Penología

Por nuestra parte, podemos señalar que la última parte del primer párrafo impide a cualquier autoridad asignar penas atendiendo agentes extraños al hecho sancionado y bien jurídico afectado, tales como: la personalidad del delincuente, su grado de peligrosidad, reincidencia, clase social, perfil psicométrico y demás.

LAS PENAS Y MEDIDAS DE SEGURIDAD

La doctrina divide el estudio del Derecho Penal en dos partes, a saber: Parte General y Parte Especial. A su vez, la primera se divide en: Teoría de la Ley Penal, Teoría del Delito y Teoría de las Penas y Medidas de Seguridad.

A efecto de poder comprender nuestro presente tema de estudio es conveniente abordar, aunque sea de forma muy sucinta, la Teoría de las Penas y Medidas de Seguridad.

Esta parte del Derecho Penal Parte General, se encarga del estudio de las penas, su historia, desarrollo, finalidad y ejecución; amén de las medidas de seguridad. Otra forma de denominar a esta Teoría es la de Penología.

Mucho se ha discutido acerca de la independencia de esta disciplina pues para algunos tratadistas no es más que un apéndice del Derecho Penal, e incluso, de la Criminología. Mientras otros ven en ella una disciplina autónoma. Por nuestra parte, consideramos que la Penología forma parte del Derecho Penal, ya que no podríamos concebir la adopción de una pena o medida de seguridad sin la previa comisión de un injusto penal. Además, como lo señala el propio Código Penal, “los jueces y tribunales impondrán las sanciones establecidas para cada delito, teniendo en cuenta las circunstancias exteriores de ejecución y las peculiares del delincuente”. Asimismo, podemos decir que el Derecho Penitenciario es una rama de la Penología pues se encarga de la ejecución, fines y consecuencias de una pena en particular: la prisión.

La evolución histórica de las penas ha vivido varias etapas entre las que destacan la venganza privada, la venganza divina, venganza pública y el periodo humanitario.

Muy probablemente, la primera forma de reprender una acción injusta fue la reacción instintiva de la venganza. Esto es, el particular que sufría algún daño compensaba su afrenta mediante algún crimen de sangre, como la muerte o lesiones. Una forma de limitar esta forma de venganza fue la Ley del Talión. El término talión deriva del latín talis que significa idéntica o semejante. De tal forma, que el agraviado podría retribuir al ofensor con una pena igual que la sufrida. Algunos documentos históricos prevén este principio, ejemplo de ello, son: el Código de Hammurabi, el Antiguo Testamento y las Doce Tablas.

Con el advenimiento de los Estados Teocráticos, se asumió que los crímenes cometidos eran pecados que ofendían a los dioses los cuales castigaban a los pecadores. Por lo cual, durante esta etapa los sacerdotes se encargaban de la administración de

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