PARAGUAY “La orquesta que nació en un basural”

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PARAGUAY

“La orquesta que nació en un basural”

Surgió en un asentamiento de Asunción del Paraguay. Niños y jóvenes crean y utilizan instrumentos reciclados de residuos sólidos. La música redujo la violencia y la exclusión y abrió nuevos horizontes de vida. Tiene fama mundial.

“El mundo nos tira basura, nosotros le devolvemos música”. Ese es el lema de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, integrada por niños y jóvenes habitantes cercanos del vertedero de basura más grande de Asunción, de Paraguay, que hace música con instrumentos fabricados con residuos domiciliarios.

“Ante la carencia de instrumentos y la situación de vulnerabilidad de estos niños donde su casa cuesta menos que un violín o, dicho de otra manera, donde un violín puede costar más que su casa, era difícil emprender una iniciativa donde les pudiéramos proveer instrumentos”, cuenta Favio Chávez, director de la orquesta. Chávez, músico e ingeniero en ecología humana, llegó a Cateura en 2006 a trabajar como técnico ambiental. En los tiempos libres enseñaba música a los hijos de los recicladores.

Cateura es un vecindario de unas 20 mil personas, ubicado entre el basurero y el río Paraguay, de casas precarias, calles atestadas de aguas derramadas por los camiones que trasladan los residuos y olores nauseabundos.

Allí se gestó la orquesta. Chávez cuenta que cuando la música comenzó a ser una necesidad, los residuos fueron una opción. “Empezamos a hacer instrumentos muy simples, de distracción para esos niños. No nos imaginamos nunca que esto iba a trascender de esta manera”, relata. El primero fue un violín hecho con un colador, un plato y tubos de metal.

Se trataba de materiales didácticos para enseñar, inspirados en los instrumentos de los humoristas argentinos Les Luthiers. No estaban pensados para dar conciertos.

Luego surgieron los que hoy ejecutan y que imitan violines, violas, chelos, contrabajos, guitarras, flautas, saxofones, trompetas, trombones e instrumentos de percusión, pero construidos con latas de aceite, madera de pallets, caños galvanizados, ollas, tapones de botellas, llaves fundidas o radiografías. La orquesta arrancó con 10 niños; hoy son 400.

El proyecto terminó convirtiéndose en un fenómeno cuando un grupo de cineastas publicó en internet, en 2012, el documental “Vertedero armónico”.

La difusión de la orquesta fue tal que figuras internacionales de la música pusieron sus ojos en ella y llovieron las invitaciones para actuar en diversos escenarios, desde Alemania hasta Azerbaiján.

Los chicos mostraron su arte con basura reciclada en más de 45 países. Tocaron con orquestas sinfónicas y filarmónicas de fama mundial y hasta fueron teloneros de Metallica, durante una de sus giras por Sudamérica.

“Más allá de la curiosidad que genera la orquesta, hay algo más consistente que es reivindicar que la cultura es una necesidad básica, que la educación puede cambiar la vida de los niños y los jóvenes y les puede dar herramientas para desarrollar su talento”, plantea Chávez.

La educación hace que los residuos suenen. “Estos instrumentos en la mano de cualquiera serían basura solamente”, apunta.

Además de aprender a tomar un violín o un trombón, la música se convirtió en una alternativa de inclusión social. Muchos ya están en la universidad y pronto serán instructores de los más pequeños. Crecieron con la orquesta.

Desarrollo

Para abordar el texto “La orquesta que nació en un basural” voy a tener en cuenta los textos vistos en el primer año de la carrera en el marco de la materia “Arte y Educación”.

Comenzare vinculándolo con el texto “Educación por el Arte” de Marta Calvo. En el encontramos un mensaje claro, ya que defiende la importancia de la educación en el arte, siendo que a través de esta podemos expresar nuestro ser, es una revelación de nuestra identidad. En la orquesta comenzaron siento 10 niños y terminaron siendo 400. Al principio era una actividad de distracción, se trataba de materiales didácticos para enseñar, y luego termino siendo más que distracción, sino una manera de expresarse, su manera de comunicarse con la sociedad, un refugio para todos estos chicos. “Más allá de la curiosidad que genera la orquesta, hay algo más consistente que es reivindicar que la cultura es una necesidad básica, que la educación puede cambiar la vida de los niños y los jóvenes y les puede dar herramientas para desarrollar su talento”.^[1]

Antiguamente, el arte quedaba relegado a un segundo plano en la educación ya que se veían más afianzadas las ciencias empíricas. Actualmente, las formas de expresarse, de hacer y transmitir, ahora son consideradas cuestiones culturales, ya que cada comunidad forma distintas costumbres, y formas en las que manifiestan su cultura ya que todos los seres humanos somos distintos y tenemos diferentes formas de ser y transmitir.

Siguiendo con el texto de Marta Calvo, entendemos que expresarse es un derecho, y todos tenemos la posibilidad de encontrar a través de cualquier tipo de arte un medio para expresarnos y desarrollar habilidades de comunicación, como fue en este caso la orquesta para los chicos.

“la estética cubre la vida y la muerte y el arte es necesario como manifestación de vida. En la situación vital de esas culturas, la educación por el arte era una realidad cotidiana y no una utopía.” (Marta Calvo, Educación por el Arte)

Esta idea del arte como comunicación y lenguaje también la podemos encontrar en el texto de Nora Ros “El lenguaje artístico, la educación y la creación”. En el sostiene que el arte es una actividad social debido a que es el hombre el único ser vivo capaz de crearlo y disfrutarlo, tal como podemos ver en el lema de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura: “El mundo nos tira basura, nosotros le devolvemos música”. También menciona que es una actividad que esta presenta en la rutina del día a día y a que a través de esta manifiesta la propia cultura. Es por esto que el arte se considera un lenguaje ya que es una forma de expresar conocimiento, manifestar una ideología, una subjetividad y una visión de una realidad particular en un momento dado.

Cuando hablamos de expresar, se habla de cualquier manifestación del ser humano. En el texto de Mariana Spravkin “Enseñar plástica en la escuela”, la expresión se refiere a una determinada calidad de manifestación, caracterizada por una intencionalidad de comunicación. “Expresar significa exteriorizar o poner fuera de sí una idea, sentimiento o concepto a través de un determinado lenguaje, con una cierta selección de contenidos y significados…”

La expresión, entonces, se configura como un proceso en el que intervienen:

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