POSMODERNIDAD: ANALIZANDO A LA SOCIEDAD

        [pic 2][pic 1]

ENSAYO

“POSMODERNIDAD: ANALIZANDO A LA SOCIEDAD”

ASIGNATURA: MODERNIDAD Y CIENCIAS SOCIALES

FECHA: 27 JUNIO 2022

Realizando una mirada global y sistemática a la genealogía de la posmodernidad de cómo ha ido evolucionando y desarrollando, atravesando cambios constantes y radicales orientada al desarrollo y progreso de la sociedad, donde el hombre se ve enfrentado a un estrés constante y muchas veces sobrepasado por las grandes estructuras que nos ofrece el sistema. Debido a esto nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Cómo nos ha influenciado la tecnología en la posmodernidad?, ¿Estamos sumergidos en las excentricidades que nos ofrece el sistema?, ¿Estamos sujetos al poder y respetamos las normas?, ¿Cómo interpretamos al sujeto hoy en día?.

En el mismo contexto y respondiéndonos las preguntas iniciales. Realizamos una radiografía a algunos aspectos que nos parecen relevantes de analizar.  Desde nuestra perspectiva y subjetivamente analizamos aspectos sociales que marcan profundamente al sujeto de hoy. Temas de actualidad en que el sujeto se ve inserto consciente e inconscientemente provocando reacciones diversas, donde los resultados no siempre son lo que se espera. De esta forma en ocasiones visualizamos una sociedad enferma, con una mentalidad sin límites, sin orden, sin sentido y en otras a una sociedad idealista, con sueños, grandes aptitudes y resiliente.” La vida no se hace más fácil o indulgente, nosotros nos hacemos más fuertes y resilientes”. (Steve Maraboli).

Sumando a lo anterior, si bien uno de los grandes avances que nos hereda la modernidad es la tecnología, la que está a nuestro servicio, permitiéndonos estar más en contacto en un mundo globalizado. ¿Pero qué ha significado para nosotros estos grandes avances?, ¿Ha sido más beneficioso y provechoso que perjudicial?, ¿Cuál es el costo versus beneficios?, sin temor a equivocarnos no hay nadie que esté en contra de la tecnología, ya que se hace necesaria en diferentes ámbitos. Sobre todo, a lo que ciencia se refiere.  Más bien es lo que provoca negativamente en el ser humano, sobre todo en ámbito social y familiar.  

En tal sentido la Dra. Paloma Méndez de Miguel en un artículo llamado ¿Cómo afectan las tecnologías al entorno familiar?, nos dice: “Si hay un abuso en el tiempo que se dedica a estas tecnologías, se interfiere en la calidad de la relación, fomenta la incomunicación, la intolerancia al aburrimiento y, en muchas ocasiones, genera o intensifica los conflictos cada vez que se trata de limitar o interrumpir su uso”.

 De este mismo modo lo contextualiza Foucault en las tecnologías del yo: “Permiten a los individuos efectuar, por cuenta propia o con la ayuda de otros, cierto número de operaciones sobre su cuerpo y su alma, pensamientos, conducta, o cualquier forma de ser, obteniendo así una transformación de sí mismos” (M. Foucault, Tecnologías del yo. 1990:48).

Por lo tanto, la tecnología se hace cada vez más necesaria para nuestro desenvolvimiento cotidiano. Pero a su vez no hemos sabido establecer los límites en su uso. Permitiendo que ésta llegue a formar parte indispensable y control de nosotros mismos.

En tal sentido, será que el tener acceso a todo esto que nos ofrece la posmodernidad nos convierte en seres individualistas, incapaces de ver más allá de nuestro propio eje. Olvidándonos de las cosas centrales de gran importancia como es la comunicación interpersonal. Hemos perdido la capacidad de conectarnos con los sentimientos de los seres que decimos amar. Enfocados solo en el consumismo y lo que éste nos ofrece, donde actuamos como ovejas en un rebaño, siguiendo a las multitudes. Perdiendo la voluntad de sí mismos, porque, aunque digamos que tenemos dominio de nuestra vida, esto no se condice con nuestro actuar, estamos sumergidos en el pensamiento del otro, del que dirán. Perdiendo nuestra autenticidad y dejando sobre expuesto nuestro propio ser. ”Y en lo actual, es claro, hay un estímulo al consumo y al atractivo físico, pero más que atribuirlo a una institución, se debe entender que esta está influenciada en un juego de poder” (M. Foucault).

Al mismo tiempo, seguimos en este proceso de observación que hacemos del sujeto en la posmodernidad, en lo que a socioeconómico se refiere, se hace evidente que hay un hambre de consumismo de todo aquello que creemos que es esencial para nuestro subsistir. En forma consciente vamos adquiriendo cada vez más cosas, lo más novedoso, lo más actual compitiendo muchas veces con nuestros pares por quien tiene lo mejor y muchas veces sin importar si tenemos la solvencia económica para satisfacer algo que pudiera ser no esencial, favoreciendo a la cultura de lo desechable. Lo importante de este sujeto no es el cómo lo va a subsidiar, sino cómo lo va a utilizar o simplemente alardear de su nueva adquisición. “El hombre mueve al mundo, igual que la vanidad. Ahora bien, la soberbia y la arrogancia mueve al mundo a través de la manipulación y el beneficio propio” (M. Foucault).

Sumando a lo anterior, el sujeto posmoderno cae en frivolidades, superficialidad y egoísmo.   Con la única intención de ser o tener lo mejor que otro. Logrando así una dependencia de este sistema neoliberalista. Y muchas veces aparentando algo irreal para formar parte de un grupo, por una necesidad de afiliación, manteniendo así un estatus social. Desde este mismo modo lo contextualiza Foucault con esta frase: “Tecnologías de producción, que nos permiten producir, transformar y manipular cosas” (M. Foucault, Tecnologías del yo,1990:48).

Otra mirada a discutir es la relación que tenemos con el poder mismo, este poder como estructura social, como estrategia, como represión. Este donde Foucault postula que: ”El poder no es una propiedad, sino una estrategia”. El poder parte como una invención de la humanidad y de la misma forma que lo hemos creado, también podemos destruirlo. En tales sentidos sus efectos no son atribuibles a una apropiación, sino a ciertos dispositivos que les permite funcionar plenamente un planteamiento que cuestiona las grandes ideologías. “El poder se produce en todo lugar bajo las formas de continuas relaciones. Es omnipresente porque surge de todas partes” (Ismael Muñoz).

Este planteamiento, cada vez nos hace más sentido, ya que constantemente estamos sujetos a estrategias de poder en todos los ámbitos que estamos ligados y que difícilmente podemos zafarnos. Inicialmente partiendo por nuestra familia donde alguien cumple un rol ejerciendo su autoridad y liderazgo.  Desde que nacemos somos educados y organizados a obedecer ciertas estructuras de normas y leyes. “El poder está en todas partes y viene de todas partes” (M. Foucault). Es aquí donde nosotros también ejercemos esa función de “poder”, amparados probablemente en un cargo o una condición económica que nos permite doblegar y oprimir a alguien que creemos que es inferior a nosotros. “El poder, en suma, se ejerce más que se posee” (M. Foucault).

...