PRESENTES DE UNA DURA REALIDAD

PRESENTES DE UNA DURA REALIDAD

Colombia, 24 de diciembre de 2068.

Una fecha que en el pasado podría haber tenido muchísimos significados para cada uno de nosotros, para mí era la clara representación de la felicidad. Era uno de los pocos días en los que podía ver a mi familia unida y completa, recuerdo que solíamos sentarnos y contar anécdotas de cosas divertidas que nos habían sucedido; hablábamos de nuestros viajes, nuestros logros y nuestras aspiraciones para el año siguiente. Reíamos, cantábamos, nos abrazábamos, compartíamos una deliciosa cena de agradecimiento y, finalmente abríamos los regalos que se encontraban bajo el árbol de navidad. Recuerdo llorar de alegría al ver todas las cosas buenas que me sucedían e incluso agradecer de rodillas por la vida tan buena que me había tocado. No recuerdo momento más feliz que ese, de hecho, nunca conocí un sentimiento más dichoso que ese. Desafortunadamente para mí y para todos nosotros han pasado 50 años de ello y las cosas han cambiado tanto que esas épocas tan maravillosas quizá puedan permanecer solo en nuestras memorias.

Fernando Javier Mancilla es el nombre que me permitió tener una identidad, el cual me ha acompañado durante mis 68 años de vida y me ha permitido experimentar lo necesario para darme cuenta del gran problema en el que estamos metidos, para vivenciar uno de los cambios más drásticos e inclementes que ha tenido la historia de la humanidad. Bajo el mismo nombre, considero que tengo la suficiente autonomía para escribirles esta carta en la que me tomo el atrevimiento de contar el estado actual del mundo. Una carta que no se si alcancen a leer.

No resulta muy agradable para mi hablarles de tan desdichada situación, pues las cosas resultaron muy contrarias a lo que alguna vez se pudo haber pensado. De hecho, dudo mucho que alguna vez se hubiera tomado en cuenta este lado ¿Cómo empezó todo? Es difícil saberlo, sin embargo, creo tener una clara idea.

El eje de toma de decisiones se fue desplazando a un ámbito europeo donde los estados nacionales y sus gobiernos poco a poco perdían su soberanía en la mayoría de sus herramientas de política económica, política monetaria y sus complementos (emisión de moneda, tipo de cambios y sus evaluaciones, tipo de interés) y, en ese mismo paso, entidades como la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comunidad Andina fueron desapareciendo. Un caos total.

La pobreza siempre ha representado un factor indeseable para la sociedad y, encontrar una manera de erradicarla siempre ha estado presente en el plan del gobierno global. Sin embargo, al ser un ente que entrelaza diferentes aspectos y circunstancias resultaba prácticamente imposible de lograr, puesto que una de las tantas partes implicadas se vería afectada de una manera critica. Desde hace unos cuantos años, el gobierno dio inicio al proyecto “0% pobreza, 100% desarrollo”, un plan bastante ambicioso y llamativo que, de haber funcionado hubiera marcado un punto importante en la historia mundial. Me imagino que mas de uno se estará preguntando que estrategia utilizaron para darle fin a la pobreza de una forma definitiva, déjenme decirles que la peor de todas.

Limpieza social. Para muchos quizá resulte conocido el termino, una iniciativa que básicamente consiste en “eliminar” a todas aquellas personas que no son necesarias en una sociedad. A mi parecer, representa la forma más inhumana de ponerle solución a un problema meramente humano. A pesar de que la idea como tal ya sonaba bastante cruel, su aplicación lo fue aún más. Masacres, bombardeos, explosiones, ataques y muchos otros actos que se encontraban muy lejos de parecer una estrategia para mejorar el futuro de la humanidad.

Supongo que fueron todos estos integrantes, acompañados de las malas decisiones tomadas en cuanto a naturaleza en el pasado, los causantes de que finalmente esta decidiera pasarle factura a la humanidad y, desafortunadamente casi que de la manera más ardua y pavorosa. Poco a poco los constantes cambios climáticos y la escasez de agua empezaron a atacar a las comunidades, el exagerado incremento en el uso del petróleo ocasionó que este silenciosamente fuera agotándose lo cual ha resultado extremadamente perjudicial para la economía global, sin mencionar que la acción del sistema mundial interrelacionado se ha deteriorado trayendo como consecuencia una falta de estabilidad que afecta tanto a la población como a los recursos y el medio ambiente. A estas alturas resulta imposible catalogar el planeta como “nuestro”, pero por el contrario es bastante pertinente mencionar que es nuestra culpa que nos encontremos en esta indeseada situación.

Con el pasar de los días se hace más notorio lo que mencionaba Wolfang Sachs (1996) “…un crecimiento infinito se basa en un autoengaño, porque el mundo es un espacio cerrado, finito y con una capacidad de carga limitada...”. No cabe duda que el gobierno global cometió muchos errores, pero supongo que uno de los principales consistió en desconocer la capacidad de aguante de nuestro planeta y la falta de proyección hacia el desastre ambiental que, obviamente, se avecinaba.

Debido a los grandes desastres naturales como a la incapacidad de los gobiernos de darle solución, existe una crisis también gubernamental prácticamente en todo el mundo. En los países que anteriormente eran subdesarrollados y los que se encontraban en vía de desarrollo es evidente un gran abismo de desigualdad entre las clases sociales, la mayor parte de la población está en la miseria, los Estados son incapaces de sostener a sus ciudadanos, hay grandes manifestaciones y revueltas al punto de desestabilizar al gobierno en curso.

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