Ordenes Costumbres Y Caprichos
Enviado por • 15 de Mayo de 2015 • 401 Palabras (2 Páginas) • 227 Visitas
HAZ LO QUE QUIERAS
Decíamos antes que la mayoría de las cosas las hacemos porque nos las
mandan (los padres cuando se es joven, los superiores o las leyes cuando se es
adulto), porque se acostumbra a hacerlas así (a veces la rutina nos la imponen los
demás con su ejemplo y su presión —miedo al ridículo, censura, chismorreo, deseo
de aceptación en el grupo,...— y otras veces nos la creamos nosotros mismos), porque
son un medio para conseguir lo que queremos (como tomar el autobús para ir al
colegio) o sencillamente porque nos da la ventolera o el capricho de hacerlas así, sin
más ni más. Pero resulta que en ocasiones importantes o cuando nos tomamos lo que
vamos a hacer verdaderamente en serio, todas estas motivaciones corrientes resultan
insatisfactorias: vamos, que saben a poco, como suele decirse.
Cuando tiene uno que salir a exponer el pellejo junto a las murallas de Troya
desafiando el ataque de Aquiles, como hizo Héctor; o cuando hay que decidir entre
tirar al mar la carga para salvar a la tripulación o tirar a unos cuantos de la tripulación
para salvar la carga; o... en casos semejantes, aunque no sean tan dramáticos (por
ejemplo sencillito: ¿debo votar al político que considero mejor para la mayoría del país,
aunque perjudique con su subida de impuestos mis intereses personales, o apoyar al
que me permite forrarme mas a gusto y los demás que espabilen?), ni órdenes ni
costumbres bastan y no son cuestiones de capricho. El comandante nazi del campo
de concentración al que acusan de una matanza de judíos intenta excusarse diciendo
que «cumplió órdenes», pero a mí, sin embargo, no me convence esa justificación; en
ciertos países es costumbre no alquilar un piso a negros por su color de piel o a
homosexuales por su preferencia amorosa, pero por mucho que sea habitual tal
discriminación sigue sin parecerme aceptable; el capricho de irse a pasar unos días en
la playa es muy comprensible, pero si uno tiene a un bebé a su cargo y lo deja sin
cuidado durante un fin de semana, semejante capricho ya no resulta simpático sino
criminal. ¿No opinas lo mismo que yo en estos casos?
Esto tiene que ver con la cuestión de la libertad, que es el asunto del que se
ocupa propiamente la ética, según creo haberte dicho ya. Libertad es poder decir «sí»
o «no»; lo hago o no lo hago, digan lo que digan mis jefes o los demás; esto me
conviene y lo quiero, aquello no me conviene y por tanto no lo quiero.
...