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Paco Yunque


Enviado por   •  12 de Junio de 2015  •  2.999 Palabras (12 Páginas)  •  242 Visitas

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LIBRETO PACO YUNQUE

PACO YUNQUE

Autor: César Vallejo

Adaptación Teatral: John F. Alvarado Cueva

ESCENA I

Humberto Grieve, ingresa llevando encadenado a Paco Yunque, el profesor y el director los acompañan, Grieve se burla del prisionero, en medio del camino Paco Yunque se cae Humberto con una indicación exige a un integrante del publico que lo levante, al no hacerle caso le grita violentamente

HUMBERTO GRIEVE: ¡Levántalo!... ja,ja,ja....

Luego ordena al profesor que lo levante. Ya en el centro del escenario Humberto le quita la cadena y junto al profesor y al director se retiran dejando solo al infortunado muchacho. Paco Yunque mira hacia su alrededor asustado y temeroso, Ingresa la alumna Fariña acompañado de otros alumnos y se sienta en un pupitre.

ESCENA II

El profesor entra. los niños se ponen de pie, El profesor toma de la mano a Paco y lo instala en el pupitre de Fariña

PROFESOR: ¿Cómo se llama Ud.?

PACO YUNQUE: (Con voz temblorosa, muy bajito) Paco.

PROFESOR: ¿Y su apellido? Diga usted todo su nombre.

PACO YUNQUE: Paco Yunque.

PROFESOR: Muy bien. (Dirigiéndose a todos los alumnos, con voz militar) ¡Siéntense!

FARIÑA: Pon tus cosas, como yo, en la carpeta. (le quita sus libros y los pune en la carpeta)Yo me llamo Fariña. No tengas pena. Vamos a jugar con mi tablero. Tiene torres negras. Me lo ha comprado mi tía Susana. ¿Dónde está tu familia, la tuya?

PACO YUNQUE: (Empieza a volver un poco de su aturdimiento) ¿A qué hora nos iremos a nuestras casas?

FARIÑA: A las once. ¿Dónde está tu casa?

PACO YUNQUE: Por allá.

FARIÑA: ¿Está lejos?

PACO YUNQUE: Si...No...

Suenan unos pasos de carrera en el patio, aparece en la puerta del salón, Humberto Grieve.

PROFESOR: ¿Hoy otra vez tarde?

HUMBERTO GRIEVE: (con gran desenfado, responde)Que me he quedado dormido.

PROFESOR: Bueno, Que esta sea la última vez. Pase a sentarse.

Humberto Grieve busca con la mirada donde esta Paco Yunque. Al dar con él, se le acerca.

HUMBERTO GRIEVE: Ven a mi carpeta conmigo.

FARIÑA: No. Porque el señor lo ha puesto aquí.

HUMBERTO GRIEVE: ¿Y a ti qué te importa? (le increpa violentamente, arrastrando a Yunque por un brazo a su carpeta)

FARIÑA: ¡Señor!, Grieve se está llevando a Paco Yunque a su carpeta.

El profesor cesó de escribir y preguntó con voz enérgica:

PROFESOR: ¡Vamos a ver! ¡Silencio! ¿Qué pasa ahí?

FARIÑA: Grieve se ha llevado a su carpeta a Paco Yunque.

HUMBERTO GRIEVE: Sí, señor. Porque Paco Yunque es mi muchacho. Por eso.

PROFESOR: Muy bien. Pero yo lo he colocado con Fariña, para que atienda mejor las explicaciones. Déjelo que vuela a su sitio.

Todos los alumnos miran en silencio al profesor, a Humberto Grieve y a Paco Yunque. Fariña va y toma a Paco Yunque por la mano y quire volverlo a traer a su carpeta, pero Grieve toma a Paco Yunque por el otro brazo y no lo deja moverse.

PROFESOR: ¡Grieve! ¿Qué es esto?

HUMBERTO GRIEVE: No, señor. Yo quiero que Yunque se quede conmigo.

PROFESOR: Déjelo, le he dicho.

