A un sabio, Franeois Brunier,
partido viviente en los bellos
caminos de Occidente.
Título del original:
L'ENSEIGNEMENT DU SAGE ÉGYPTIEN PTAHHOTEP
Traducido por: MANUEL ALGORA
Director de la colección: SEBASTIAN VÁZQUEZ JIMÉNEZ
© 1993. Editions La Maison de Vie.
© 1999. De la traducción. Editorial Edaf', S. A.
© 1999. Editorial EDAF, S. A. Jorge Juan, 30. Madrid.
Dirección en Internet: http://\v\v\v.arrakis.es/~edaf
Correo electrónico: edar@arrakis.es
Para la edición en español por acuerdo con Editions La Maison
de Vie, Fuveau, Francia.
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Depósito Legal: M. 45.673-1998 I.S.R.N.: 84-414-0491-7
PRINTED IN SPAIN IMPRESO EN ESPAÑA
Gráficas COFAS, S. A. - Pol. Ind. Prado Rcgordoño - Móstoles (Madrid)
Indice
INTRODUCCIÓN
• El libro más antiguo del mundo 5
• Un libro de sabiduría 5
• La transmisión del texto 6
• El redescubrimiento del texto 6
• ¿Quién era Ptahhotep? 7
PRESENTACIÓN DE LA «SABIDURÍA» DE PTAHHOTEP 8
TRADUCCIÓN DE LA ENSEÑANZA
DEL SABIO PTAHHOTEP
PRÓLOGO 16
Las máximas de la palabra cumplida 18
Máxima 1. De la humildad y del descubrimien¬to de la palabra perfecta 19
Máxima 2. Del arte del debate con un superior 20
Máxima 3. Del arte del debate con un igual 21
Máxima 4. Del arte del debate con un interior 21
Máxima 5. Del arte de ser un jefe respetando la regla 22
Máxima 6. De la vanidad de las maniobras hu¬manas 23
Máxima 7. De las maneras a la mesa 24
Máxima 8. Del respeto a la misión confiada 25
Máxima 9. Del necesario silencio del rico, y del dichoso destino de quien no tiene hijos 26
Máxima 10. De la necesidad de poner nuestra confianza en un ser de calidad 27
Máxima 11. De la necesidad de seguir al cora¬zón, y de no desperdiciar la ener¬gía en las tareas materiales 28
Máxima 12. Del comportamiento frente a un hijo espiritual 29
Máxima 13. De la actitud justa en la Corte de Justicia 30
Máxima 14. Del corazón que vuelve dichoso, y del vientre que condena a la des¬gracia 31
Máxima 15. Del arte de comunicar 32
Máxima 16. Del arte de gobernar 33
Máxima 17. De la necesidad de escuchar las pe¬ticiones 34
Máxima 18. Del peligro de la seducción 35
Máxima 19. De la avidez, enfermedad incurable 36
Máxima 20. De la justa actitud hacia la pose¬sión 37
Máxima 21. Del amor y el respeto debidos a la esposa 37
Máxima 22. De la necesidad de satisfacer a nues¬tros familiares 39
Máxima 23. Del rehúse a rumorear 40
Máxima 24. Del buen uso de la palabra 40
Máxima 25. Del verdadero poder y del domi¬nio de uno mismo 41
Máxima 26. De la justa utilización de la ener¬gía 42
Máxima 27. De la energía de un grande 43
Máxima 28. De la necesidad de la imparcialidad 44
Máxima 29. De la indulgencia 44
Máxima 30. Del necesario desapego de los bie¬nes materiales 45
Máxima 31. De la buena actitud hacia un supe¬rior y hacia los vecinos 45
Máxima 32. De la necesidad de evitar a la mu¬jer infantil 46
Máxima 33. Cómo poner a prueba a un amigo y conocer su verdadera naturaleza 47
Máxima 34. De la necesidad de la benevolencia. 48
Máxima 35. De la necesidad de un carácter lú¬cido, firme y cumplido 48
Máxima 36. De la necesidad de castigar y com¬batir el mal 48
Máxima 37. De la fortuna de desposar una mu¬jer alegre 50
EPÍLOGOS
Máxima 38. De la transmisión de la sabiduría, el conocimiento y la rectitud 51
Máxima 39. De la necesidad de la escucha y del entendimiento 53
Máxima 40. Del hijo espiritual 54
Máxima 41. Del ignorante 55
Máxima 42. De los deberes y el destino del hijo espiritual 56
Máxima 43. De la palabra justa 57
Máxima 44. De la palabra justa (continuación). 57
Máxima 45. De la necesaria rectitud de un hijo 58
CONCLUSIÓN DEL TEXTO 59
CONCLUSIÓN 60
BIBLIOGRAFÍA 61
«Los escribas llenos de sabiduría, desde los tiempos Que vinieron después de los dioses,
Y cuyas profecías se realizaron: Sus nombres duran eternamente...
No han proyectado dejar detrás de sí, como herederos,
A hijos de su carne, que conservaran su nombre:
Han puesto por herederos
A los libros y enseñanzas que han escrito.
De los libros han hecho sus sacerdotes,
De la paleta del escriba han hecho su hijo bienamado:
Sus enseñanzas son sus pirámides,
La pluma era su hijo,
La tablilla su esposa...
¿Ha habido un hombre semejante a Ptahhotep?
Los sabios que predecían el porvenir,
Lo que salía de su boca se realizaba.
Se descubre que una cosa es un proverbio,
Y que se encuentra en sus escritos... Incluso cuando han desaparecido,
Su poder mágico alcanza a todos los que leen sus escritos.»
Texto en A. H. Gardiner, Hicratic Papyri in tbe Britisb Museum, p. 38 y ss.
Introducción
El libro más antiguo del mundo
El Egipto antiguo estimaba que todo pensamiento no formulado carecía de realidad; por esta razón los Egipcios edificaron templos, esculpieron y escribieron, a fin de encarnar sus percepciones del misterio de la vida. Nada fue dejado al azar, ya que el vehículo de esta formulación fue una lengua sagrada, los jeroglífi¬cos, cuyo nombre egipcio es medon neter, «las palabras de Dios». Medou, «palabra» significa también «bastón»; dicho de otro modo: los jeroglíficos son los bastones que ayudan al hombre a caminar sobre el sendero del conocimiento.
Como Champollion, genial descifrador, ya percibiera, todo es jeroglífico en
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