Negligencia médica, desorden social

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Introducción

Por primera instancia debemos conocer el concepto de Negligencia Médica o Mala Praxis es aquella acción por parte del médico del deber propio de su profesión y del objetivo debido a la naturaleza del acto, el cual va sin un seguimiento correcto (1).

Conforme pasa el tiempo la negligencia médica por desgracia ha ido aumentando de una manera tan intensa tanto en México como en el mundo, por donde sea se habla bastante de esta práctica, en sí ya nos es algo anormal.

Para esto debemos tener en cuenta que la ética del médico o las personas que participan en estas prácticas, queda muy debajo de las expectativas normales de la sociedad hacia ellos. La sociedad está acostumbrada a ver a un médico y pensar que esta persona será la que regule el estado fisiológico, social y psicológico del paciente para así lograr integrarlo a la vida diaria de la misma. Además, de tener la obligación de atender y asistir al paciente en estado de peligro, ya sea leve o moderado; sin importar de dónde venga, el idioma o dialecto que hable, la religión que profese e incluso las diversidad sexual; puesto que a los médicos e incluso enfermeras/os se les enseñó a respetar al paciente, de sentir más empatía por la persona en peligro.

Por desgracia, si hay un interés personal de por medio o simplemente por descuido el terminar con la vida de ser humano, puede o más bien, es motivo de cárcel absoluta y sin ninguna objeción. Claro está el origen (lugar) de donde se haya atentado con la vida de otra persona; puesto que en cada país del mundo las normas no suelen ser las mismas que las de Israel que las de Países Bajos. De igual manera las normas que se deben llevar a cabo desde el principio de su enseñanza académica.

Por otra parte, tomamos en cuenta que la medicina no es como tal una ciencia 100 % exacta a diferencia de la Física o las Matemáticas, sino que hay riesgos por donde sea, desde tomar la presión hasta una cirugía a corazón abierto. Pero no por estas razones cometer una mala práctica ya sea solo o en equipo con más personal y posteriormente tomar estos pretextos para justificar la muerte de un ser humano que tal vez tenía más por vivir.

Contexto

Las reclamaciones (1) en contra de los médicos se han visto acaparadas inmensamente altas, puesto que los pacientes que de verdad buscan un buen servicio por parte de estas personas, al final quedan decepcionadas de no ser aquello que el o los pacientes buscan. Por desgracia o fortuna este tipo de “clientes” no les importa la institución de la que se trate y mucho menos el prestigio que llegue a tener, ya que al momento de enterarse de una práctica poco profesional ya sea por sí mismo o por la familia, se arremete en contra del médico e incluso de la institución. Claro, el afectado no se va aquedar con los brazos cruzados y mucho menos sin que se haga la justicia debida. Esto ocasiona que los juzgados trabajen cada vez más favoreciendo a la víctima.

En muchas ocasiones esta práctica se llega a hacer con la intención de afectar al susodicho sin importar las consecuencias de los actos derivados de su falta de ética y su humanidad. Por ejemplo, una complicación quirúrgica, una prescripción médica errónea, administrar de forma incorrecta una inyección o incluso dejar un objeto en el organismo del paciente, infecciones intrahospitalarias, transmisión por transfusión sanguínea de enfermedades como la Hepatitis o el SIDA (1), no supervisar debidamente al paciente post-operatorio, en fin, se tienen más ejemplos en los cuales se han ido involucrando los médicos e incluso las y los enfermeros; puesto que estos últimos colaboran de un manera más cercana con los enfermos, para brindarles una atención adecuada y oportuna para su pronta recuperación, además de integrarlo adecuadamente a la sociedad.

En caso contrario a lo antes mencionado tenemos el denominado Error Excusable, en el cual el personal médico aplica los conocimientos, habilidades y destrezas debidas e informando de toda práctica realizada, tomando en cuenta los valores, las creencias. Además de actuar con responsabilidad y prudencia, se llega a presentar un diagnóstico erróneo que no por fortuna reviste la gravedad de la negligencia médica. Por ejemplo: cuando por una interpretación incompleta de los datos no se llega al diagnóstico o este se da en forma desacertada. Lo aplican los diagnósticos en fase sintomática o subclínica, casos en los cuales no implica responsabilidad. Así es que el médico o la enfermera queda libre de todo cargo que se le haya llegado a culpar, puesto que están las pruebas escritas en un documento confiable.

Otro factor que llega a repercutir en la práctica o tratamiento hacia el paciente es la falta de conocimiento por parte del personal encargado de darle seguridad y cuidado a quien lo pide, puesto que en varias clínicas o instituciones hospitalarias, en médico en curso receta fármacos que probablemente no los haya requerido el paciente en absoluto, solo lo que interesa en el momento es “sacarle el dinero” a alguien que confía plenamente en el sujeto con cedula profesional.

 Por desgracia la sociedad no está muy encaminada en saber más allá de quién es precisamente la persona que realiza la revisión, no se toma en cuenta si sus conocimientos son los correctos; de igual manera el historial académico y profesional del médico, e incluso el de la enfermera.

Aunado a esto, el profesional encargado de mejorar la salud y al cual se le está confiando la vida plena de un ser humano, no tiene la capacidad de brindar un buen servicio puesto que varios individuos compran su título, su diploma, simplemente para hacerse pasar por un licenciado en enfermería, ocasionando que al atender a una persona no sepa en absoluto qué procedimiento o tratamiento se le otorga a éste. Esto mismo ocasiona aún más perjudicar la salud de alguien que va con la esperanza de recuperarse. Un ejemplo es la iatrogenia innecesaria también llamada inconsciente o por ignorancia es cuando se realiza un procedimiento o tratamiento en el paciente por un diagnóstico mal elaborado o se amputa una extremidad por un diagnóstico radiológico no comprobado o se o se opta por un procedimiento ineficaz y obsoleto.

Otro factor que influye en la negligencia es la falta de interés por parte del personal (enfermero) hacia el paciente. Esto quiere decir que si el profesional no se da cuenta de los síntomas presentados en el paciente o en las reacciones posteriores a un tratamiento como por ejemplo: el cáncer, puede ocasionar una mayor gravedad de salud tanto fisiológica como psicológica, causando la extensión de tratamiento, que en ocasiones no se ve un beneficio; al contrario, se puede morir.

De igual manera esta la tardanza en diagnosticar (2), ya que se puede perder tiempo, siendo algo similar a lo antes mencionado. Pero en este caso, al tener al paciente esperando tanto tiempo en la sala de espera para ser atendido por un accidente grave o por una complicación en su salud, ligado a la extensa demanda médica, causa que la complicación del mismo se intensifique. Así de esta manera la negligencia no es únicamente del profesional, sino de la institución, la cual debe tener en cuenta que si se incrementa el número de personas para brindar la atención, también sebe haber un mayor número de asistentes. Y en sí, la institución debe responder por el o los acusados de la “mala pericia” hacia el demandante.

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