HUMBERTO GRIEVE: No, señor.

PROFESOR: ¿Cómo?

HUMBERTO GRIEVE: No.

PROFESOR: ¡Grieve! ¡Grieve!

Humberto Grieve tiene bajo los ojos y sujeta fuertemente por el brazo a Paco Yunque, el cual esta aturdido y se deja jalar como un trapo por Fariña y por Grieve. Paco yunque tiene miedo. El profesor se acerca a Paco Yunque, le toma por el brazo y le conduce a la carpeta de Fariña. Grieve se pone a llorar, pataleando furiosamente en su banco. De nuevo se oyeron pasos en el patio y otro alumno, aparece a la puerta del salón.

PROFESOR: ¿Por qué llega usted tarde?

ALUMNO: Porque fui a comprar pan para el desayuno.

PROFESOR: ¿Y por qué no fue usted más temprano?

ALUMNO: Porque estuve alzando a mi hermanito y mamá está enferma y papá se fue

al trabajo.

PROFESOR: Bueno (muy serio) Párese ahí. Y, además, tiene usted una hora de reclusión. (Le señaló un rincón)

FARIÑA: Grieve también ha llegado tarde, señor.

HUMBERTO GRIEVE: Miente, señor. No he llegado tarde.

TODOS LOS ALUMNOS: ¡Sí, señor! ¡Sí, señor! ¡Grieve ha llegado tarde!

PROFESOR: ¡Pish! ¡Silencio! (se pasea pensativo)

FARIÑA: (en secreto) Grieve ha llegado tarde y no lo castigan. Porque su papá tiene plata. Todos los días llega tarde. ¿Tú vives en su casa? ¿Cierto que eres su muchacho?

PACO YUNQUE: Yo vivo con mi mamá.

FARIÑA: ¿En la casa de Humberto Grieve?

PACO YUNQUE: Es una casa muy bonita. Ahí está la patrona y el patrón. Ahí está mi mamá. Yo estoy con mi mamá.

Humberto Grieve, desde su banco del otro lado del salón, mira con cólera a Paco Yunque y le enseñaba los puños, Paco Yunque no sabe qué hacer.

PACO YUNQUE: Me voy a la carpeta del niño Humberto.

FARIÑA: No vayas. No seas zonzo. El señor te va a castigar. (voltea a ver a Grieve y este le enseña también los puños, refunfuñando, a escondidas del profesor)¡Señor! Ahí, ese Grieve me está enseñando los puñetes.

PROFESOR: ¡Psc! ¡Psc! ¡Silencio!...¡Vamos a ver! ...Vamos a hablar hoy de los peces, y

después, vamos a hacer todos un ejercicio escrito en una hoja de los cuadernos, y después me los dan para verlos. Quiero ver quién hace mejor el ejercicio, para que su nombre sea escrito en el Cuaderno de Honor del Colegio, como el mejor alumno del primer año. ¿Me han oído bien?. Vamos a hacer lo mismo que hicimos la semana pasada. Exactamente lo mismo. Hay que atender bien a la clase. Hay que copiar bien el ejercicio que voy a escribir después en la pizarra. ¿Me han entendido bien?

TODOS LOS ALUMNOS: Sí señor.

PROFESOR: Muy bien. Vamos a ver. Vamos a hablar ahora de los peces.

Varios niños quieren hablar. El profesor indica a uno que hable.

ZUMIGA: Señor. Había en la playa mucha arena. Un día nos metimos entre la arena y encontramos un pez medio vivo y lo llevamos a mi casa. Pero se murió en el camino...

HUMBERTO GRIEVE: Señor: yo he cogido muchos peces y los he llevado a mi casa y los he soltado en mi salón y no se mueren nunca.

PROFESOR: Pero...¿los deja usted en alguna vasija con agua?

HUMBERTO GRIEVE: No señor. Están sueltos, entre los muebles.

Todos los niños se echan a reír.

ALUMNO 2: Mentira, señor. Porque

...

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